Como ya conté alguna vez, yo soy mala planeando vacaciones, y casi siempre los planes me salen así de la nada. Esta Semana Santa no fue la excepción. Hasta el domingo de ramos, yo no tenía planes (bueno, sí tenía un plan de irme en un circuito con una compañera de la U, pero estoy ahorrando para otro viaje largo pronto y no hice mucho esfuerzo) pero mi vida es un día normal y otro sorpresa...
Me estaba preparando para pasar una semana con mis libros (compré varios libros en inglés que me tienen súper enganchada... lo malo es que leo muy rápido y ya me quedan pocos para leer) y para pasar un rato tranquilo cuando me preguntaron los señores de la casa en la que vivo: "¿Niña, y tu qué vas a hacer esta semana?" yo les conté que no iba a hacer nada y me dijeron "Pues entonces vente con nosotros a viajar con la caravana"... de una dije que sí.
El señor tiene un autocaravana, que yo conozco como casa rodante o tráiler, con el cual ha paseado por media europa. Yo nunca había montado en un carro de esos, entonces la emoción de viajar se mezcló con la emoción de viajar en caravana. Fue toda una aventura.
La caravana tiene puesto para seis personas, comedor, baño, cocina y armarios. También tiene comodidades como calefacción, aire acondicionado, agua caliente y fría, gas, horno, radio y baterias recargables con energía solar. Yo estaba sorprendida porque es una casa pequeña con ruedas. Al principio era incómodo porque estoy acostumbrada a hoteles o a casas, entonces convivir con tanta gente en un espacio tan pequeño es difícil y require mucha tolerancia, pero luego me enfoqué en la parte turística del viaje y fue más divertido. Esta es la caravana en la que viajamos toda la semana.
Salimos el martes a las 6am (es decir, oscuro, porque aquí amanece a las 8 pasadas) y fuimos a buscar a la señora a su casa de Barcelona. A esas horas la ciudad tiene un encanto bastante particular, las calles solas, el cielo entre negro y azul y el viento frío. Es bastante bonita. Luego seguimos hacia el sur, donde me quedé completamente dormida en una de las literas porque generalmente yo me duermo a las 2 o 3 am y me levanto a las 11am, entonces estaba fundida. Me desperté cuando llegamos al Delta del Ebro a un pueblito llamado Sant Carles de la Rápita. El Delta es maravilloso, con los arrozales, las salinas y aunque estaba haciendo frío y llovía, pude dar un paseo por el puerto.
Después de desayunar, fuimos hasta otro pueblito en la costa de Castellón, llamado Oropesa del Mar, allí fuimos a una parte turística llamada Marina D'Or, el cual iba a ser el Dubai Español, pero la crisis inmobiliaria llegó y la ciudad quedó a la mitad. Aunque la mitad que construyeron es sencillamente espectacular. Hoteles 5 estrellas, balnearios, parques lujosos, caminos de playa, jardines elegantes... es increíblemente hermoso.
Este parque tenía animales: peces, pavos reales y gallinas salvajes. Caminaban entre la gente como si nada. Eran bastante tranquilos.
Este pueblito me gustó bastante, pude caminar por la playa hasta llegar al pueblo principal. Con el señor, paramos a tomar un café y caminamos hasta el casco antiguo. Luego nos devolvimos y paseamos por la marina propiamente y por sus calles decoradas (lástima que no nos quedamos en la noche, habría sido lindo ver esas luces).
Luego tomamos rumbo hacia Alginet, otro pueblo de Castellón, donde visitamos parte de la familia del señor, uno de ellos pintor, me regaló un cuadro precioso de su autoría. Dormimos allí mismo en Alginet. Como ellos saben lo dormilona que soy yo, me dijeron que ese día tenía que estar lista a las 10am en punto para comer. Yo me levanté temprano y fui, cuando me salen con la sorpresa que vamos a almorzar... los miré con cara de ¿es broma? y no.. no era broma... resulta que los trabajadores se levantan muy temprano y sólo toman un café, pero a eso de las 10 de la mañana, se reunen todos y hacen una especie de desayuno almuerzo. Comen pescado hervido, buñuelos de pescado, anguila, olivas, aceitunas, maní (aquí le dicen cacahuate), vino y ensaladas. Yo comí una de mis comidas preferidas de aquí: tortilla española con queso fresco y pan (no fui capaz con el pescado a esa hora, ni con el vino).
Luego fuimos a un huerto de naranjas, una finca para cuyos dueños había trabajado la familia del señor. Era una casa gigante, preciosa. Los naranjos estaban cargados de naranjas súper dulces. Di una vuelta a la finca, conocí a la mayordoma y luego nos fuimos a Valencia.
Allí en Valencia visitamos algunos lugares, pero de pasada. Donde sí nos quedamos bastante rato fue en la Ciudad de las Artes y las Ciencias, un gran complejo artístico y moderno que alberga diferentes edificios futuristas donde se realizan exposiciones artísticas y científicas. Este lugar me dejó sin aliento (por lo hermoso y por el calor jeje).
Después de pasear una tarde por Valencia, partimos hacia las montañas. Pero lo continúo luego porque todavía tengo tareas que hacer y mucho que organizar... no sabía la cantidad de ropa que se acumula para lavar en una semana de viaje!!!
envidiable ese viaje y las fotos super lindas, q bueno q lo disfrutaste.
ResponderBorrarLindas fotos y un bonito viaje...:D
ResponderBorrar