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sábado, 9 de abril de 2011

Nuevas vecinas

Tenemos nuevas vecinas y esto no se ve bueno.

Antes que nada diré que los anteriores vecinos han sido, en su mayoría, hombres y definitivamente prefiero convivir con hombres que con mujeres, aunque esta idea la desarrollaré en otro post.

Yo vivo en una casa reformada. Antes era una sola casa pero la dividieron para que fueran dos. Vivo en un primer piso que tiene un "patio" interno que da al techo de la casa de encima (a unas tejas). Este tipo de construcción es muy típico de los paisas (y no es crítica, de hecho admiro mucho la forma de construir de los paisas porque de un huequito sacan un apartamento, nada cómodo pero vivible al fin y al cabo).

Nuestro patio tiene tres muros que dan a las ventanas interiores del piso de arriba, es decir, podemos escuchar, oler y ver cuando prenden las luces (estas se reflejan bastante en mi patio, especialmente en mi cuarto que da hacia el "patio"). Desde que vivimos aquí hemos tenido tres vecinos.

El primero un señor que trabajaba todo el día y llegaba tarde en la noche. Cuandro encendía la luz se reflejaba aquí abajo, pero aparte de eso, el señor ni se sentía. Era casi como si tuviéramos la casa para nosotros solos.

Luego la casa quedó vacía un tiempo y llegó una familia. El señor, la señora y dos muchachos universitarios. La señora trabajaba con máquinas de coser y hacían bastante ruido, pero luego movieron las máquinas a la sala y ya el ruido no era tan molesto. Los muchachos eran como cualquier joven normal, escuchaban música (en especial el menor), hablaban por teléfono y a veces se jugaban entre ellos. Aparte de los ruidos normales de una familia, nunca tuvimos problemas con ellos.

Otra vez la casa quedó sola porque la familia se mudó (los señores se separaron y los hijos se fueron a vivir solos) y ahora llegaron los otros vecinos, vecinas para ser más clara. La primera impresión fue auditiva. Llegaron con el camión de mudanza, y con un griterío horrible.

Está bien, una mudanza no es silenciosa, hasta ahí todo iba bien. Por las voces logramos identificar tres mujeres grandes, un niño y una niña, también una voz extraña que luego nos dimos cuenta es un loro (¡!) No había pasado media hora desde que llegaran cuando descubrimos que son personas con un... florido vocabulario. En algún momento a alguien se le cayó algo que llevaba y dijo tres madrazos (de los fuertes), unas cuantas maldiciones y del mal que se iba a morir medio mundo. Está bien, quién no se enoja cuando se golpea o se le cae algo. Luego sentimos una cachetada y unas maldiciones más, unos madrazos de alto nivel y un nombre... "•$%$% •$%$& "•$%$& Rodrigo, ¿qué te estás creyendo? seguí así gran •%•$%&%& y te pego más" Y Rodrigo se puso a llorar. El niño había estado jugando con la hermanita (creo que es la hermanita) y la empujó o se cayeron, y la mamá/tía/abuela lo mandó a comer de la que sabemos.

En estos dos días que llevan aquí, específicamente en las horas que yo paso en mi casa, (en total, unas tres o cuatro al día) han dicho más vulgaridades que las que digo yo en seis meses. Sin embargo, a fin de cuentas, eso no me molesta tanto. Es vergonzoso y dice mucho del tipo de personas que son, pero si ser vulgar fuera un delito, todos estaríamos presos. Lo que más me tiene enojada de nuestras nuevas vecinas es que tienen el peor de todos los hábitos: fuman.

Esta casa es de construcción paisa, por lo tanto, es cerrada, en el sentido que sólo hay una ventana que da a la calle (sip) y el resto del aire se concentra en el "patio". Yo tengo entendido que si uno fuma lo debe hacer en lugares abiertos, para que el humo del cigarrillo se pueda expandir. Sin embargo, estas viejas (no sé cuál de ellas) fuma dentro de la casa. Y el humo no sólo lo huelen ellos sino que baja y nos llega a nosotros también. Llevamos dos días oliendo cigarrillo (siendo fumadores pasivos) y ya mi papá se empezó a enfermar.

Esta casa no es nuestra, es alquilada. Mi mamá habló con la dueña y pues, siendo que somos los inquilinos más antiguos (y los que más caro pagamos) no creo que deje ir esa minita de oro, pero falta ver qué medidas toma en el asunto.

Por ahora, nos ha tocado aguantar a las vecinas vulgares y fumadoras. Sin embargo, varias cosas me dejan pensativa. Primero: ¿qué tipo de irresponsable fuma dentro de una casa donde hay niños? no sólo por el mal ejemplo que les da, sino porque es sabido que el cigarrillo es tan malo para quien lo fuma como para quien huele el humo (fumador pasivo).

Bien, lleguemos al punto que lo que cada quién quiera hacer en su casa, es su problema. Pero esa es la cosa, no están en su casa (también alquilan) y ven perfectamente que el humo del cigarrillo baja y nos molesta. Cuando alguien se muda a la casa de arriba, nosotros tratamos de mantener las normas de buena vecindad, ruidos bajos después de cierta hora, no gritar mucho ni molestar mucho con el perro, apagar las luces cuando no son necesarias etc. Todo en aras de no tener problemas con los vecinos. Pero estas señoras fueron llegando sin que les importara nada más.

Le dije a mi mamá para ver si hablamos con ellas pero no estamos seguros de saber qué tanto podemos entrometernos, de poder decirles: "ey, es que el humo de su cigarrillo cuando lo fuma en la sala me afecta, váyase para el balcón (y en lo posible lávese la boquita con cloro... por cierto, ahora se están insultando porque una dañó algo... son como medio destructoras, por lo visto)". Además, estamos a punta de dos ventiladores encendidos para esparcir el humo del cigarrillo. Pero esto no puede ser son de todos los días. No me quiero ni imaginar la cuenta de luz a fin de mes.

Generalmente nunca hemos tenido problemas con los vecinos, y ahora mismo no sabemos muy bien qué hacer. Mis papás están pensando buscar otra casa, pero eso a mí no me parece: nosotros vivimos aquí hace más tiempo y el que llega es el que se adapta o se va. Mentiras, sin llevarlo a ese extremo, la lógica y las normas de buena convivencia dicen que no debo hacer algo que afecte a mi vecino ¿no?.

Yo quiero hablar con ellas, pero algo me dice que esas cabecitas que sólo producen vulgaridades no van a comprender lo que es la convivencia (además que también tienen un genio alzadito).

Sé que esto no se debe convertir en una guerra de poderes, porque eso termina haciendo mucho daño, y qué pereza uno vivir agarrado con sus vecinos. Por esa razón trato de no darle mucha importancia a la cosa. Este es el primer fin de semana que pasaremos "juntos". Vamos a ver hasta donde me da la paciencia.

1 comentario:

  1. Bueno y como te va ene l fin de semana? me causó mucho risa esta frase "son como medio destructoras, por lo visto". Por lo que cuentas te recomendaría no hablar con ellas si no quieres tenerlas de enemigas, mejor que lo haga la dueña de la casa. Abrazos.

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