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viernes, 9 de julio de 2010

Amor en tiempos de...

Justo cuando creí que lo había escuchado todo, me cuentan otra historia que me puso los pelos de punta.

Conozco a un muchacho que es musulmán y vive en una región en la que deben convivir con otra religión llamados los Brahmanes, que son bastante ortodoxos y conservadores (por lo menos las personas de la historia que me contaron).

El chico en cuestión es bastante juicioso. Es de estos chicos abnegados a su trabajo y empeñados cuando tienen un labor por delante, en pocas palabras, es difícil verlo en una situación un poco más personal (como los otros indios) y esta semana me contó porqué.

Resulta que hace unos años él trabajaba en una empresa cuya sede quedaba muy lejos de la ciudad donde vivía. La empresa disponía de unos transportes que transportaban (valga la redundancia) a los empleados hacia y desde la compañía. Allí en unos de esos buses conoció a ... se me olvidó el nombre.. así que llamémosla Lalita. Él cuenta que al principio no se había fijado en ella, luego poco a poco la fue notando y se empezó a interesar en ella, pero no se atrevía a hablarle. Sin embargo, hizo labor de inteligencia y se enteró del nombre, de su puesto de trabajo, hasta de su día de cumpleaños (hombres... quién los entiende... buscan todos tus datos, pero se mueren antes de hablarte)

Ese día de su cumpleaños le envió una carta felicitándola y (ohh sorpesa) contándole lo que sentía por ella. Ella le pidió que fuera a su puesto y le ofreció chocolates. A partir de ahí (aunque suene a novela rosa) inició una gran amistad (que en nuestra sociedad la consideraríamos romance, pero sin contacto físico). Durante casi un año se vieron, se hicieron más amigos y se enamoraron.

El problema fue cuando los padres de Lalita se enteraron de que andaba saliendo con un muchacho, y peor, con un musulmán. Lalita era Brahmánica ortodoxa, y su religión le prohibía tener cualquier tipo de contacto con un hombre fuera de su religión (si mal no entendí) y aunque ella es una chica de mente abierta, sus padres no. Le prohibieron estrictamente volver a ver al musulmán.

Ellos se vieron una última vez, ambos lloraron como niños pequeños, pero se separaron (ya se imaginan lo que alegué yo en esta parte de la historia). El lloró demasiado por ella. Pero prefería respetar la decisión de sus padres por no hacerle daño a ella (cosa que no logré entender, pero bueno.. diferencias culturales...)

Resulta que hay una guerra cazada entre musulmanes y... al parecer el resto del mundo, pero en donde vive este muchacho, la gran cantidad de religiones y vertientes de religiones hace que esa distancia esté mucho más marcada, y aunque el chico asegura que este tipo de situaciones no son comunes, aún en pleno siglo 21 se ven y pues, el sufrió una de las más fuertes.

Yo le pregunté que si la quería tanto, porqué no la buscaba y que si ella lo quería, seguro que ella se enfrentaba a sus padres... aparte de la mirada de "ilusa" que me gané, la respuesta fue mucho más escalofriante: "Si yo llegara a buscarla y sus padres se dieran cuenta, la mataría por haber desobedecido una orden de ellos, y ella lo sabe. La amo tanto que no sería capaz de causarle ese daño."

Ni decir que toda la noche le formulé posibles opciones que iban desde una simple llamada hasta una escapatoria sin que sus padres se dieran cuenta, aunque terminé con una sensación de tristeza y mucho impacto porque aún con lo "adelantada" que está nuestra sociedad, se siguen viendo casos de intolerancia religiosa que nos dejan fríos!

1 comentario:

  1. Fria, así exactamente me siento yo también, no entiendo como aún pueden haber ese tipo de situaciones :(

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