La primera vez que iba a entrar a la universidad era un manojo de nervios. En parte por la emoción normal de algo nuevo, en parte porque yo no estaba muy segura de que era eso lo que quería estudiar, pero ya que había entrado (y ya que me habían pagado el semestre) tenía que ir. El resultado fue que no me gustó la carrera y me retiré, pero todavía recuerdo esa emoción del primer día, de saber si haré amigos, de cómo será la gente, de cómo serán los profesores, de cómo será el ritmo de trabajo etc.
La segunda vez ya tenía un poco más de experiencia, pero esta vez ya había sido yo quién había elegido la carrera. También iba nerviosa y de cierta forma prevenida porque no quería que me pasara lo de la primera universidad (no saber si era lo mío) pero gracias a la ayuda y apoyo de mi familia, seguí adelante y me enamoré de mi carrera. También recuerdo ese primer día, la emoción, la expectativa, la curiosidad y el temor cosquilleante que sube y baja por la espalda.
Esta vez, mi tercer ingreso a la universidad, es en un contexto completamente diferente a todo lo que he vivido. Esta vez estoy en un país diferente, en una cultura diferente, lejos de mi familia, lejos de mis amigos. Sin embargo, esta vez sé quién soy personal y profesionalmente. Sé qué quiero y hacia dónde voy. Y esta vez, no tuve tanto temor el primer día que tuve que ir a la u. Por eso no me asusté tanto cuando cogí el bus que no era y terminé en una parada de tren (de donde afortunadamente salen los buses gratuitos para la universidad). Igual llegué a tiempo y conocí dos compañeras del máster, una búlgara y otra brasilera. La coordinadora llegó después y nos ayudó con la elección de los módulos (tengo una carga bastante pesada este primer año). Luego tuvimos que hacer algunos trámites de cuenta bancaria y otros internos de la universidad y se nos fue el resto del día. Almorzamos ahí en la universidad (es barato pero no para comer todos los días) y luego terminó el día y cada quién para su casa.
Al otro día volvimos para realizar la matrícula, pero oh sorpresa, hubo un problema con nuestro máster (de la facultad no habían enviado unos requisitos) entonces tenemos que esperar hasta el lunes. Conocí otras dos compañeras que vienen a hacer su segundo año de máster, vienen de la universidad de Besaçon en Francia (una es estadounidense y la otra bielorusa). Aprovechamos el día para ir a Barcelona, comprar sim cards y luego almorzamos en un bar cerca a Plaza Catalunya. Un día muy agradable.
La universidad como dije es muy grande y tiene líneas de buses internos (claro que, a veces, es más rápido caminar que esperar al bus que pasa cada media hora). En el paquete de bienvenida dice que tenemos derecho a un día gratis en el gimnasio, pero todavía no sé dónde queda, además, con tantos caminos campestres que tiene la universidad y teniendo en cuenta que puedo volver a mí casa caminando, no creo que necesite el gimnasio.
La universidad se parece mucho a la UdeA (donde estudié el pregrado) es una universidad pública, encuentras afiches de "clase trabajadora a la lucha" en toda parte (con la diferencia que estos están en Catalán) y las personas son todos representantes de las diferentes tribus urbanas mundiales.
Obviamente aquí veo gente de todas partes del mundo, y me gusta que al llegar allá uno escucha muchos idiomas. Me di cuenta que no estoy mal porque entiendo bien cuatro idiomas y me defiendo (hasta el momento) en otros tres, entonces las cosas pintan bien. La gente ha sido muy amable y, aunque los trámites se hacen de forma mucho más autónoma que en mi antigua universidad, no me he enredado y he encontrado fácil las aulas.
En el paquete de bienvenida también decía que debíamos tramitar el permiso de residencia por estudios, para poder quedarnos este año (la visa sólo tiene duración de 90 días) y para eso debíamos recopilar unos papeles, ir a registrarnos en el Ayuntamiento (la alcaldía de aquí) y luego ir a la policía. Todo iba bien hasta que nos tocó ir a la policía, nos dijo el señor que cada día reparten 18 fichos (18!!) a las 8:30 am y teníamos que ir temprano porque desde las 7am había fila.
A una compañera y a mí nos toca en la policía de Cerdanyola que queda cerca a mi casa, por lo que ella se quedó aquí y nos levantamos a las 6am para estar allá a eso de las 6:40am. Era la primera vez que me levantaba tan temprano, entonces no sabía que aquí amanece a las 7:15 o 7:20am… y claro, cuando salimos estaba oscuro como en la madrugada! (Las siguientes fotos lo prueban)
Cuando llegamos ya había una fila de 10 personas. Luego fueron llegando más personas y se iban haciendo atrás (en plena calle con ese frío) pero cuando va llegando una muchacha que saludó a alguien de la primera parte de la fila y se quedó allá. Los que estábamos atrás empezamos a hablar que eso era falta de respeto y que no podíamos permitir que nos quitaran nuestros puestos. En esas un señor empezó a contar que cuando él había ido unos rusos se metieron y con el cuento que no entendían español, tomaron ficho antes y ellos perdieron el día. Esto que escucho yo y se me empiezan a remover los apellidos. Entonces antes que pudiera meterse otro más, el señor y yo organizamos a los que ya estaban, les preguntamos si estaban esperando a alguien más y los numeramos. El señor incluso los puso a firmar con nombre y número. Un señor español me miró con aire de suficiencia y me dijo: usted no puede llegar aquí y pretender organizar, simplemente pregunte quién es el último en la fila y ya. Yo le respondí que él como nacional no necesitaba madrugar tanto (no sé por qué madrugó tanto) pero que prefería que hubiera orden y no por pena quedarme callada y luego que otro atrevido me quitara mi puesto. Al fin se quedó callado y firmó.
Al ratico llegó un chico gay saludando a unas chicas chinas de adelante, y entre bobada y grito y baile quería meterse (no es el hecho que sea gay, sino la frescura para quitar puestos lo que me molesta). Pero la china ya había firmado y le dijo: lo siento, tienes que irte para atrás. Nos reímos mucho porque si no hubiéramos organizado la fila, se nos metían tres o cuatro y quedábamos listos. Al fin obtuve el número 11 y tuve que esperar 4 horas más para que me atendieran (escuché que la gente comentaba que los funcionarios públicos españoles se ganan la plata suave, como es sueldo fijo, de las 7 horas de trabajo descuentan cafés, habladas por teléfonos, salidas a fumar y en realidad trabajan unas 3… y es la verdad). Luego de eso, me atendieron y por fin tengo mi NIE (Número de Identificación de Extranjería).
A la universidad vuelvo el lunes para terminar los trámites de matrícula (esperando que para eso hayan arreglado el problema) y luego estamos pendientes de recibir el lugar dónde tendremos la sesión de introducción del miércoles. Como dice el ciego… amanecerá y veremos.
aqui todavía amanecemos temprano, pero en un mes empezaremos cada vez más tarde :(
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