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domingo, 20 de noviembre de 2011

Síndrome de los colombianos españoletes

Recuerdo que estando en la universidad, algún día llegó un profesor que había estado estudiando en España los últimos años y se devolvía para Colombia. Llegó hablando con ese acento tan típico de los que han pasado muchos años en la Madre Patria: la S como Z, los tiempos verbales en pasado “he comido” en vez de “comí”, la manía de quitarle el artículo a los lugares “he ido a casa” en vez de “fui a LA casa” etc., con lo cual imaginábamos que había pasado muchos años fuera.

Cuál no sería la sorpresa cuando nos dimos cuenta que habían sido unos dos o tres años nada más. Esto me daba mucha risa porque claro, pasas veinte años de tu vida en un lugar y adquieres unas ciertas costumbres, luego vas a otro que consideras mejor, pasas unos cuantos años y de repente eres uno de ellos. A este fenómeno lo bautizamos como “síndrome de los españoletes”.

Cuando era más pequeña alcancé a conocer a muchas personas que sufrieron este síndrome, personas que vinieron a trabajar de obreros, mucamas u otro tipo de trabajos de servicio y regresaron relativamente acomodados en dinero (bueno, de esto hace unos ocho o diez años) y con costumbres españolas… y hablado españolete (e igualmente sólo estuvieron unos cuantos años).

En la universidad conocí otros tantos que iban por unos cuantos años (incluso uno que fue seis meses) y ya querían creerse más españoles que los mismos españoles. Esto lo noté más que todo en los académicos que dicen “mezclarse con la cultura”.

Ahora bien, eso fue allá, donde me daba mucha risa porque escucharlos hablar era asistir a una mini comedia en vivo. A algunas personas les parecía muy “interesante” porque eso denotaba que si había vivido por fuera de Colombia, a otros (la gran mayoría) simplemente les daba risa esa forma de cambiar el acento y, peor aún, usarlo donde saben que no se usa.

Aquí, sin embargo, me ha pasado al revés. He conocido varios colombianos que con unos meses aquí, hablan peor que los españoles. En este punto tengo que ser específica y dejar de lado a las personas que vinieron aquí de pequeñas y se criaron aquí, ellos ya son españoles (por nacionalidad o por crianza) y es lógico que hablen así, incluso no se les nota que son colombianos.

Los otros colombianos a los que me refiero, son aquellos que sin importar la condición en la que se encuentren aquí (y con relativamente poco tiempo de estadía), deciden que la mejor forma de “integrarse” en la sociedad es dejando de lado sus raíces y “empezando a hablar y a ser como uno de ellos”.

No digo que no haya que acostumbrarse a la cultura y forma de vida aquí. Si tu vas a otro lugar, eres tu quien se adapta a sus costumbres, no ellas a ti. Sin embargo, eso no tiene por qué significar que tú debes dejar de lado tus costumbres en pro de las del país “anfitrión”.

En Colombia me pasaba más o menos lo mismo. Yo soy de Barranquilla pero me criaron en Medellín, sin embargo, no hablo ni paisa ni costeño, hablo una mezcla extraña de ambas, palabras costeñas con acento medio apaisado y palabras paisas con acento medio costeño. Mis papás llevan años en Medellín y no han variado su forma de hablar o de ser para “encajar” con los paisas. Conservamos algunas costumbres costeñas y también adoptamos algunas otras paisas, pero nunca negamos ni de dónde venimos ni mucho menos nos avergonzamos de ello.

Me explico, llevo dos meses aquí y he tenido que variar ciertos hábitos para poder ir con la sociedad. He tenido que aprender nuevo vocabulario, he tenido que aprender a comer ciertas cosas que son diferentes y que nunca había comido, he tenido que aprender a manejar un nuevo ritmo de vida (por ejemplo, la pausa en la hora de la siesta) etc. Eso hace parte de mi nueva vida y ya me acostumbré. Pero no por eso voy a dejar de usar mis palabras, mis costumbres, mis comidas o mis pensamientos cuando considere que no van en contra o atentan con el espacio que me rodea.

Yo no necesito hablar en pasado “Esta mañana he comido un jamón que estaba de puta madre” o decir “es que flipé con esa película” para expresar que “esta mañana comí un jamón muy bueno” o decir “esa película me encantó”. Ambos significan lo mismo y yo uso el mío porque sé que la gente entiende cuando lo digo y porque ellos saben que yo no soy de aquí y no tengo por qué usar sus expresiones.

Ahora bien, los colombianos españoletes sí lo hacen. Es demasiado gracioso (aunque luego de un tiempo, insoportable) escuchar que te presentan a un colombiano (incluso no necesito que me digan de dónde es porque les reconozco el acento de una) y te saludan “Mira, yo llevo ya dos años en España, me la he pasado de coña aquí” o “mira, el coche me lo he comprado porque eso de usar el subte me carga” y otras expresiones que he oído y me dan ganas de reir… o llorar…

Un día, cuando le conté a un amigo español sobre este fenómeno, él me dijo que quizás era la forma como ellos sentían que podían comunicarse mejor con los españoles. Yo le dije que me sonaba muy raro (empezando que ni me salía natural) decir que “He dezcubierto que la g(hh)ente zuena raro hablando ezpañol” (z-s, g pronunciada casi gutural) y casi se muere de la risa. Me dijo que sonaba a español falso y que de una sabía que yo no era de aquí, le dije que exactamente así sonaban para mí y luego cuando escuchó a otro colombiano que habla españolete lo entendió y me dijo: Tienes toda la razón, suena demasiado falso y pretencioso.

Ahora, también he descubierto que ser extranjero tiene sus ventajas: eres exótico y eso puede ser un buen iniciador de conversaciones (es especial con esta gente que es un poco dura para hablar). En clase de fonética, por ejemplo, me he divertido mucho cuando grabamos vocales y las analizamos. Las mías nunca están en el patrón de los sonidos del español ibérico, sino que siempre están en rangos diferentes. Esto ha dado pie a varias conversaciones y debates, lo cual no sólo rompe el hielo, sino que permite integrarme en la sociedad sin necesidad de cambiar mi esencia, al contrario, aportando más de mi cultura.

Hablando con amigas latinas me dicen que en sus países también existe este fenómeno, pero casi siempre lo sufren personas o ignorantes (incluso iletradas) o personas con estudios pero emocionalmente inmaduras, que tienen poca o nula vida social y que lo hacen con el fin de justificarse o sentirse superiores una vez regresan.

Hablando también con mis compañeros españoles, ellos dicen que les es muy agradable escuchar a los latinos (algunos me dicen que en particular a los colombianos) porque hablan como cantando y las palabras nos fluyen fácilmente. Les gusta esa forma de expresarnos porque parece que siempre estuviéramos alegres y eso se contagia.

También les gusta mucho ciertas palabras que usamos (chévere, nota, bacano, hágale pues) aunque yo siempre les aclaro que yo no uso palabras de una región, sino de varias partes del país, puesto que mi familia es una amalgama de regiones y dialectos y yo ya no diferencio cuál es de dónde.

También he conocido colombianos que llevan aquí 10 o 15 años y no se les ha pegado el síndrome “españolete”. En Pamplona conocí dos muchachas que llevan más de una década allí y siguen hablando con su acento paisa. En ese momento estaba con mi director de tesis que es búlgaro pero vive en Inglaterra, y entiende un poco español, y se quedó escuchando nuestra conversación y encantado porque “es que los colombianos hablan muy bueno”.

Creo que lo que en realidad quiero decir es que no quiero perder ese pedacito de alegría colombiana que llevamos y que nos hace tan especiales en el mundo. Es extraño que se me hayan despertado esas ganas de querer preservar lo mío, mis costumbres y mis tradiciones, pero más que para evitar contagiarme o para imponerlas, este viaje lo veo como la oportunidad de tener un intercambio cultural de verdad, aprender de los demás y enseñar lo que yo traigo y lo soy. Esa es la idea de la unión europea ¿no?, y aunque mi país no sea de esta región, me gusta esa idea de colaboración y preservación al mismo tiempo. Al parecer me dio por ser embajadora de Colombia frente al mundo.

8 comentarios:

  1. A mi también me molesta esa gente, me parecen ridiculos..

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  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  3. Bueno pues no se si sea lo mismo de lo que tu hablas pero a mi me pasa que se me olvidan por momentos palabras de mi castellano, aqui solo hablo sueco todo el dia , excepto con mi bebe de 9 meses :) pero la cosa es que cuando voy a colombia a veces se me sale el sueco o no encuentro la palabra que busco en espanol. quizas no sea lo mismo de lo que tu hablas pero si se que le pasa a muchos , y no hay necesidad de vivir tanto tiempo en otro pais, yo solo llevo viviendo aca 2 anos. en fin

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  4. Hola sapita!
    No, no es tu caso del que hablo porque tu te mueves entre dos idiomas, y es completamente normal mezclarlos. Aquí me refiero al cambio "dialectal" entre español colombiano e ibérico (el mismo idioma con acento diferente porque uno es "mejor")
    Gracias por tu comentario!

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  5. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  6. jejeje kate toda la razón y a mi tambien me molesta... lo mismo ocurre con los costeños se van 2 o 3 meses al interior y ya vienen hablando rolo o paisa o el dialecto del lugar en donde se encuentren... pero los paisas, santandereanos, rolos y toda loa gente del interior que tiene sus negocios en la costa no adoptan nuestro dialecto siguen hablando igual y sus hijos aunque nacen en la costa continuan manejando el dialecto de sus padres... a mi en realidad me molesta ese tipo de personas... un abrazo

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  7. Hola! pues yo soy mexicano viviendo en España desde hace cinco años, y he decidido modificar mi acento. Las razones fundamentales radican en que me siento avergonzado de ser de México porque encuentro su sociedad putrefacta y en general, es la antítesis de mi pensar. Eso sí, si conociese a un colombiano que quiere cambiar de acento, me parecería triste porque Colombia es un país maravilloso y desborda talento: cineastas, pintores y sobre todo actores. Me hubiese encantado ser Colombiano a Mexicano.

    Pienso que mutar el acento es una decisión válida que exige reflexión y consciencia por las razones que te llevan a hacerlo. En mi caso, estoy orgulloso de intentar hablar, cada vez mejor, el español ibérico.

    Besos a todos, y creo que todo ser humano tiene derecho a hacer con su vida lo que quiera, siempre y cuando no haga daño a los demás.

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  8. a mi me encanta hablar pq mi acento es de manizales, y es cierto a la gente le encanta nuestro acento colombiano y entre mas tiempo paso aqui en ecuador mas me apropio de mi acento.

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