Mayo es un mes en el que se celebran muchas cosas y entre ellas mi mamá se lleva dos de los premios grandes: el día de la madre y el día del profesor.
Este post se lo quiero dedicar a todas aquellas personas que en mi vida se desempeñaron como maestros, a quienes me guiaron con su ejemplo, con sus palabras, con sus enseñanzas, con sus virtudes y sus defectos.
Yo he tenido muchos profesores, los más importantes obviamente han sido mis padres, quienes me guiaron y educaron con amor y ejemplo. Me enseñaron a ser fuerte e independiente y me enseñaron que lo más importante es ser agradecido con lo que la vida nos da y disfrutarla lo mejor que podamos.
Mis otros profesores importantes han sido mis amigos y amigas, los cuales en mucho momentos actuaron como guías, para bien o para mal, y estuvieron presentes en mi vida contribuyendo a formar a la persona que hoy en día soy.
En el colegio tuve a los profesores académicos, aquellos que me soportaron en los años difíciles de la niñez y la adolescencia: entre las monjas y curitas, los "civiles", las secretarias y todo el personal mayor de mi colegio aportaron con sus enseñanzas para darme bases para la que iba a ser la próxima etapa de mi vida.
En la universidad llegaron los profesores de otro nivel, aquellos con los cuales la relación fue mucho más profunda y significativa. Estuvieron los profesores buenos, aquellos que uno admira incondicionalmente, de quienes uno aprende con agrado (o a veces a las malas) pero que al fin de cuentas se ganan un lugar en nuestros corazones. También había profesores malos, pero a ellos les agradezco servirme de ejemplo para saber los errores que debo evitar cometer y aprender como tratar de ser mejor persona cada día.
Luego en la vida laboral, están los compañeros que poco a poco se han ido convirtiendo en profesores. Su experiencia, mucho más amplia que la mía, hace que siga siendo una alumna dispuesta a aprender y a conocer mucho más del mundo que me rodea.
En el plano virtual están mis compañeros del Taller Literario, quienes con paciencia y sabiduría me han guiado en la difícil tarea de aprender a escribir, pero de quienes todos los días aprendo y conozco.
A todos los que en un momento dado estuvieron allí para guiarme, aquellos de quienes aprendí y mejoré les doy las gracias y les digo: Feliz Día Profesores.
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