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jueves, 25 de noviembre de 2010

Los supervisapos

Estaba en estos días leyendo un artículo sobre los perfiles que se encuentran comúnmente en un ámbito laboral. El escritor mencionaba que todos tendíamos a seguir un cierto tipo de perfil que resaltaba un cierto aspecto de nuestra personalidad. Algunos de esos perfiles eran defectos o cualidades negativas que se incentivaban de forma bastante marcada, generando a aquellos personajes que son objeto de las burlas de los correos que envían por ahí por Internet.

El lambón (o adulador para ser más políticamente correcta), el que no hace ni deja hacer, el envidioso, el trepador, el chismoso etc., son sólo algunos de los personajes que a diario nos encontramos en nuestro trabajo (y en la vida diaria… para qué negarlo).

En mi oficina hay un personaje que reúne las características de varios de los personajes anteriormente nombrados y que muy sabiamente una compañera bautizó como: el supervisapo.

En todas las oficinas hay un supervisapo. Es el tipo que debemos tolerar en aras del “buen ambiente” pero que no vemos la hora que meta la pata para que se vaya… si son tan afortunados.

¿Quién es el supervisapo?

Este personaje es generalmente un mando medio con ínfulas de gerente. El background de dicho personaje es casi siempre una persona rechazada por falta de suficiencia social, exceso de amor propio y una marcada tendencia a darse más ínfulas de las que en realidad posee. Es posible que esto se deba a una seria carencia de amor y afecto en su vida (casi siempre estos personajes son físicamente desagradables) pero se necesita más investigación en esta área.

El supervisapo generalmente llega a la hora en punto y sale en punto. No se queda un minuto más nunca. A no ser que se lo paguen. Para ellos todo se reduce a plata. Sin plata, no hay trabajo y saben aplicar muy bien este lema. Como tiene ínfulas de gerente, tratan de buscar los espacios más grandes, los escritorios más grandes, los casilleros más grandes, para así alimentar su fantasía. Casi siempre buscan situarse en un puesto que les de una vista panorámica de todo su entorno, de esta forma pueden estar enterados de todo lo que sucede, y sentir que su poder se incrementa. Otro de sus lemas es: la información es poder, y desafortunadamente, muchos de los supervisapos manejan información que (como siempre utilizan para mal) puede ser dañina para quienes no estén en su lista de favoritos.

Estar en la lista de favoritos de un supervisapo no es garantía que uno no lo tenga como enemigo. El ego de estas personas es tan grande que se creen por encima de la palabra. Sin embargo, es bueno no tener al supervisapo de enemigo, porque son altamente rencorosos y cuando vean la oportunidad, le clavarán el cuchillo en la espalda.

Su apodo surge porque es una persona que debe estar pendiente de ciertos procesos, pero que decide estar pendiente de procesos que no le corresponden. De esta forma necesita estar en medio de todas las conversaciones, cualquier risa y/o comentario se lo toma personal, puesto que en su fantasía, el mundo gira en torno suyo y es el centro de atención de toda la oficina, así en la vida real nadie note su presencia y sólo lo busquen cuándo lo necesiten.

Como la fantasía de dicho personaje se extiende a todos los aspectos, él también se cree el matador del lugar, el chayane de vereda. Es el típico empleado que las mujeres conocen como “viejo verde”, porque siempre está echando los perros, soltando piropos y acosando a las nuevas presas.

Obviamente las características se pueden ver acentuadas o matizadas por diferentes aspectos, grado de escolaridad, procedencia regional, creencias religiosas, estatus social etc. Pero la esencia del supervisapo es la misma. Casi siempre anda con paranoia por algún aspecto empresarial, sea que le competa a él o no. Y como su nombre lo indica, puede ser un sapo que cuando uno menos se imagina, y por el motivo menos pensado, hablará de usted con la persona menos indicada.

En fin, todos conocemos a un supervisapo en nuestras vidas (porque son tan descarados que hasta se camuflan en vecinos, compañeros de estudio y otros ámbitos), por tanto hay que saber cómo comportarse con un supervisapo. Es importante tener en cuenta que el supervisapo tiene mucho amor propio, por esa razón nunca le dará la pelea de frente, sino que irá como una culebra, rastrero, sigiloso, esperando a ver cuándo usted se distrae para mandar el veneno.

Eso sí.. si usted no logra identificar en su empresa un supervisapo… puede que entonces… el supervisapo sea usted!

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