Continuando con el viaje de vacaciones, fuimos a Liverpool. Esta era la segunda vez que viajaba allí, e iba bastante emocionada porque fue una ciudad que me gustó bastante. Esperaba con ansias volver al bar The Cavern (la réplica del bar de los Beatles) y a recorrer de nuevo el puerto.
Esta vez fuimos a dos lugares nuevos, la galería de arte, que muestra una preciosa colección desde la época medieval hasta el arte moderno de Liverpool. Esta galería me gustó mucho porque tenía una colección de pinturas bastante impresionante ( aunque un poco exageradas las muestras) estaba organizado por salas de forma cronológica y porque como era indoors, pues había calefacción y no hacía frío.
Me gustaron mucho las pinturas de la sala Holandesa, tiene una historia bastante interesante, en especial todos los momentos en que se mezcla con la historia Británica.
Esta vez nos encontramos con un amigo brasileño y con su familia allí, compartimos un agradable almuerzo y una pequeña caminata por el puerto. Pero antes de eso, estuve con mis amigas en el bar The Cavern, donde nos sorprendió una tarde de música en vivo. Buena música, agradable compañía y excelente ambiente. Adoro este bar por todos los buenos recuerdos que ya me trae.
Luego de almorzar y caminar por el puerto, decidimos ir a la tienda de los Beatles donde pasamos un buen rato eligiendo regalitos. Esta vez compré una camisa de los Beatles (que tengo puesta en este momento).
Seguimos caminando buscando la Catedral, porque nos recomendaron ir a verla. Nos dijeron que era grande y preciosa, y que el techo era bastante alto. Pues, yo no he estado en muchas Catedrales, pero esta me dejó con la boca abierta. Es la iglesia más grande que he visto en toda mi vida (y no es para menos porque luego nos contaron que era la catedral más grande de Europa). Es tan grande que tiene una iglesia dentro de la misma iglesia. The lady's chapel, es una capilla pequeña en la parte baja de la iglesia principal.
Por dentro y por fuera es una obra sobrecogedora, imponente y muy bien conservada. Es tan grande que incluso tienen una parte que alquilan para fiestas. Creemos que ese día había un matrimonio, porque había mesas decoradas, vasos de champaña, mesas de buffet y pista de baile.
La capillita "The lady's chapel" quedaba en la parte de abajo de la iglesia. También era una iglesia muy bonita donde nos sentamos un rato a descansar porque habíamos caminado mucho y ya los pies pedían tiempo fuera.
Después fuimos caminando tranquilamente hasta la estación de tren para volver a Wolverhampton. Al día siguiente almorzamos de nuevo con la familia brasileña, la mamá preparó un arroz delicioso y fue muy rico volver a comer comida casera luego de casi un año de tener que cocinar yo misma o comer fuera. El resto de la tarde se pasó en los preparativos del viaje a Londres.
El viaje a Londres se nos ocurrió porque no recuerdo quien dijo que había unos fuegos artificiales muy bonitos en el Támesis, y pues, ya que íbamos a estar por estos lados, sería bueno ir a verlos. El caso fue que reservamos tiquetes de tren y hotel y a medio día del 31 de diciembre llegamos a la estación London Euston, donde después de estudiar un poco el "Tube" (el metro subterráneo de Londres) encontramos cómo llegar al hotel.
La primera impresión al salir del subterráneo fue. "Estoy en Londres.... ¡y se parece a como lo vi en las fotos!" Las casas son hermosísimas, de arquitectura victoriana, con los porches ya familiares, pero que siguen sorprendiéndome por su elegancia.
A pesar que estaba lloviendo, no se sentía tanto frío (aunque luego de un rato, sentí la familiar ola de frío duele hueso de la humedad) y como me tocó comprar botas de invierno nuevas, pues entonces iba relativamente cómoda.
Llegamos al hotel, dejamos las maletas y salimos a almorzar en un pub inglés tradicional. Yo ya había estado en varios aquí en Wolverhampton, por eso casi me voy de para atrás cuando vi los precios. Cuando aquí puedo encontrar un plato de "Fish and chips" (pescado frito con papitas fritas y arvejas) por 3libras, allá costaba tranquilamente 9 libras. Los shepperd pies y los ale pies costaban 11 libras. La cerveza costaba 2.50 libras (bueno, aquí también cuesta lo mismo). Mejor dicho, de que Londres es cara, lo es. Pero vale la pena darse un paseo por sus calles.
Luego tomamos un bus que nos llevó hasta la primera parada: la abadía de Westminster, el lugar donde se casan los reyes, príncipes y toda la realeza inglesa desde su construcción. Es una iglesia preciosa, aunque no entré porque ya estaba cerrada (y era un poco cara). Pero por fuera es una estructura muy bonita.
De ahí seguimos caminando para conocer las casas del parlamento y el reloj Big Ben. Fue todo como lo pinté en mi imaginación. La ventaja es que todo está bastante cerca, entonces se puede ir caminando (en este caso, nadando entre en el mar de gente) a visitar los lugares más emblemáticos.
El ojo de londres también se puede ver desde el puente del parlamento (no sé si se llama así, por cierto). En este tampoco me subí porque va a paso de tortuga coja, es caro y honestamente, no tenía tiempo para pasar mucho tiempo colgada allá arriba. Quizás la próxima vez que vaya me dé la curiosidad y suba allí.
Caminando hacia Trafalgar Square, entontré este monumento a los héores de una de las guerras mundiales que recordé haber visto en la enciclopedia del mundo de los niños. Recuerdo mucho el ángulo de la foto (que traté de reproducir, pero quedó medio raro) y decidí capturar el momento.
Esta fue otra de las imágenes que vino a mi mente cuando caminabamos hacia Trafalgar Square. Recuerdo esta foto del libro, es la entrada al palacio de Buckingham. Este paseo fue una catarata de recuerdos, cada vez que caminaba, me encontraba con una foto en mis recuerdos.
Llegamos a Trafalgar Square, donde honestamente no tenía ningún recuerdo ni ninguna referencia. Pero vi que era un lugar bonito, aunque como era fin de año, muchas partes estaban con acceso restringido para la fiesta de más tarde.
Esa misma noche, regresamos al hotel, cenamos, nos organizamos y salimos otra vez con rumbo a la abadía para recibir el año nuevo entre la multitud y con fuegos artificiales.
Tomamos otra vez el Tube y nos dirigimos a Westminster Abbey (la estación de la abadía) y logramos encontrar lugar por esos lados. Teníamos vista de la abadía, del Big Ben, parte del Ojo de Londres y, por supuesto, de los fuegos.
Comparado con Berlín, esta fue una fiesta muy calmada. Es que ni fiesta porque no hubo música ni nada, simplemente mucha gente reunida, viendo fuegos pirotécnicos y nosotras comiendo uvas, tomando vino, pidiendo deseos y a las 12 abrazo de feliz año nuevo y todo el mundo para su casa. Sin embargo, me gustó porque si de por sí las multitudes me desesperan, las multitudes borrachas aún más. Entonces fue un cambio agradable para variar.
Después de eso, y como sabíamos que las estaciones de metro cercanas iban a estar cerradas, decidimos hacer un poco de turismo y caminar por la orilla del río hasta donde se encontrara una estación de tren abierta. Caminamos más o menos una hora hasta que encontramos la estación y nos devolvimos al hotel, pero en el camino vimos varios lugares turísticos que no veríamos en el itinerario del otro día, entonces fue una buena idea. Lo mejor del paseo, sólo recuerdo que pasamos por Picadilly Center y la Iglesia de Saint Paul's... o Peter's.... ay mi memoria....
Al otro día nos despertó un hermoso cielo azul, un sol brillante y un buen clima para caminar Londres. Fuimos hasta la Torre de Londres, el castillo donde murieron unos príncipes siendo muy niños (no sé la historia, en realidad tengo este lugar en la memoria por un libro de "Escalofríos" que leí hace muchísimo tiempo, donde los niños iban de turistas y se enteraban que eran los verdaderos príncipes y volvían a quedar atrapados en la torre).
Aquí en la Torre de Londres nos detuvimos para admirar el castillo, aunque no entramos porque era eso o el paseo por el río Támesis, y yo prefiero el agua. Sin embargo, nos tomamos fotos en el castillo, y en la orilla del río que da hacia el puente de la torre, otro símbolo característico de Londres y que, aún desde lejos, se notaba su imponencia.
El paseo por el Támesis ha sido el mejor de todos, tomamos el más largo, el que va a todos los puertos, pero empezamos al revés, entonces pude dormir un ratico en uno de los viajes de vuelta. El guía era bastante gracioso y contaba bastantes anécdotas de la ciudad, del río y sus edificios y de la vida en Londres en general. Me reí bastante y recomiendo totalmente esos paseos. Son un poco costosos (14 libras con descuento de estudiante) pero valen la pena.
En la tarde fuimos a almorzar ahí cerca del parlamento, a otro hermoso pub y luego tomamos camino para la estación porque nuestro tren salía temprano. De regreso en Wolverhampton pensé que voy a regresar a Londres pero a ver los museos, porque me han contado muchas cosas agradables de ellos. Además, son gratis, eso motiva bastante.
Luego de estos viajes, llevé a mis amigas al aeropuerto y he metido mi cabeza en trabajos del grupo de investigación y de mi tesis. Estoy preparando propuestas para doctorado, por eso también ando un poco perdida del blog.
La próxima semana viajaré a Salisbury y a Bath y visitaré Stonehenge, la escultura en forma circular, que dicen fue construida por una civilizacíón extraterrestre. Todavía tengo que contar sobre el viaje a Cardiff (en Gales) y a Manchester y sobre otras cositas curiosas que he visto entre los locales.
Esta vez fuimos a dos lugares nuevos, la galería de arte, que muestra una preciosa colección desde la época medieval hasta el arte moderno de Liverpool. Esta galería me gustó mucho porque tenía una colección de pinturas bastante impresionante ( aunque un poco exageradas las muestras) estaba organizado por salas de forma cronológica y porque como era indoors, pues había calefacción y no hacía frío.
Me gustaron mucho las pinturas de la sala Holandesa, tiene una historia bastante interesante, en especial todos los momentos en que se mezcla con la historia Británica.
Esta vez nos encontramos con un amigo brasileño y con su familia allí, compartimos un agradable almuerzo y una pequeña caminata por el puerto. Pero antes de eso, estuve con mis amigas en el bar The Cavern, donde nos sorprendió una tarde de música en vivo. Buena música, agradable compañía y excelente ambiente. Adoro este bar por todos los buenos recuerdos que ya me trae.
Luego de almorzar y caminar por el puerto, decidimos ir a la tienda de los Beatles donde pasamos un buen rato eligiendo regalitos. Esta vez compré una camisa de los Beatles (que tengo puesta en este momento).
Seguimos caminando buscando la Catedral, porque nos recomendaron ir a verla. Nos dijeron que era grande y preciosa, y que el techo era bastante alto. Pues, yo no he estado en muchas Catedrales, pero esta me dejó con la boca abierta. Es la iglesia más grande que he visto en toda mi vida (y no es para menos porque luego nos contaron que era la catedral más grande de Europa). Es tan grande que tiene una iglesia dentro de la misma iglesia. The lady's chapel, es una capilla pequeña en la parte baja de la iglesia principal.
Por dentro y por fuera es una obra sobrecogedora, imponente y muy bien conservada. Es tan grande que incluso tienen una parte que alquilan para fiestas. Creemos que ese día había un matrimonio, porque había mesas decoradas, vasos de champaña, mesas de buffet y pista de baile.
La capillita "The lady's chapel" quedaba en la parte de abajo de la iglesia. También era una iglesia muy bonita donde nos sentamos un rato a descansar porque habíamos caminado mucho y ya los pies pedían tiempo fuera.
Después fuimos caminando tranquilamente hasta la estación de tren para volver a Wolverhampton. Al día siguiente almorzamos de nuevo con la familia brasileña, la mamá preparó un arroz delicioso y fue muy rico volver a comer comida casera luego de casi un año de tener que cocinar yo misma o comer fuera. El resto de la tarde se pasó en los preparativos del viaje a Londres.
El viaje a Londres se nos ocurrió porque no recuerdo quien dijo que había unos fuegos artificiales muy bonitos en el Támesis, y pues, ya que íbamos a estar por estos lados, sería bueno ir a verlos. El caso fue que reservamos tiquetes de tren y hotel y a medio día del 31 de diciembre llegamos a la estación London Euston, donde después de estudiar un poco el "Tube" (el metro subterráneo de Londres) encontramos cómo llegar al hotel.
La primera impresión al salir del subterráneo fue. "Estoy en Londres.... ¡y se parece a como lo vi en las fotos!" Las casas son hermosísimas, de arquitectura victoriana, con los porches ya familiares, pero que siguen sorprendiéndome por su elegancia.
A pesar que estaba lloviendo, no se sentía tanto frío (aunque luego de un rato, sentí la familiar ola de frío duele hueso de la humedad) y como me tocó comprar botas de invierno nuevas, pues entonces iba relativamente cómoda.
Llegamos al hotel, dejamos las maletas y salimos a almorzar en un pub inglés tradicional. Yo ya había estado en varios aquí en Wolverhampton, por eso casi me voy de para atrás cuando vi los precios. Cuando aquí puedo encontrar un plato de "Fish and chips" (pescado frito con papitas fritas y arvejas) por 3libras, allá costaba tranquilamente 9 libras. Los shepperd pies y los ale pies costaban 11 libras. La cerveza costaba 2.50 libras (bueno, aquí también cuesta lo mismo). Mejor dicho, de que Londres es cara, lo es. Pero vale la pena darse un paseo por sus calles.
Luego tomamos un bus que nos llevó hasta la primera parada: la abadía de Westminster, el lugar donde se casan los reyes, príncipes y toda la realeza inglesa desde su construcción. Es una iglesia preciosa, aunque no entré porque ya estaba cerrada (y era un poco cara). Pero por fuera es una estructura muy bonita.
De ahí seguimos caminando para conocer las casas del parlamento y el reloj Big Ben. Fue todo como lo pinté en mi imaginación. La ventaja es que todo está bastante cerca, entonces se puede ir caminando (en este caso, nadando entre en el mar de gente) a visitar los lugares más emblemáticos.
El ojo de londres también se puede ver desde el puente del parlamento (no sé si se llama así, por cierto). En este tampoco me subí porque va a paso de tortuga coja, es caro y honestamente, no tenía tiempo para pasar mucho tiempo colgada allá arriba. Quizás la próxima vez que vaya me dé la curiosidad y suba allí.
Caminando hacia Trafalgar Square, entontré este monumento a los héores de una de las guerras mundiales que recordé haber visto en la enciclopedia del mundo de los niños. Recuerdo mucho el ángulo de la foto (que traté de reproducir, pero quedó medio raro) y decidí capturar el momento.
Esta fue otra de las imágenes que vino a mi mente cuando caminabamos hacia Trafalgar Square. Recuerdo esta foto del libro, es la entrada al palacio de Buckingham. Este paseo fue una catarata de recuerdos, cada vez que caminaba, me encontraba con una foto en mis recuerdos.
Esa misma noche, regresamos al hotel, cenamos, nos organizamos y salimos otra vez con rumbo a la abadía para recibir el año nuevo entre la multitud y con fuegos artificiales.
Tomamos otra vez el Tube y nos dirigimos a Westminster Abbey (la estación de la abadía) y logramos encontrar lugar por esos lados. Teníamos vista de la abadía, del Big Ben, parte del Ojo de Londres y, por supuesto, de los fuegos.
Después de eso, y como sabíamos que las estaciones de metro cercanas iban a estar cerradas, decidimos hacer un poco de turismo y caminar por la orilla del río hasta donde se encontrara una estación de tren abierta. Caminamos más o menos una hora hasta que encontramos la estación y nos devolvimos al hotel, pero en el camino vimos varios lugares turísticos que no veríamos en el itinerario del otro día, entonces fue una buena idea. Lo mejor del paseo, sólo recuerdo que pasamos por Picadilly Center y la Iglesia de Saint Paul's... o Peter's.... ay mi memoria....
Al otro día nos despertó un hermoso cielo azul, un sol brillante y un buen clima para caminar Londres. Fuimos hasta la Torre de Londres, el castillo donde murieron unos príncipes siendo muy niños (no sé la historia, en realidad tengo este lugar en la memoria por un libro de "Escalofríos" que leí hace muchísimo tiempo, donde los niños iban de turistas y se enteraban que eran los verdaderos príncipes y volvían a quedar atrapados en la torre).
Disfrutando de un vagón SOLO para nosotras... hasta una de las estaciones siguientes.
Aquí en la Torre de Londres nos detuvimos para admirar el castillo, aunque no entramos porque era eso o el paseo por el río Támesis, y yo prefiero el agua. Sin embargo, nos tomamos fotos en el castillo, y en la orilla del río que da hacia el puente de la torre, otro símbolo característico de Londres y que, aún desde lejos, se notaba su imponencia.
El paseo por el Támesis ha sido el mejor de todos, tomamos el más largo, el que va a todos los puertos, pero empezamos al revés, entonces pude dormir un ratico en uno de los viajes de vuelta. El guía era bastante gracioso y contaba bastantes anécdotas de la ciudad, del río y sus edificios y de la vida en Londres en general. Me reí bastante y recomiendo totalmente esos paseos. Son un poco costosos (14 libras con descuento de estudiante) pero valen la pena.
En la tarde fuimos a almorzar ahí cerca del parlamento, a otro hermoso pub y luego tomamos camino para la estación porque nuestro tren salía temprano. De regreso en Wolverhampton pensé que voy a regresar a Londres pero a ver los museos, porque me han contado muchas cosas agradables de ellos. Además, son gratis, eso motiva bastante.
Luego de estos viajes, llevé a mis amigas al aeropuerto y he metido mi cabeza en trabajos del grupo de investigación y de mi tesis. Estoy preparando propuestas para doctorado, por eso también ando un poco perdida del blog.
La próxima semana viajaré a Salisbury y a Bath y visitaré Stonehenge, la escultura en forma circular, que dicen fue construida por una civilizacíón extraterrestre. Todavía tengo que contar sobre el viaje a Cardiff (en Gales) y a Manchester y sobre otras cositas curiosas que he visto entre los locales.
Muy chevere, me ancanta la forma en que cuentas la experiencia en los viajes. Rico que puedas viajar y disfrutar. Saludosz.
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