Y por fin estoy en Inglaterra. Ahora empieza el segundo año de maestría (bueno, en una semana) y mi segunda nueva vida (y esperemos que definitiva o cercana a la definitiva, esto de mudarse tanto es estresante).
Esta semana la he dedicado enteramente a organizarme en la nueva casa y a reconocimiento de terreno. Ando un poco ida todavía, así que quizás este relato quede a retazos, pero quiero consignarlo antes que se me olvide.
Me despedí de la soleada Barcelona y me monté al avión. El vuelo estuvo bueno, todo el rato con un sol hermoso. Llegue a un extrañamente soleado Brimigham (ahogándome con mi chaqueta puesta) y me recogió el taxi que había contratado. Fue un buen servicio, aunque lástima que el taxista no fuera más caballeroso, me vio con las maletas y no me ayudó, sólo las montó y ni abrió la puerta ni nada. Esto es algo que me sigue chocando de mucha gente por estos lados, no se dignan a ayudar (a hombres o a mujeres) que están bastante ocupados. Y luego cuando llegamos a la residencia, pues bajó las maletas y se fue, así sin decir nada (y eso que me dejó en la entrada trasera... menos mal una chica me abrió la puerta, o si no me tocaba dar la vuelta con las maletas). Pero bueno, un grosero no me iba a dañar el día (además, era indio, yo entiendo toda la parafernalia rara que tienen con lo de las relaciones sociales).
La residencia estudiantil.
Cuando llegué a la recepción, me dieron mi llave y me llevaron hasta el apartamento. Esta residencia parece un hotel, tengo mi cuarto y mi baño y comparto cocina y salón. El problema grande fue que no me avisaron que tenía que traer mis propias cosas (sábanas, cobijas, almohadas, ollas etc) y cuando llegué lo único que tenía era una sabanita que me había regalado una amiga en Barcelona. Dormí con eso (menos mal no está haciendo tanto frío) y al otro día salí a comprar las cosas de casa.
Pues, sin querer queriendo, esta fue la primera vez que me tuve que enfrentar a la compra del menaje de una casa. Hasta el momento yo había vivido en la casa de mis papás (y ellos compran lo que necesitan) o en la casa de Barcelona (que ya tenía todo porque era casa de familia). Esta vez me tocó a mi solita saber qué era lo que necesitaba, comprar lo mejor que pudiera (teniendo en cuenta que será para un año apenas) y cuidando el presupuesto.
Al principio estaba muy nerviosa porque todo lo veía muy caro (ya me dio un ataque pequeño cuando cambié los euros por libras... la disminución fue tremenda), y no sabía dónde comprar (yo soy especialista en ir a comprar a los lugares más caros para darme cuenta luego que hay otros más baratos). Cerca a mi casa hay un supermercado grande (Asda) y allí compré las sábanas, las almohadas y otras cositas. También iba mirando los precios de otras cosas que necesitaría después (secador de cabello, ornamentos de escritorio, cosas de la cocina) para poder comparar luego.
Asda: mi supermercado salvavidas.
Esa misma tarde fui al centro de la ciudad y encontré estos dos centros comerciales con buenas tiendas (Wulfrun y Mader Square) y quedé encantada porque encontré dos supermercados que venden TODO a una libra (Poundland y Poundworld) entonces aproveché y compré cosas como limpiadores, shampoo, acondicionador, cepillo de dientes, cosas del escritorio, cosas de la cocina (plásticos y esas cosas) y bolsas para la ropa sucia etc. Obviamente algunas cosas a una libra eran muy caras, pero como me dijo mi papá, unas cosas compensan las otras, así que creo que hice unas buenas compras.
Mi primera decoración de interiores: versión final de mi nuevo cuarto.
Con las cosas del hogar listas, pasé a la lista de cosas personales. Sólo vine con un par de botas, así que necesitaba zapatos más cómodos (porque el clima por aquí parece un día caliente en Medellín, y mis botas de invierno me estaban cocinando los pies) entonces me fui a caminar y terminé en una muy buena tienda de zapatos donde compré mis tenis de ejercicio por un muy buen precio.
El pasillo del apartamento.
Sobre mi casa propiamente he de decir que es bastante curiosa, parece un hotel. Es la primera vez que vivo en una residencia estudiantil, así que todo me parece nuevo y raro. Mi apartamento tiene cuatro habitaciones, de las cuales una estaba ocupada, pero hasta el segundo día no conocí a su ocupante. Mi compañera de apartamento es tailandesa y ese mismo día se iba para Tailandia y se quedará allá un mes. Me dejó algunas cosas (entre ellas ollas y vegetales para que utilizara mientras ella estaba por fuera) y me pareció bastante amable (fue ella quien me dijo lo de los desayunos gratis que da la residencia a todos los estudiantes). Las otras dos habitaciones todavía no están ocupadas, aunque ayer conocí a la vecina del apartamento de abajo, es una chica de Londres y va a vivir aquí por un año. Me dijo que todavía no hay mucha gente, que posiblemente lleguen la próxima semana.
La sala.
La cocina.
La ciudad me parece bonita, el centro me queda muy cerca (a diez minutos caminando) y la universidad aún más cerca. Me gusta mucho la arquitectura de la ciudad, las iglesias, las casas, las calles.
El mercado de Wolverhampton.
Otra de las tantas iglesias.
Entre todas estas vueltas, he aprovechado para conocer la ciudad, meterme por todos los callejones disponibles y ver a dónde salgo (menos mal he salido a lugares conocidos), he aprovechado para caminar bastante (ahora con tenis adecuados) y a hablar con la gente, quienes son sorprendentemente amables y me encanta ese acento "british" y esa forma tan elegante de explicar las cosas (si uno pide una indicación, le dan bastantes vueltas a la cosa, pero lo paso porque me gusta oírlos hablar). Obviamente todavía doy con algunos que tienen un acento demasiado marcado y no les entiendo ni pío, pero una sonrisa y un "Excuse me, I don't understand" y me repiten muy amablemente.
Calles de. la ciudad.
Galería de Arte.
He notado también que hay muchísimos indios y africanos (¿se puede decir negros?, porque no sé si sean de áfrica... en todo caso... afrobritánicos...) y es muy curioso porque ya me ha pasado varias veces que voy caminando en la calle y me saludan, y me preguntan que de dónde soy y que qué hago aquí (y eso que yo soy morena y de cabello oscuro... es decir, nada diferente de ellos). Es muy chistoso porque con dos chicos que he conversado en la calle, ambos me agradecieron que hubiera hablado con ellos y me dan los teléfonos para que los llame (jajajaja... sobretodo yo, que soy más vergonzosa para llamar a alguien).
Hoy estuve en la galería de arte buscando un mapa de la ciudad, una guía de sitios turísticos y viendo las exposiciones. Me gustaron bastante las exposiciones de la época Victoriana y la exposición de la escritora infantil Judith Kerr, quien escapó con su familia de la represión Nazi (eran judíos) y viajaron a Suiza, a Francia y por último se establecieron en Londres. Judith creó su personaje Anna, basado en ella misma, para contar cómo vivió la guerra y posguerra en un cuento llamado "
When Hitler stole pink rabbit" (Cuando Hitler se robó el conejo rosa). Luego, inventó el personaje del tigre para contar más historias a sus hijos y así han nacido varios personajes y varios libros de cuentos para niños muy famosos en Inglaterra.
Mis compromisos universitarios empiezan el 14 de septiembre con semana de bienvenida, matrículas, reuniones y un viaje a Stratford-upon-avon, lugar donde nació Shakespeare y al que planeo ir (y tengo que correr a comprar los tiquetes) porque últimamente ( y gracias a la BBC) ando embobada con las adaptaciones de sus obras Richard II, Henry IV y Henry V (y aprovecho para recomendar la serie
The Hollow Crown) y estoy en sintonía con la "Shakespearemanía" entonces, ya que estoy aquí, aprovecho y me meto en el rollo por completo.
Pero antes, esta semana, planeo ir a recorrer los otros parques de Wolverhampton (tiene varios parques y sitios interesantes) y aprovechando también que está haciendo un clima espectacular, caminar y conocer la ciudad que tendrá el placer de tenerme durante un año (jajajaja).
Entrada principal de la Universidad de Wolverhampton.
Vista desde el estadio "The Wanderers"
El clima hermoso que está haciendo en estos momentos. Esperemos que dure bastante.
Y por último, la mejor parte del día (y de la semana): vi una ardilla de verdad, de esas grises con cola pomposa. Menos mal tenía las manos libres para tomarle una foto, aunque no quedó muy buena que digamos. Quienes me conocen saben que es mi animal favorito (y mi apodo en la universidad) así que qué mejor recibimiento en Wolverhampton que un vistazo a mi mascota oficial :)
La ardilla está delante del árbol.