Estoy leyendo un libro que hace rato tenía ganas de leer. Bueno, son varios, pero hoy apenas empecé con el primero. Hablo de la saga Millenium de Stieg Larsson, el escritor sueco que ha tenido tanta fama con dicha saga (a pesar que no vivió para ver los resultados de su trabajo).
Los libros son: Los hombres que no amaban a las mujeres, La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina y La reina en el palacio de las corrientes de aire. Nombres bastante extraños para una saga tan interesante como enrevesada.
Apenas voy en el primer libro y me tiene atrapada con la historia. El estilo es sencillo, ameno y bastante cautivador. Y no digo más porque no he terminado de leer. Ya en su momento hablaré de ellos.
Sin embargo, leí una parte de este primer libro (Los hombres que no amaban a las mujeres) que me dio más material para hablar sobre algo que hace rato me viene rondando por la cabeza.
No voy a contar la historia porque es muy larga y no deseo dañarle esa emoción a nadie, pero en esta parte del libro sucede algo que me dejó pensando. El protagonista Mikael tiene una amiga que se llama Erika, ambos son amantes desde que estaban en la universidad. Ella está casada y él estuvo casado también con otra mujer. El marido de Erika sabe de la relación que ella tiene con Mikael y la aprueba (por lo menos la acepta) y él, aunque le contó a su esposa sobre la relación que tenía con Erika, ella no aguantó este tipo de relación y se separó de él. Mikael tiene que irse a vivir a una isla y allí conoce a Cecilia, le cuenta de la relación que tiene con Erika y le dice que se ven de vez en cuando (lo cual es verdad, en el libro describen que no son amantes constantes, que tienen periodos de fogosidad y periodos de alejamiento). La química entre él y ella se incrementa y terminan acostándose. Una noche cualquiera, en que estaban juntos Cecilia y Mikael, Erika se aparece de sorpresa en la casa de Mikael y lo encuentra con Cecilia. Se disculpa por haber llegado de improviso, y les dice que ella viene más tarde. Él le dice que no importa, que se quede, Cecilia (que ya sabía la existencia de Erika) la saluda, aunque un poco incómoda, y Erika se queda, prepara el desayuno y los tres desayunan con mucha tranquilidad. Luego Cecilia los invita a ambos a cenar (junto con otra persona) y todo se desarrolla de la forma más natural y civilizada. Aunque al final Cecilia decide no seguir con él porque ese estilo de vida no encaja con el suyo (es decir, ser la oficial mientras el otro sigue viéndose de a ratos con su amiga).
Esto me pareció bastante… extraño. En el mundo en el que yo vivo, la historia se habría desarrollado más o menos así: Mikael y Erika son amantes desde la Universidad. Ella se casa pero no le dice nada al esposo. Deja de ver un tiempo a Mikael, pero un día cualquiera se lo encuentra y las viejas pasiones resurgen y vuelven a ser amantes (a espaldas del marido, porque donde se entere, los mata a ambos). Un día cualquiera, efectivamente el marido se entera y después de una pelea monumental en la calle, Mikael tiene que salir huyendo porque el marido de Erika lo amenaza de muerte donde lo vuelva a ver. Mikael se recluye en una isla y conoce a Cecilia, a quien hace su amante inmediatamente (sin decirle nada sobre Erika). Un día, Erika decide irse a buscar a su antiguo amante porque no aguanta la relación con su esposo (pero no se separa de él porque el hombre es muy poderoso y ella ya no sabe valerse por sí misma, entonces se condena a un matrimonio donde el marido desconfía de ella, pero no la deja irse). Erika llega y encuentra a Mikael con Cecilia, y sale corriendo indignada y llorando (¿cómo pudo cambiarme tan rápido?) y él sale corriendo detrás de ella para explicarle. No la alcanza y cuando vuelve a la casa, Cecilia está con cara de matarife diciéndole que quién cree que es ella, que ella no es plato de segunda mesa. Y lo bota de la casa.
Me reí imaginando la historia porque la escribí muy light, cosas peores se han visto (agarrones entre dos mujeres por un hombre… esos son los más chistosos). La duda que me queda es si existen relaciones como la que se describen en el libro (yo no tengo casi conocimiento de las culturas nórdicas, excepto por las historias que cuentan algunas chicas en sus blogs, donde dicen que la vida sí es muy liberada). De ser así, me parce que tienen una mente muy liberal. A mí no me parece que uno sólo pueda amar a una persona, en eso estoy de acuerdo con los protagonistas. Pero no sé si sería capaz de mantener una relación con alguien que tiene otro alguien especial. Creo que los celos terminarían por ganarme y dañar la amistad o el romance.
Es difícil conciliar esos puntos de vista. ¿Cultura?, ¿educación?, ¿conductas aprendidas? ¿pérdida de los valores? No sé. Por muy “mente abierta” que me considere, sé que mi cultura y mi educación (mi ambiente) me ganan, se terminan imponiendo y creándome… ¿prejuicios?... la verdad no sé. Es complicado, ¿serían ustedes capaces de mantener una relación como la del libro?
hoy te pasaste escribiendo eh! 4 post tuyos en un dia!
ResponderBorrarlo que dices me causo mucha risa. A ver que te dice un sueco, pero yo he visto que algunas relaciones así son de lo más normal allá. Celos? de qué hablas? si ellos son civilizados pues jejeje
Muy interesante tu post, yo no leí los libros si no que me vi las 3 películas y son muy buenas. En cuanto a lo que dices de las relaciones abiertas (con conocimiento), coincido con M en que acá todo es normal, todo hace parte la civilización, (tengo un post pendiente de algo parecido) y definitivamente para nosotros los latinos es dificil encajar en todos esos conceptos.
ResponderBorrarHola! es la primera vez q leo tu blog, yo tampoco he leído los libros pero he visto las pelis y son muy buenas. Con respecto a las relaciones abiertas y los celos, solo puedo decir q mi esposo es nórdico y más celoso q cualquier latino con el q haya salido, así q supongo q puedes encontrar de todo en todas partes ;)
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