Y llegó la hora de decirle adiós a Barcelona y a España.
Así, rápidamente, se pasó un año completico. Un año de muchas experiencias y del cual conservo muchos recuerdos. Un año donde crecí personal y profesionalmente. Un año de grandes descubrimientos, de grandes viajes y de grandes cambios.
A pesar que mis últimos posts se han dedicado más a hacer un recuento de los viajes que a analizar todas las cosas que me han pasado, creo que conservo muy buen recuerdo de todo y más adelante hablaré de ello.
Estoy contenta porque este año me ha hecho enfrentar con muchísimas situaciones que pusieron a prueba mis conocimientos, mi valentía y mis prejuicios. Estos últimos, en especial, se han visto minados por una cantidad de hechos que me ha hecho replantear muchos de los pensamientos que tenía sobre la vida y sobre la sociedad, y sobre la forma en la que me proyecto en ella.
El hecho de vivir en una ciudad donde el estilo es "vive la vida loca" me ha permitido hacer la comparación entre represión y exceso de libertad y, en mi concepto, creo que ninguno de los dos extremos es bueno. Pero hoy no ahondaré en ello porque estos últimos días mi tiempo lo consume la preparación de las maletas y la clausura de mi vida aquí.
Como viajo en una aerolínea low cost (Bmibaby.... sí, yo también me reí cuando escuché ese nombre por primera vez) tuve que comprar el Flyplus que me permitía llevar una maleta de 22 kilos. Gracias a esta restricción de peso, me he dado cuenta que he acumulado demasiadas cosas en un año. Y eso que he hecho requisas y he botado cosas que no me servían. Sin embargo, considerando que voy para invierno perpetuo, mientras quepa mi ropa de invierno, el resto no me interesa que se quede. De todas formas, cálculos previos dicen que mi maleta va a pesar 22 y medio... entonces ¡espero que no me cobren mucho por ese medio kilo extra!
Para terminar (e iniciar) mi nuevo año en Inglaterra con todas las de la ley, viajaré el 3 de septiembre (mi cumpleaños) a mi nueva casa. En realidad es una residencia estudiantil, entonces será interesante eso de convivir con más gente en una casa. Por su parte, convivir con una familia estuvo bien, y me llevo muy buenos recuerdos y muy buenas amistades (y obviamente, una familia a la que espero volver a ver).
Como ya me voy, (y nótese mi nivel de paranoia) ahora si puedo poner fotos de esta primera casa en Barcelona. Es preciosa y ha sido muy agradable vivir aquí, en especial en estos últimos meses, porque he podido usar mucho la terraza para hacer comidas y reuniones con mis amigos.
Aquí dejo algunas fotos de mis dominios jeje:
La vista de la terraza
Mi clóset (en invierno trasladé la mayoría de mi ropa para la parte de adentro porque ahí no llegaba la calefacción y hacía mucho frío)
Mi cuarto desde el clóset:
Mi cuarto desde la puerta (atrás se puede ver el clóset y la terraza)
Mi escritorio y biblioteca (todas esas bolsas y maletas están llenas de ropa y cosas para regalar)
La vista desde la terraza (tengo que tener las cortinas abajo o el sol me quema las maletas)
Así, rápidamente, se pasó un año completico. Un año de muchas experiencias y del cual conservo muchos recuerdos. Un año donde crecí personal y profesionalmente. Un año de grandes descubrimientos, de grandes viajes y de grandes cambios.
A pesar que mis últimos posts se han dedicado más a hacer un recuento de los viajes que a analizar todas las cosas que me han pasado, creo que conservo muy buen recuerdo de todo y más adelante hablaré de ello.
Estoy contenta porque este año me ha hecho enfrentar con muchísimas situaciones que pusieron a prueba mis conocimientos, mi valentía y mis prejuicios. Estos últimos, en especial, se han visto minados por una cantidad de hechos que me ha hecho replantear muchos de los pensamientos que tenía sobre la vida y sobre la sociedad, y sobre la forma en la que me proyecto en ella.
El hecho de vivir en una ciudad donde el estilo es "vive la vida loca" me ha permitido hacer la comparación entre represión y exceso de libertad y, en mi concepto, creo que ninguno de los dos extremos es bueno. Pero hoy no ahondaré en ello porque estos últimos días mi tiempo lo consume la preparación de las maletas y la clausura de mi vida aquí.
Como viajo en una aerolínea low cost (Bmibaby.... sí, yo también me reí cuando escuché ese nombre por primera vez) tuve que comprar el Flyplus que me permitía llevar una maleta de 22 kilos. Gracias a esta restricción de peso, me he dado cuenta que he acumulado demasiadas cosas en un año. Y eso que he hecho requisas y he botado cosas que no me servían. Sin embargo, considerando que voy para invierno perpetuo, mientras quepa mi ropa de invierno, el resto no me interesa que se quede. De todas formas, cálculos previos dicen que mi maleta va a pesar 22 y medio... entonces ¡espero que no me cobren mucho por ese medio kilo extra!
Para terminar (e iniciar) mi nuevo año en Inglaterra con todas las de la ley, viajaré el 3 de septiembre (mi cumpleaños) a mi nueva casa. En realidad es una residencia estudiantil, entonces será interesante eso de convivir con más gente en una casa. Por su parte, convivir con una familia estuvo bien, y me llevo muy buenos recuerdos y muy buenas amistades (y obviamente, una familia a la que espero volver a ver).
Como ya me voy, (y nótese mi nivel de paranoia) ahora si puedo poner fotos de esta primera casa en Barcelona. Es preciosa y ha sido muy agradable vivir aquí, en especial en estos últimos meses, porque he podido usar mucho la terraza para hacer comidas y reuniones con mis amigos.
Aquí dejo algunas fotos de mis dominios jeje:
La vista de la terraza
Mi clóset (en invierno trasladé la mayoría de mi ropa para la parte de adentro porque ahí no llegaba la calefacción y hacía mucho frío)
Mi cuarto desde el clóset:
Mi cuarto desde la puerta (atrás se puede ver el clóset y la terraza)
Mi escritorio y biblioteca (todas esas bolsas y maletas están llenas de ropa y cosas para regalar)
La vista desde la terraza (tengo que tener las cortinas abajo o el sol me quema las maletas)