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lunes, 8 de marzo de 2010

Milena

Y para continuar con el tema de las mujeres, hoy cuento una historia que hace rato tenía ganas de contar.

Un pensamiento con el que no estoy de acuerdo, pero que muchas mujeres parecen seguir (incluso secretamente) es creer que la meta de su vida es casarse y tener hijos, que una vez obtenga esos dos aspectos, será una "mujer" en todo el sentido de la palabra, es decir, que todo lo que haga en el intermedio sólo sea anticipaciones de lo anteriormente escrito.

Uno diría que en esta época en la que la información está al alcance de todos, en la que el acceso al estudio es mucho más fácil, en la que supuestamente la sociedad ha evolucionado, las mujeres no pensarían así. Pues, me encuentro con un caso (en realidad varios, pero el que voy a relatar a continuación es de alguien cercano) que considero un toque retrógrado pero me hace pensar ¿en qué pensamos nosotras? ¿podremos llegar a caer en esa misma situación?

Milena, la mujer en cuestión, vivió una juventud que muchos llamarían díscola. Su madre y su hermano mayor eran bastante posesivos, en su casa la ley era para las mujeres no para los hombres, pero ella siempre se las arregló para aparentar en su casa la imagen de niña buena, mientras que en la calle era terrible.
Su madre era lo que se puede decir una señora chismosa y acusadora. Siempre criticaba a todas las muchachas, no las bajaba de prostitutas y ponía a sus hijas como las puras e inmaculadas. Sin embargo, Milena y sus hermanas de santas no tenían ni las intenciones.

Milena siempre tuvo complejos por no tener una figura paterna definida, esto hizo que buscara en los otros hombres una forma desesperada de protección y cariño. Desde muy joven se inició en el sexo, en las rumbas, en el alcohol. Ingresó a la universidad y la cosecha masculina aumentó, aumentando también los problemas. Muchas fueron las noches que no apareció, muchas las rumbas degeneradas, muchas las camas y muy diferentes los hombres, muchos fueron los que le prometieron cielo y tierra, y ella les creía, sólo para que la dejaran tirada, llorando como Magdalena, reducida a una triste caricatura de mujer abandonada. En vista de todo eso, los padres decidieron enviarla a México para que terminara allá sus estudios; sin embargo, sólo hizo un poco más de un semestre, al parecer allá cayó presa de un vividor con quien compartió a la fuerza la cama, el dinero y quién sabe que más cosas.

Regresó a Colombia con aires de diva porque había estado en el exterior (así hubiera sufrido) y se especializó en Psicoorientación. Muchas veces pienso que más que ayudar a los demás, ella quería entenderse a sí misma, pero la verdad es que no le sirvió de nada. El medio en el que Milena vive es intenso, la presión por tener bienes materiales, una posición social, un marido, unos hijos puede ser agobiante y Milena no es muy fuerte que digamos.

Milena, tratando de buscar unos nuevos horizontes, fue a visitar a su hermano en otra ciudad. El hermano la incorporó a su empresa para que tuviera un trabajo, para que formara una vida, para que tuviera un reto. Pero Milena no supo responder a esa confianza, simplemente ella no sabía estar sola. Decidió hacer al socio del hermano su amante (un hombre casado esperando un hijo) en esta posición se auto proclamó dueña, empezó a malgastar la plata de la empresa, empezó a desafiar a su hermano, casi daña el hogar del mismo y por poco lleva a la empresa a la bancarrota.

Luego de esta experiencia el hermano envió a Milena a su ciudad natal. Ahí se enredó con un profesor y quedó embarazada. La vida se le cayó encima, quedar embarazada de un hombre (otra vez casado, pero no con ella) no era posible: la señalarían, le harían la vida imposible. Abortó. Aún le pesa en la conciencia. Fue una de las acciones más estúpidas en su vida, ella podía mantener a ese bebe, ella lo quería, pero no era la forma, la sociedad no se lo perdonaría, su familia no se lo perdonaría.

Luego se enredó con varios hombres más, entre casados, no casados, desesperados, amargados etc. Hasta que dio con el peor ser que ha engendrado el planeta tierra. Milena siempre fue muchachita quisquillosa con todo, con su vestimenta, con su forma de hablar, con los "modales", con sus amistades. Siempre le gustaron las personas educadas, amables, que estuvieran dentro del marco de la "buena conducta" aprobada por la sociedad.

Henry no era nada de eso. De hecho era la antítesis de todo lo "bien visto y aceptado". Físicamente desagradable, tenía una enfermedad de la piel que lo hacía parecer quemado, no tenía estudios, era vulgar, gritón, soez, lascivo, imprudente, metido y estas son sólo algunas de las "cualidades". Pero Milena se enamoró... o eso se obligó a hacer. Ya tenía casi 40 años, no estaba casada, no tenía ningún otro prospecto, tenía que casarse con él o enfrentar a una sociedad que juzga y no tiene compasión.

Se casaron y se quedaron viviendo en la casa de los papás de ella. Ella no quiso dejar a sus padres e irse a vivir a la casa que el papá de su marido le dejó a ellos. Ella sabe que no sería capaz de soportar más de un mes sola con él. Henry demanda mucho de ella, quiere que le lave, le planche, le cocine, en fin, le sirva. Y luego que ella llega cansada del trabajo, luego de que cumple la función de ama de casa, debe cumplir la función de esposa, de amante, de depósito del placer de su esposo. No creo que ella disfrute.

Milena necesitaba tener hijos, sin eso su fantasía no estaría completa, pero el reloj biológico hace mucho años se detuvo. No han servido tratamientos de fertilidad, hechizos ni remedios de abuelas. Se deprimió durante un mes, luego empezó a hablar de adopción, removiendo temas bastante desagradables en la familia. Este proyecto nunca llegó a tomar forma y la vida sabe muy bien cómo hace sus cosas, un bebe nuevo en una matrimonio sin amor, por apariencia, en unas condiciones económicas que no son ideales (Milena trabaja para mantener a su esposo) un bebe en una casa dónde viven hacinados no sería un bebe feliz.

Ahora que a Milena se le pasó el tiempo de tener hijos, se consuela pensando que tiene un esposo. Por lo menos no está sola, y aunque el precio que paga por ese esposo es caro, ella lo paga feliz, porque así puede salir con sus amigas y hablar cosas de señoras casadas, ahora puede criticar sin miedo (y vaya que lo hace!) porque ahora está casada, ahora puede juzgar sin problemas porque ahora está casada; ahora se cree la poseedora de la sabiduría universal: juzga, habla, critica... hace daño. No recuerda cuando era una joven sin horizonte, sin dirección. No se da cuenta de todo el daño que se hizo a si misma por no querer enfrentar la vida por sus propios medios, no se da cuenta el ridículo que hace pretendiendo ser ahora una mujer fina, una mujer "hecha".

Y esta es la historia de Milena, ella sigue con su vida falsa, con su vida armada, pretendiendo tener lo que no tiene, matándose por conseguirlo. En el proceso sigue destruyéndose, pero a ella no le importa. Eso es mejor que ser una solterona señalada, humillada. Eso es mejor que estar sola.

3 comentarios:

  1. hola q mas, espero que bn, que relato tan bueno, chao

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  2. Hola ,querida
    Ya nos estamos iniciando en el mundo de los cuentos cortos? muy bien asi empiezan los grandes escritores

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  3. QUE CUENTO TAN BIEN NARRADO...LA VERDAD DEJA UN SABOR AMARGO EL QUE EXISTAN PERSONAS QUE DEJEN LA FELICIDAD DE UN LADO POR TANTA IGNORANCIA O LO QUE ES LO MISMO..POR FALTA DE CONOCIMIENTO EN UN SUJETO CAPAZ....SERIA TAN BUENO ESTABLECER UN PARALELO DE ESTA VIDA DESPERDICIADA ENTRE VALORES EQUIVOCADOS DE MILENA EN COMPARACION CON LOS SUEÑOS DE SU PADRE, UN HUMILDE CAMPESINO QUE CREYO SIEMPRE QUE EL TENIA DERECHO A TENER UNA VIDA DIFERENTE, LUCHO HASTA EL CANSANCIO Y LO CONSIGUIO, PIENSO QUE DARIA COMO CONCLUSION....MILENA CON OPORTUNIDADES DE CALIDAD DE VIDA CONVERTIDAS EN CERO...SU PADRE CONVIERTE ESE CERO EN OPORTUNIDADES DE CALIDAD DE VIDA......

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