Enero siempre ha sido un mes muy aburrido porque significa el fin de las vacaciones y el inicio del año escolar. Sin embargo, este año, mi enero fue mucho más duro porque se fueron todos mis amigos luego de casi un mes de mucha diversión, y honestamente no estaba preparada para seguir trabajando en mi tesis y menos sabiendo que estaba sola.
Algún día cualquiera de esos en los que estaba aburrida hasta más no poder, recibí un correo de la universidad donde se hablaba de un curso de BSL lenguaje de señas británico al que podíamos asistir. Yo me inscribí inmediatamente y reenvié el correo a mis amigos que iban a estar aquí en Wolves para esa época.
Al final nos inscribimos tres y fuimos. Fue una experiencia bastante agradable porque nunca está de más aprender un idioma, cualquiera que sea. El lenguaje de señas, contrario a lo que yo creía, no es universal, sino que como los idiomas naturales, está adaptado a la lengua y región de sus hablantes. El propio lenguaje británico de señas tiene sus dialectos y sus variantes, pero nos enseñaron el más estándar y básico.
La profesora era una chica sordomuda quien nos enseñó la gramática básica del lenguaje de señas británico. Es tan básica que sólo tiene sujeto (yo, tu él, ella, nosotros, ellos, ellas) verbo y quizás temporalidad. Se puede aumentar con adjetivos y palabras de referencia geográfica, pero básicamente está diseñado para comunicar ideas exactas y no abstractas (por lo menos lo que nos enseñaron, hay mucho más, pero fue una sesión de un sólo día).
Aprendí a preguntar los nombres, a decir el mío (usando las letras del abecedario con mis manos), aprendí algunos colores, algunos verbos, algunas formas de decir los días de la semana y el tiempo y algunos miembros de la familia.
Fue una experiencia divertida de la que me queda un grato recuerdo y un certificado que dice que ahora hablo, a nivel muy básico, lenguaje de señas británico.
Algún día cualquiera de esos en los que estaba aburrida hasta más no poder, recibí un correo de la universidad donde se hablaba de un curso de BSL lenguaje de señas británico al que podíamos asistir. Yo me inscribí inmediatamente y reenvié el correo a mis amigos que iban a estar aquí en Wolves para esa época.
Al final nos inscribimos tres y fuimos. Fue una experiencia bastante agradable porque nunca está de más aprender un idioma, cualquiera que sea. El lenguaje de señas, contrario a lo que yo creía, no es universal, sino que como los idiomas naturales, está adaptado a la lengua y región de sus hablantes. El propio lenguaje británico de señas tiene sus dialectos y sus variantes, pero nos enseñaron el más estándar y básico.
La profesora era una chica sordomuda quien nos enseñó la gramática básica del lenguaje de señas británico. Es tan básica que sólo tiene sujeto (yo, tu él, ella, nosotros, ellos, ellas) verbo y quizás temporalidad. Se puede aumentar con adjetivos y palabras de referencia geográfica, pero básicamente está diseñado para comunicar ideas exactas y no abstractas (por lo menos lo que nos enseñaron, hay mucho más, pero fue una sesión de un sólo día).
Aprendí a preguntar los nombres, a decir el mío (usando las letras del abecedario con mis manos), aprendí algunos colores, algunos verbos, algunas formas de decir los días de la semana y el tiempo y algunos miembros de la familia.
Fue una experiencia divertida de la que me queda un grato recuerdo y un certificado que dice que ahora hablo, a nivel muy básico, lenguaje de señas británico.
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