Ayer fue la despedida de vacaciones de mis dos mejores amigas. Una entra a estudiar y la otra a trabajar. Vale decir que todo este enero nos hemos estado encontrando quizás mucho más seguido de lo que nos hemos encontrado todos estos años. Pero ha sido supremamente agradable haber tenido la oportunidad de compartir con ellas.
Me siento muy feliz y honrada de ser su amiga y sé que son mujeres bastante valiosas, fuertes, inteligentes y que siempre van a triunfar en la vida. Una estudia medicina, la otra ya se graduó de derecho (yupi, ya tengo médico y abogado en casa!!). Ambas son completamente diferentes la una de la otra, sin embargo a ambas las quiero tal y como son.
Tenemos muchos sueños y muchas expectativas, también con el paso del tiempo hemos ido creando nuestros códigos y tradiciones. Las cartas de 15, 20 y 30 años (que Andrea ya nos dió y Paola todavía debe), los encuentros anuales de enero, los miles de secretos y cuentos de nuestras vidas diarias.
Este pequeño espacio era simplemente para decirles cuanto las quiero, que son mis mejores amigas y que espero que esta amistad dure muchísimo tiempo.
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