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viernes, 15 de junio de 2012

Besançon - Francia



¡Y volví enamorada de Francia!

Esta semana fue la presentación de las tesis de los alumnos de segundo año de mi máster y se realizaron en Besançon, Francia. Esta es una ciudad cerca a la frontera con Suiza y Alemania.

Yo tenía mis serias reservas con este viaje por lo de mis experiencias en cuanto al francés se refiere. Sin embargo, como iba acompañada y emocionada por ver una defensa de tesis de maestría internacional, no dejé que la cosa avanzara.


El vuelo salió normalmente de una soleada Barcelona, llegamos a una lluviosa Lyon y salimos del aeropuerto.  Resulta que Besançon no tiene aeropuerto, entonces hay que llegar al de Basilea o al de Lyon y luego tomar un tren. Desde Barcelona tuvimos un problema con la página web que no aceptaba nuestras tarjetas, entonces nos tocó llegar a comprar los tiquetes allá (primera vez que viajo sin tenerlo todo completamente comprado). Sin embargo, para llegar a la estación de trenes de Lyon desde el aeropuerto se debe tomar un tranvía (El Rhône-Express) que cuesta 14€ (11€ si eres menor de 25 años, yei). Como llegamos un domingo, no había ni un alma en la estación. Nos tocó dirigirnos a las máquinas expendedoras de tiquetes y yo compré el mío sin problema, pero cuando mi compañera iba a comprar el de ella, la máquina se trabó y se guardó el dinero, no regresó el cambio ni tampoco el tiquete. Pasamos un rato buscando a alguien que nos pudiera ayudar, hasta que al final (como el tiquete sólo tiene validez durante 45 minutos) compramos otros y nos montamos en el tranvía donde, afortunadamente, estaba un señor que revisa los tiquetes.

Aquí llegó mi primer gran momento de hablar en francés (y justo para hacer un reclamo) y pues, me fue bien, logramos decirle al señor lo que había pasado, el redactó el informe y nos dijo a quién podíamos contactar para pedir la devolución del dinero. Llegamos a la estación de Lyon, buscamos nuestro tren y nos preparamos para el viaje de hora y media.


 El paisaje es simplemente hermoso. Creo que ha sido el viaje en tren más bonito que he visto en mi vida. Ya entiendo por qué la campiña francesa es la más admirada. De cierta forma me recordó a Antioquia por sus montañas (obviamente guardando las diferencias) y las casitas parecían sacadas de un cuento de hadas (claro que los cuentos de hadas están basados en estos pueblitos y arquitecturas....) el viaje iba bien hasta que el tren se detuvo en mitad del campo, sólo montañas, ríos y mucha hierba... cuando por el altavoz dice el conductor que el tren iba a sufrir un retraso porque un pasajero estaba enfermo y necesitaban llamar a los bomberos. Un rato después estaban llamando a las ambulancias. Más tarde, que si había algún médico en el tren... el caso es que nos demoramos una hora completa mientras llegaba la ayuda. Nosotras aprovechamos para hablar con nuestros compañeros de tren, quienes resultaron ser gente muy simpática. Nos dijeron qué teníamos que ver en Besançon y qué hacer en esos días. Uno incluso se ofreció a llevarnos al hotel (porque era tardísimo y no había transporte) y fue como si se nos apareciera el ángel de la guarda!


Como llegamos casi a media noche, no había nada abierto, y nosotras no habíamos comido nada. Menos mal encontramos un bar de fútbol que abría hasta la una de la mañana y hablamos con el señor (francés también yeii) y le contamos que llevábamos todo el día viajando y que si tenía algo de comida. Nos preparó ensaladas y tomamos jugo. Fue otro ángel guardián!


Al otro día nos fuimos derecho al supermercado a comprar los víveres y luego nos reunimos con otra de nuestras compañeras con quien caminamos por la ciudad, buscamos el lugar de la conferencia (que encontramos luego de dar la vuelta más tonta del mundo, porque lo teníamos en frente) y compartimos un almuerzo azucarado. Luego nos fuimos al lugar que el chico del tren nos recomendó. "La Citadelle" es una especie de fortaleza donde empezó la ciudad y de la cual hacen parte todos los otros fuertes.


En la Citadelle hay un zoológico, acuario e insectario que fueron bastante interesantes. Lo más impresionante fue el museo de la deportación y la resistencia que narra la historia de la influencia nazi en Francia. El ambiente es bastante sobrecogedor (y no ayuda que las cámaras sean cerradas y sin ventanas) y se puede dar un paseo de unos 30 minutos reviviendo los horrores de la segunda guerra mundial, el nazismo, los campos de concentración y luego la liberación.


También está el museo de Charles Vauban, el arquitecto que diseñó la Citadelle y se cuenta la historia de la misma.

Luego, cuando salimos ya era tarde y estaban cerrado, así que nos fuimos a andar el centro de la ciudad y terminamos en un bar donde tomé una cerveza de frutos rojos excelente! Luego al hotel y a dormir.

Al otro día empezaron las exposiciones, bastante interesantes y de un nivel muy bueno. Me gustaron mucho los trabajos de los compañeros porque son aplicaciones bastante interesantes de lo que estudiamos. Claro que la parte más divertida siempre eran los recesos porque podía hablar con todos. Luego el almuerzo donde probamos bastantes comidas ricas (menos una ensalada que no me gustó) quesos y vinos de la región. Luego más presentaciones y por la noche, nos fuimos a un bar con el chico del tren, un amigo suyo y nuestros compañeros. Nos quedamos hasta pasada la media noche, hablando y compartiendo las aventuras de los eramus mundus.

Al otro día fue el cierre de las presentaciones, la deliberación del jurado y la entrega de premios. Para mi orgullo latino, el ganador fue un chico de Argentina. Uno de mis compañeros de aquí de la UAB quedó en segundo lugar por su magnífico trabajo y en tercer lugar otro chico que conocí ese día y cuyo trabajo fue súper interesante.

En la noche, en el buffet ofrecido por el consorcio pasamos muy bueno, tomamos mucho vino y comimos una comida deliciosa. Luego nos fuimos a un bar de música latina donde bailamos un rato, luego a otro donde tomamos más, y cuando ya todo estaba cerrado, terminamos en un lugar cerca de la universidad tomando y hablando. Regresamos al hotel ya casi de mañana y no pudimos dormir nada porque a las 8 teníamos que estar en la estación de tren.

Ahora bien, es la primera vez que viajo tan enguayabada, cansada y sin dormir. Llegar a la estación, comprar los tiquetes, nos dieron uno que se demoraba más de lo previsto y nuestro vuelo salía de Lyon a la 1pm. Llegamos corriendo a la estación del tranvía y en mitad del camino.... se varó! Nosotras sufriendo porque no íbamos a alcanzar el avión. Luego llegamos al aeropuerto corriendo y después de mucho sufrir, de mucho correr (no es nada gracioso hacer ejercicio cuando uno está enguayabado) logramos llegar justo a tiempo cuando estaban embarcando. El vuelo fue chistoso porque hubo un poco de turbulencia, entonces el reto fue "intentar conservar el contenido del estómago en el estómago". Llegamos tan cansadas a Barcelona que no tuvimos ánimos de coger el tren, así que un taxi después (y un momento de casi vomitar porque el señor dio muchos giros) llegamos a la casa. Yo llegué directo a bañarme y a dormir hasta el otro día.


Puedo decir que este viaje ha sido el más bonito que he tenido hasta ahora porque es la primera vez que viajo dejando muchos cabos sueltos, pero la primera vez que he disfrutado cada instante del mismo. Conocí gente maravillosa, comí comida deliciosa, vi unos paisajes de ensueño... mejor dicho... no me quería devolver, pero así es la vida y creo que este viaje queda en mi memoria como un recuerdo muy feliz.


1 comentario:

  1. Yo soy de México y viví 5 años en Besançon y es una ciudad de ensueño, uno se enamora de esas ciudad encantadora y pintoresca. Felicidades por ese viaje, sé que tendrás de que charlar con tus hijos y nietos.

    Saludos

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