Como ando incomunicada con el resto del mundo porque en mi oficina decidieron aplicar unas políticas estrictas en lo referente a la seguridad de la información y el control que se aplica sobre ella, mis posibilidades de comunicarme disminuyeron. Entonces decidí que de alguna forma me tengo que expresar. Así que voy a mejorar mi escritura y voy a ver si puedo desatrasarme de todas las cosas que tengo en la mente, pero que no he tenido tiempo de escribir.
Como mi acceso al chat queda restringido al chat interno, dónde casi no tengo conocidos ni ganas de hablar con nadie, decidí volverme bien juiciosa y hacer varios cursos virtuales que ofrece la compañía. El que estoy haciendo actualmente se llama “Virtual Team Communication” y trata sobre las habilidades que debe tener una persona que dirija un equipo de trabajo virtual.
Yo he trabajado de forma indirecta con esta modalidad, cuando he dirigido proyectos de traducción o cuando hice parte de un grupo que estaba desarrollando un proyecto de investigación, así que no es un campo particularmente desconocido. Sin embargo, aunque la comunicación virtual aplicada a los negocios es una herramienta que minimiza costos, que permite un trabajo casi constante y continuo, también presenta muchos inconvenientes como posible falta de comprensión entre el equipo de trabajo (el lenguaje escrito y el lenguaje oral tienen marcos completamente diferentes), puede presentarse un cierto desapego o falta de compromiso por el mismo hecho de ser algo virtual y todo esto puede influir en el buen curso del negocio.
Aunque no es propiamente en lo que enfatiza el curso, su contenido me hizo pensar que la comunicación (virtual y personal) en el ámbito profesional es un tema bastante delicado. Este tema ha sido estudiado desde todos los puntos de vista: psicológico, organizacional, jurídico etc, pero la teoría no proporciona los suficientes medios o no muestra el espectro completo de lo que la comunicación profesional es y debería ser.
Con comunicación profesional me refiero a todo el conjunto de actividades comunicativas realizadas en un plano profesional. Esto va desde la comunicación impersonal (a través de correos, memos, publicaciones internas etc) hasta la comunicación personal (reuniones, debates, charlas de pasillo y cocina, charlas a la hora del tinto, conversaciones jefes- subordinados etc).
El mayor problema con este tipo de comunicación es que a pesar de querer dar unos niveles o patrones sociales para seguir, a menudo deja de lado que los actores de la comunicación son seres humanos, y que por muy profesionales que sean, son personas sometidas a diferentes tipos de presiones y emociones que afecta su convivencia con los demás.
No puedo hablar desde la experiencia porque la verdad es que no tengo. Sólo he vivido en esta oficina y es el único mundo que conozco (en materia laboral), pero lo que he podido notar aquí es que llega un punto en que las personas renuncian a ser ellos mismos con tal de seguir las directrices de un puesto.
Pongo un ejemplo, hace unos días, una de las ingenieras me contaba que estaba muy estresada porque tenía mucho trabajo (una carga de trabajo demasiado exagerada) y que ella es obsesiva con el trabajo, sin embargo, ella sabe eso y está tratando de no dejarse consumir por el trabajo, pero eso le está causando problemas. Si no trabaja y cumple, tiene problemas, pero si se afana en cumplir con su trabajo, su hija se resiente y se deprime porque no puede pasar tiempo con ella. Yo le pregunté que porqué no hablaba con la jefe para que le bajara la carga de trabajo, ella me dijo: “es que con ella no se puede hablar, para ella sólo existe la frase: cumpla y no me interesa saber más nada”.
Yo sé que trabajar en una fábrica es algo estresante y demandante, pero ¿hasta qué punto se le debe dar prioridad al trabajo? El trabajo es algo importante en la vida de un ser humano, eso nadie lo niega. Albert Camus decía que “Sin trabajo la vida se pudre, pero cuando el trabajo no tiene alma, la vida se ahoga y se muere”. Pero, ¿se debe sacrificar la personalidad, el bienestar, la salud e incluso la capacidad de entablar relaciones por un aspecto laboral?
A ver, estoy saltando mucho, lo que me impresiona es que en un ámbito laboral uno pueda llegar a cerrarse de forma tan cínica y poco saludable “porque así lo exige mi ambiente”. Yo no soy la persona más sociable del mundo, puedo interactuar de forma educada y hasta animada con la gente, pero me cuesta mucho hacer amigos. Abrirle mi corazón a alguien es un proceso que me toma años (literalmente) y que no le permito a todo el mundo inmiscuirse mucho en mis cosas. Como yo hay muchas personas así, sin embargo, eso no nos impide interactuar gratamente en cualquier plano con los demás. Yo tengo claro que en el ámbito laboral uno no va a hacer amigos, pero, ¿sería tan malo hacer colegas con los que se tenga un buen ambiente laboral?
En la oficina en la que estoy (y creo que en muchas oficinas pasa esto) a pesar que hay gente muy amable con quienes se crea un ambiente de trabajo muy agradable, hay muchos otros que enturbian ese ambiente. Son mentirosos, rastreros, arribistas, dobles, peligrosos y no tienen sentido de la comunidad. No digo que todo el mundo deba ser un santo, pero estamos hablando de personas adultas comportándose como adolescentes. Aquí la comunicación se ve impactada por sentimientos personales, y lo que más me impresiona es que es la primera vez que veo cómo la sed de poder, de alcanzar un mejor status social o simplemente carencias personales que se arrastran, pueden convertir a una persona en un ente difícil que entorpece los procesos y que puede crear un “mal ambiente”.
La comunicación en el ámbito laboral se ve muchas veces entorpecida porque, lo que he notado en mi trabajo, es que todo el mundo quiere hacerse notar pero nadie quiere asumir la responsabilidad de lo que se hace. Esto causa que un gran porcentaje de la comunicación quede en suposiciones y cosas que se deben asumir o están en “entredicho”, con lo cual contradice una de las máximas de la comunicación de negocios: todo debe ser muy claro.
Pongo otro ejemplo, hace unos días un manager de otro proyecto me pidió que le ayudara con un trabajo, para esto yo debía pedir la instalación de unos programas y debía seguir un proceso. Dentro de este proceso, mi jefe debía aprobar la instalación de esos programas y, aunque yo le conté bien para qué necesitaba los programas y quién me los estaba pidiendo (y debo resaltar aquí que es alguien con mucho mayo rango que ella), ella me rechazó el pedido sin dar ninguna justificación. Yo me asombré, pero luego me dije que bien, si ella no quería, yo no podía hacer nada. Luego alguien me comentó que posiblemente se debía a que ella no iba a permitir que yo trabajara para otra persona así como así. Posiblemente sea cuestión de egos, o la verdad no sé, pero esa falta de comunicación me ha parecido bastante extraña. Yo tuve la intención de preguntarle qué había pasado pero algo me dice que no es sabio hacerlo. Y eso es lo que me da rabia, que ese secretismo, esos celos infundados o esos egos inflados se mezclen tanto en mi ambiente que yo termine actuando como ellos. Lo peor es que muchas de las veces que he confrontado los hechos, he salido perdiendo. Entonces es el ambiente el que a uno lo vuelve así, pero ¿cómo luchar contra este tipo de ambientes?
No tengo respuesta a este tipo de preguntas, ni siquiera tengo puntos de comparación. Sólo me resta esperar y ver cómo se desarrollan las cosas y cuál será mi actitud natural hacia ellas.
Ah no, que hardcore esa situa :s
ResponderBorrar