Este es un post un poco difícil de escribir para mi porque toca una parte demasiado sensible, que en este momento estoy viviendo y que honestamente no tengo idea de como lidiar con ella.
Tengo 26 años, me considero educada, inteligente, graciosa, agradable y bonita (dentro de lo que toda mujer se considera atractiva). Quienes me conocen dicen que soy una persona muy amable y que les gusta mi compañía. Obvio que tengo mis defectos, pero como todo ser humano, vivo mi lucha para ser mejor persona y para controlar aquellas cosas que me alejan de esa meta.
He tenido una vida buena, y estoy agradecida por ello. He tenido la justa ración de alegrías y tristezas que me han hecho disfrutar y aprender de la vida. De estas experiencias trato de aprovechar lo bueno para poder ponerlo en práctica después. No me puedo quejar porque estoy viviendo mi sueño de viajar, conocer, aprender y disfrutar del mundo. No sólo he tenido la oportunidad de vivir en dos países diferentes, con idiomas y culturas diferentes, sino que también he tenido la oportunidad de ampliar mis horizontes mucho más allá de lo que algún día soñé. He conocido gente maravillosa que ha impactado mi vida de muchas maneras. Siento que he crecido, aprendido y que mi mundo se ha expandido de una forma que nunca creí posible.
Sin embargo, a pesar de todas estas cosas buenas, de todas estas "bendiciones" como les llaman algunos, siento que no soy completamente feliz, que mi corazón no está satisfecho, que me hace falta algo.
Le he dado vueltas al asunto, tratando de pensar qué es lo que verdaderamente quiero, qué me haría sentir plena y dichosa, pero más me enredo, y me siento mal porque me siento ingrata teniendo tantas cosas y no sentirme completamente feliz por tenerlas.
Sin embargo, hace poco mi vida tuvo uno de esos momentos que le hacen a uno abrir los ojos y estrellarse de frente con la realidad, y empecé a pensar que quizás el vacío que siento está en esa parte que he estado evitando durante tanto tiempo: mi vida emocional.
Mi vida emocional ha sido un rollo desde que tengo uso de razón. Ya de pequeña tenía problemas para relacionarme con las otras personas porque me apegaba demasiado a la gente y me dolían mucho las separaciones. Después de un mal capítulo con quienes creía eran "amigas" cuando estaba en el colegio, me juré a mi misma no volver a confiar ni querer tanto a nadie... pero creo que ese pensamiento lo extrapolé a casi todas las áreas de mi vida , porque desde entonces las relaciones de cualquier tipo han sido una verdadera tortura para mi.
Ya he contado que tengo problemas al pasar mucho tiempo con una misma persona o grupo de personas, siento que después de un rato me ahogo o me aburro.He contado de los serios problemas de confianza que tengo con la gente, incluso con los cercanos. He contado que mi necesidad de no apegarme llega a tal punto que repelo e incluso me enojo con quienes quieren entrar a mi vida impuestos sin que yo lo haya permitido. A veces, por no saber decir no o no saber poner límites, he entablado a mistad con personas con quienes no debía, por una u otra razón, o con personas problemáticas, simplemente por no ser grosera o por darle cariño a quien no tiene... y esto me ha llevado a tener algunas amistades tormentosas donde la que sale herida soy yo. Este mismo pensamiento lo he llevado a mis relaciones románticas y creo que ha sido una de las razones principales por las cuales no he tenido ninguna relación significativa en ese campo.
Muchas circunstancias de mi vida me han hecho ver las relaciones románticas como algo para después: después de que termine el colegio, después de que termine la universidad, después de que termine la maestría, después de que termine el doctorado, después de que consiga un trabajo.... y analizando un poco la situación me llega a la memoria las palabras de mis padres cuando era adolescente: "no se case hasta que no tenga una carrera y un trabajo estable, porque de lo contrario tendrás que ser la mantenida de un hombre y eso trae muchos problemas...."
Lejos de considerarlo algo malo, ese pensamiento me dio la excusa perfecta para dejar de lado este aspecto de mi vida y relegarlo para "después"... en la universidad me enfoqué en ser buena en mi carrera y en encontrar trabajo, en el trabajo me enfoqué en aprender y practicar lo que había aprendido y luego, encontrar becas para la maestría y para viajar al exterior, en la maestría me estoy enfocando en mi tesis y en la posibilidad de continuar un doctorado... pero creo que de tanto relegar ya se formó una represa grande que está amenazando con reventar si no le hago caso.
En estos dos años que han pasado, a pesar de estar rodeada de gente, de tener buenos amigos, de poder comunicarme con mi familia, he tenido momentos donde me he sentido real y completamente sola. Siento que todos los logros que he tenido, tanto académicos como en el campo laboral, no son nada si no tengo a alguien para compartirlos. Allá en Colombia tenía a mi familia y amigos con quién compartía mis alegrías y mis tristezas, entonces quizás no sentí tanto la falta de tener a alguien más. Sin embargo, aquí he tenido momentos de verdadera soledad, no porque mi familia no se alegre de mis triunfos o me apoye cuando tengo algún problema, sino porque me he dado cuenta que ya corté el cordón umbilical con ellos, ya empecé la búsqueda de mi propia vida y nadie me avisó que es justo en ese momento cuando llega el pasado a pasarte la cuenta de cobro.
Yo sabía que algún día tenía que enfrentarme a todo lo que no quise enfrentar antes, el problema es que cuando se trata de sentimientos y emociones, no sé qué hacer, estoy tan perdida como una niña de kinder (incluso, creo que los niños en kinder son emocionalmente más maduros que yo). No me reconozco a mi misma sintiendo tantas cosas que nunca había sentido, ni me reconozco pensando en cosas que antes me habrían hecho reír Sí, porque ahora pienso en relaciones a largo plazo, en familias, en hijos, en un futuro que no sólo involucre academia y trabajo (no porque no lo disfrute, sino porque no me llena completamente).
Y no es que sea algo que apenas empiece a pensar, esto es algo que he pensado desde hace muchísimo tiempo, sólo que todo en mi vida me ha llevado por la senda académica y laboral, nunca por la senda emocional, y en algún momento en mi cabeza se formó la idea que yo simplemente no estoy hecha para tener relaciones ni para formar familia.
Por qué digo que no estoy hecha para formar relaciones, porque o al parecer yo soy extremadamente horrible (cosa que sé que no es verdad), o soy demasiado independiente y profesional y asusto a los hombres (cosa que sé que tampoco es verdad) o tengo mis estándares tan irreales y altos que jamás voy a encontrar a nadie que cumpla esas expectativas (cosa que sé tampoco es verdad... porque no creo que ni estándares tenga...)
El caso es que hasta el momento mis relaciones han sido un completo rollo, cosas puramente casuales porque no me apetecía tener una relación formal en el momento, porque no veía un futuro con aquellos chicos o simplemente porque no se podía. Y si soy completamente honesta, absolutamente todas han sido relaciones que yo sabía que iban a acabar mal y que la única herida iba a ser yo... aún así me metía de cabeza porque pensaba que mi mente estaba enfocada en otras cosas, razón por la cuál podía cerrarme a cualquier sentimiento y simplemente continuar con mi vida.
Sin embargo, ahora me he pillado a mi misma pensando en que quisiera tener a alguien a mi lado, con quien compartir las alegrías y las tristezas, darme la oportunidad de experimentar lo que nunca he experimentado y tener una relación real, sólida y posiblemente duradera. Pero, mi mente me juega malas pasadas porque entra mi lado racional y empieza a cuestionarme ¿quieres a alguien porque estás preparada o porque te sientes sola? ¿estás lista para aprender a manejar una relación en medio de tu carrera? ¿de verdad crees que tu pasado ya está sanado y puedes continuar hacia adelante?
Esto me hace dudar muchas veces si yo en realidad podría llevar adelante una relación porque es verdad, no quiero a alguien a mi lado porque me sienta sola, quiero a alguien porque quiera estar con él, porque me guste, porque me genere sentimientos de verdad, porque haya la posibilidad de construir algo real. Tampoco quiero estar con alguien por lo que tenga o deje de tener o por las ventajas que eso pueda traer (y aquí las latinas viviendo en Europa, o incluso allí mismo entenderán de lo que les hablo), quiero estar con un hombre porque me nace, no porque necesite esconder u olvidar asuntos inconclusos.
El hecho que nadie me vea tampoco como material de relación/familia no ayuda mucho. A pesar que en algún momento he escuchado los comentarios: "tienes 26 y sin novio..." "estás en Europa y no te has conseguido a nadie..." no son comentarios que me toquen más allá de lo que sí me tocó uno que escuché alguna vez: "no necesitas a nadie, tienes tu carrera, eres buena en lo tuyo y con eso es suficiente..." porque resulta que no lo es, he descubierto que con todo lo que amo mi carrera y lo que hago, sencillamente no me llena por completo.
Y yo sé que muchos pensarán que estoy joven que todavía tengo tiempo, que no me preocupe. Yo lo he pensado también, y aclaro que no es que me quiera casar ya y tener familia ya, sino que es ahora que se me despertaron estos sentimientos (bueno, que me permití reconocer que los tengo) y es ahora que me empezaron a confundir.
Honestamente me desespera el hecho que algo que es tan natural en el ser humano para mi sea una fuente de tortura y enredo y sufrimiento (bueno, exagero, pero si me enredan bastante). Sin embargo, me prometí a mi misma que lo iba a enfrentar y que lo iba a madurar como fuera, el problema es que ha sido la materia más difícil que he tenido... tanto que no he empezado y ya estoy enredada. Y lo peor... esta vez no sé qué hacer ni por dónde empezar...
Tengo 26 años, me considero educada, inteligente, graciosa, agradable y bonita (dentro de lo que toda mujer se considera atractiva). Quienes me conocen dicen que soy una persona muy amable y que les gusta mi compañía. Obvio que tengo mis defectos, pero como todo ser humano, vivo mi lucha para ser mejor persona y para controlar aquellas cosas que me alejan de esa meta.
He tenido una vida buena, y estoy agradecida por ello. He tenido la justa ración de alegrías y tristezas que me han hecho disfrutar y aprender de la vida. De estas experiencias trato de aprovechar lo bueno para poder ponerlo en práctica después. No me puedo quejar porque estoy viviendo mi sueño de viajar, conocer, aprender y disfrutar del mundo. No sólo he tenido la oportunidad de vivir en dos países diferentes, con idiomas y culturas diferentes, sino que también he tenido la oportunidad de ampliar mis horizontes mucho más allá de lo que algún día soñé. He conocido gente maravillosa que ha impactado mi vida de muchas maneras. Siento que he crecido, aprendido y que mi mundo se ha expandido de una forma que nunca creí posible.
Sin embargo, a pesar de todas estas cosas buenas, de todas estas "bendiciones" como les llaman algunos, siento que no soy completamente feliz, que mi corazón no está satisfecho, que me hace falta algo.
Le he dado vueltas al asunto, tratando de pensar qué es lo que verdaderamente quiero, qué me haría sentir plena y dichosa, pero más me enredo, y me siento mal porque me siento ingrata teniendo tantas cosas y no sentirme completamente feliz por tenerlas.
Sin embargo, hace poco mi vida tuvo uno de esos momentos que le hacen a uno abrir los ojos y estrellarse de frente con la realidad, y empecé a pensar que quizás el vacío que siento está en esa parte que he estado evitando durante tanto tiempo: mi vida emocional.
Mi vida emocional ha sido un rollo desde que tengo uso de razón. Ya de pequeña tenía problemas para relacionarme con las otras personas porque me apegaba demasiado a la gente y me dolían mucho las separaciones. Después de un mal capítulo con quienes creía eran "amigas" cuando estaba en el colegio, me juré a mi misma no volver a confiar ni querer tanto a nadie... pero creo que ese pensamiento lo extrapolé a casi todas las áreas de mi vida , porque desde entonces las relaciones de cualquier tipo han sido una verdadera tortura para mi.
Ya he contado que tengo problemas al pasar mucho tiempo con una misma persona o grupo de personas, siento que después de un rato me ahogo o me aburro.He contado de los serios problemas de confianza que tengo con la gente, incluso con los cercanos. He contado que mi necesidad de no apegarme llega a tal punto que repelo e incluso me enojo con quienes quieren entrar a mi vida impuestos sin que yo lo haya permitido. A veces, por no saber decir no o no saber poner límites, he entablado a mistad con personas con quienes no debía, por una u otra razón, o con personas problemáticas, simplemente por no ser grosera o por darle cariño a quien no tiene... y esto me ha llevado a tener algunas amistades tormentosas donde la que sale herida soy yo. Este mismo pensamiento lo he llevado a mis relaciones románticas y creo que ha sido una de las razones principales por las cuales no he tenido ninguna relación significativa en ese campo.
Muchas circunstancias de mi vida me han hecho ver las relaciones románticas como algo para después: después de que termine el colegio, después de que termine la universidad, después de que termine la maestría, después de que termine el doctorado, después de que consiga un trabajo.... y analizando un poco la situación me llega a la memoria las palabras de mis padres cuando era adolescente: "no se case hasta que no tenga una carrera y un trabajo estable, porque de lo contrario tendrás que ser la mantenida de un hombre y eso trae muchos problemas...."
Lejos de considerarlo algo malo, ese pensamiento me dio la excusa perfecta para dejar de lado este aspecto de mi vida y relegarlo para "después"... en la universidad me enfoqué en ser buena en mi carrera y en encontrar trabajo, en el trabajo me enfoqué en aprender y practicar lo que había aprendido y luego, encontrar becas para la maestría y para viajar al exterior, en la maestría me estoy enfocando en mi tesis y en la posibilidad de continuar un doctorado... pero creo que de tanto relegar ya se formó una represa grande que está amenazando con reventar si no le hago caso.
En estos dos años que han pasado, a pesar de estar rodeada de gente, de tener buenos amigos, de poder comunicarme con mi familia, he tenido momentos donde me he sentido real y completamente sola. Siento que todos los logros que he tenido, tanto académicos como en el campo laboral, no son nada si no tengo a alguien para compartirlos. Allá en Colombia tenía a mi familia y amigos con quién compartía mis alegrías y mis tristezas, entonces quizás no sentí tanto la falta de tener a alguien más. Sin embargo, aquí he tenido momentos de verdadera soledad, no porque mi familia no se alegre de mis triunfos o me apoye cuando tengo algún problema, sino porque me he dado cuenta que ya corté el cordón umbilical con ellos, ya empecé la búsqueda de mi propia vida y nadie me avisó que es justo en ese momento cuando llega el pasado a pasarte la cuenta de cobro.
Yo sabía que algún día tenía que enfrentarme a todo lo que no quise enfrentar antes, el problema es que cuando se trata de sentimientos y emociones, no sé qué hacer, estoy tan perdida como una niña de kinder (incluso, creo que los niños en kinder son emocionalmente más maduros que yo). No me reconozco a mi misma sintiendo tantas cosas que nunca había sentido, ni me reconozco pensando en cosas que antes me habrían hecho reír Sí, porque ahora pienso en relaciones a largo plazo, en familias, en hijos, en un futuro que no sólo involucre academia y trabajo (no porque no lo disfrute, sino porque no me llena completamente).
Y no es que sea algo que apenas empiece a pensar, esto es algo que he pensado desde hace muchísimo tiempo, sólo que todo en mi vida me ha llevado por la senda académica y laboral, nunca por la senda emocional, y en algún momento en mi cabeza se formó la idea que yo simplemente no estoy hecha para tener relaciones ni para formar familia.
Por qué digo que no estoy hecha para formar relaciones, porque o al parecer yo soy extremadamente horrible (cosa que sé que no es verdad), o soy demasiado independiente y profesional y asusto a los hombres (cosa que sé que tampoco es verdad) o tengo mis estándares tan irreales y altos que jamás voy a encontrar a nadie que cumpla esas expectativas (cosa que sé tampoco es verdad... porque no creo que ni estándares tenga...)
El caso es que hasta el momento mis relaciones han sido un completo rollo, cosas puramente casuales porque no me apetecía tener una relación formal en el momento, porque no veía un futuro con aquellos chicos o simplemente porque no se podía. Y si soy completamente honesta, absolutamente todas han sido relaciones que yo sabía que iban a acabar mal y que la única herida iba a ser yo... aún así me metía de cabeza porque pensaba que mi mente estaba enfocada en otras cosas, razón por la cuál podía cerrarme a cualquier sentimiento y simplemente continuar con mi vida.
Sin embargo, ahora me he pillado a mi misma pensando en que quisiera tener a alguien a mi lado, con quien compartir las alegrías y las tristezas, darme la oportunidad de experimentar lo que nunca he experimentado y tener una relación real, sólida y posiblemente duradera. Pero, mi mente me juega malas pasadas porque entra mi lado racional y empieza a cuestionarme ¿quieres a alguien porque estás preparada o porque te sientes sola? ¿estás lista para aprender a manejar una relación en medio de tu carrera? ¿de verdad crees que tu pasado ya está sanado y puedes continuar hacia adelante?
Esto me hace dudar muchas veces si yo en realidad podría llevar adelante una relación porque es verdad, no quiero a alguien a mi lado porque me sienta sola, quiero a alguien porque quiera estar con él, porque me guste, porque me genere sentimientos de verdad, porque haya la posibilidad de construir algo real. Tampoco quiero estar con alguien por lo que tenga o deje de tener o por las ventajas que eso pueda traer (y aquí las latinas viviendo en Europa, o incluso allí mismo entenderán de lo que les hablo), quiero estar con un hombre porque me nace, no porque necesite esconder u olvidar asuntos inconclusos.
El hecho que nadie me vea tampoco como material de relación/familia no ayuda mucho. A pesar que en algún momento he escuchado los comentarios: "tienes 26 y sin novio..." "estás en Europa y no te has conseguido a nadie..." no son comentarios que me toquen más allá de lo que sí me tocó uno que escuché alguna vez: "no necesitas a nadie, tienes tu carrera, eres buena en lo tuyo y con eso es suficiente..." porque resulta que no lo es, he descubierto que con todo lo que amo mi carrera y lo que hago, sencillamente no me llena por completo.
Y yo sé que muchos pensarán que estoy joven que todavía tengo tiempo, que no me preocupe. Yo lo he pensado también, y aclaro que no es que me quiera casar ya y tener familia ya, sino que es ahora que se me despertaron estos sentimientos (bueno, que me permití reconocer que los tengo) y es ahora que me empezaron a confundir.
Honestamente me desespera el hecho que algo que es tan natural en el ser humano para mi sea una fuente de tortura y enredo y sufrimiento (bueno, exagero, pero si me enredan bastante). Sin embargo, me prometí a mi misma que lo iba a enfrentar y que lo iba a madurar como fuera, el problema es que ha sido la materia más difícil que he tenido... tanto que no he empezado y ya estoy enredada. Y lo peor... esta vez no sé qué hacer ni por dónde empezar...