Aquí comparto con ustedes mis impresiones sobre el mundo en el que vivo... un poco de todo.
viernes, 31 de diciembre de 2010
Adiós 2010... bienvenido 2011
Así de sencillo pasaron 364 días y llegamos al último día del 2010. Y entramos en el día de la reflexión. ¿qué pasó este año? ¿qué hicimos bien? ¿qué hicimos mal? ¿qué dejamos de hacer?
En mi caso no me puedo quejar, ha sido un año maravilloso. No como yo quería que fuera, pero ha sido muy bueno. Este fue un año de alegrías inmensas y de tristezas inmensas. Este año he aprendido mucho, he madurado mucho, he conocido muchas personas interesantes (reales y virtuales) y he puesto una roca más en las bases de mi vida.
Tengo muchas anécdotas, algunas publicadas, algunas son privadas. Empecé mi blog, que ya en un mes cumple su primer añito. He conocido lugares hermosos, he convivido con culturas muy bellas. He conocido gente mala, que me han hecho daño, pero he sabido sobrevivir y aprendido a perdonar (a regañadientes, pero bueno).
Me hubiera gustado ser más inteligente en algunas ocasiones, ser más segura, ser mucho más rápida. También me habría gustado decirle muchas cosas a muchas personas, expresarles mis sentimientos a los más cercanos, decirles sus buenas verdades a los fastidiosos. Pero creo que, a pesar de todo, todos esos momentos en que me equivoqué me sirvieron como buenas experiencias y enseñanzas.
Tuve dos grandes decepciones, pero tuve dos grandes alegrías. Se fueron amigos cercanos, pero han llegado otros para conocer. No me puedo quejar, no era el mundo que yo quería, pero no por ello deja de ser un buen mundo, una buena vida.
¿Mis metas para el próximo año?, la verdad que no sé. Quiero seguir estudiando, quiero viajar, quiero conocer más allá de lo que tengo a mi alrededor. Pero también quiero aprovechar el tiempo que más pueda con mi familia y los amigos que me quedan aquí. Quiero conocer más personas. Quiero mejorar como profesional.
Por estas razones no planearé nada para el próximo año. Que la vida me traiga lo que quiera traerme. Disfrutaré sus cosas buenas, aprenderé de las malas. Aprovecharé los momentos con quienes me rodean, y recordaré con alegría a quienes ya no están.
Deseo a quienes me leen, a quienes pasan por aquí y a todos los que nunca se enterarán de este mensaje un 2011 lleno de mucho amor, paz, éxitos y felicidad para ustedes y sus seres queridos.
jueves, 30 de diciembre de 2010
David
No recuerdo muy bien cómo empezó nuestra amistad. Sé que nos conocimos cuando entré a la universidad y que un día cualquiera empezamos a hablar. Al principio el contacto era muy formal, ¿cómo está?, bien ¿y usted?, pero con el tiempo ya fue llegando la confianza (ni tanto, casi rapidito). Recuerdo que chateabamos mucho (y mucho es mucho). Recuerdo que hacíamos tareas virtualmente y discutíamos trabajos virtualmente. También recuerdo que fuiste tu quién me invitó a hacer parte del grupo de investigación (prometí hacer un post, no que no quedara ñoño) y que me enseñaste muchísimas cosas sobre investigación, metodología y que no todo se hace "como yo digo, porque yo digo".
Recuerdo mucho que hablabamos sobre nuestros problemas, nuestras formas de ver el mundo y nuestras experiencias. También recuerdo mucho todo lo que hablamos, tranquilamente podemos empezar hablando de traducción, continuar peleando por una coma, acordarnos que teníamos un chisme, discutir el por qué pasó ese suceso, vincularlo con alguna teoría psicológica, reirnos porque ninguno sabía nada sobre el tema, relacionar la conversación con algo que pasó antes y luego reirnos porque no se nos acaba el tema. Luego de la risa, retomar la conversación con algún chiste y continuar hablando hasta que nos mandaban a callar o ya nos teníamos que ir (aplica para las otras integrantes de TAV).
¿Cómo olvidar las peleas? ninguno de los dos tiene temperamento suave, y ambos somos igual de tercos cuando algo se nos mete en la cabeza. Sin embargo eres una de las pocas personas con quien peleo, pero no por ello se compromete la relación.
No sé cuándo empecé a considerarte mi amigo. Entre los miles de chats, las miles de salidas, las miles de peleas y reconciliaciones. En algún punto, empezaste a ser una persona muy importante en mi vida.
Admiro demasiado tu inteligencia y tenacidad. Tan jóven y con tantos logros. Tan jóven y con tanta experiencia. Tan jóven y tan centrado. Tan jóven y tan viejo (en el buen sentido de la palabra).
Este año has sido mi más grande apoyo y compañía, sé que también te he acompañado mucho y te he apoyado bastante. Sin embargo, continúas con tu camino, bastante lejos de aquí, y no puedo siquiera empezar a decirte cuánto te voy a extrañar. Me alegra inmensamente el logro que hoy adquieres, pero ese mismo logro representa mi más grande tristeza porque se lleva a la persona a quien más admiro y quiero, con quién más he compartido, quién me conoce y me tolera.
Sin embargo, no es tiempo de lágrimas, es tiempo de alegría porque vas detrás de tus sueños. Porque es el cierre de un ciclo y el inicio de uno nuevo que, estoy segura, traerá muchos más éxitos a tu vida.
Te deseo lo mejor en esta nueva etapa que comienzas, y recuerda que son muchas las personas que aquí estaremos para apoyarte y animarte, y que nos sentimos orgullosas de contarte como nuestro amigo.
domingo, 12 de diciembre de 2010
Un día de perros
Un compañero de oficina me comentó que él colabora con un hogar de adopción canina. Allí llevan perritos que han botado o maltratado y se hacen cargo de ellos. Dicho hogar canino, llamado Los ángeles, es relativamente nuevo (en esta finca de Caldas) e hizo un Bazar de Inauguración para recoger fondos para las instalaciones. Yo nunca había estado en un hogar de esos, y aprovechando que a ambas nos gustan los perros, invité a mi hermana para que fuéramos.
Mi compañero nos recogió y subimos los tres. Es a más o menos una hora de camino, en la variante de Caldas, vereda la miel. La finca se llama La Selva. Cuando llegamos nos recibieron con un refajo (mezcla de cerveza y gaseosa colombiana) y procedimos a conocer las instalaciones que se están construyendo para los perros. Luego nos fuimos a jugar con los anfitriones.
La boleta decía "llevar ropa cómoda y empantanable" y ciertamente que nos volvimos un ocho jugando con los perritos. Había perros de todas las edades, tamaños, razas y colores. Iban desde perros con "pedigrí" hasta otros enrazados con quién sabe que otro animal. Pero todos eran preciosos y juguetones.
Las historias que nos contaron eran bastante tristes, muchos de esos animales habían vivido ocho o diez años en familias que luego, por diferentes razones (todas inhumanas) los dejaron en la calle. Cuando se adopta un animal, y éste pasa a vivir en una casa, se vuelve indefenso y no sabe cómo sobrevivir en las calles. Muchos de estos perritos habrían muerto si no se les hubiera brindado esta segunda oportunidad.
Nos contaron historias de perros que llegan temerosos a los seres humanos. Ahí es cuando ellos se dan cuenta que el animalito fue maltratado y vivió una vida cruel. Los voluntarios del hogar reaconductan a los animales enseñándoles que levantar la mano no es sinónimo de golpiza, sino que el ser humano pretende hacérles una caricia. A los perritos se les enseña que ellos son dignos de amor y que las personas que se les acercan, quieren sólo jugar, abrazarlos o darles besos.
Mi mp4 se descargó casi al principio del paseo, así que sólo alcancé a hacer videos de cuando jugamos con los perritos, pero se alcanza a ver la finca y algunas de las construcciones.
El hogar es una fundación privada sin ánimo de lucro, pero sin ayuda de nadie. Miento, si recibe ayuda de algunas personas, pero no es suficiente para la manutención de todos los perritos. Hay planes de adopción (pero ya no nos dejan tener más animales en mi casa, y mi perro es muy territorial), reciben donaciones y hay un plan "Padrino" que consiste en elegir un perro y pagar por su manutención. Uno lo puede visitar cuando quiera e ir a jugar con ellos, la plata que uno paga mensualmente sirve para costear su comida, vacunas y demás necesidades. Hablábamos que la idea es apadrinar un perro de los viejos, que ya nadie quiere en adopción, para poder brindarle comodidad en sus últimos días.
A mí me encantó una perrita flaca, criolla que no recuerdo el nombre, aunque me imagino que me dejan escoger el nombre que yo quiera. Mi hermana se enamoró de un cachorrito (tiene ocho meses pero ya parece un adulto) llamado Tolondrino, una mezcla de Golden Retriever con Labrador Dorado. Vamos a ver a quién apadrinamos.
Aquí dejo unos videos, de la Finca y de los perritos y los datos del hogar por si desean visitar y/o colaborar, con donaciones o voluntariado (mensualmente hay un día de baño de perros, es de lo más de divertido).
LOS ANGELES
Hogar de Paso Canino
Programa de Protección de Fauna Doméstica Callejera
Directora: Angela Patricia Reyes G.
www.hogarcaninolosangeles.com / http://www.hogarcanino.blogspot.com hogarcaninoangelical@gmail.com
Tel: 301 393 60 74
Variante Caldas, Vereda La Miel, Finca La Selva
Medellín Colombia.
jueves, 9 de diciembre de 2010
The exciting story of the flying packages
After the cold reception in Bogotá, they went to Panama City and spent a couple of rainy hours in the Channel.
From there channel city to Maiquetía (Venezuela) to spend three sunny hours in front of the beach.
After that, they went to a fancy facility in Barbados, maybe a little bit of diving in the meantime.
From the sunny Barbados, bought a lot of winter clothes to spend some time in London planned to visit the Queen but she was somewhere else.
After that, they went to a very cold Leipzig in Germany, where they spent one entire day, probably skiing.
And after almost an entire week of travel, reaching to the end of the journey: Mulhouse, France. Final destination. Signed and stored.
God, I wish I could be a package to travel that much!
miércoles, 8 de diciembre de 2010
Sobre la pedofilia
Nota: El siguiente post de ninguna forma apoya, aprueba y/o alienta la pedofilia, sin embargo, pide que los lectores tengan la mente lo suficientemente abierta para leer, conocer los hechos y luego decidir su postura.
En estos días un amigo me pasó un artículo (en inglés) de alguien que hablaba sobre la falsa libertad y libertad de expresión. El autor dice que la libertad debería ser completa y no condicionada, como se había visto en dos casos recientes: el de wikileaks, en que la fiesta mediática continúa en pleno furor y ya vimos que empezaron las presiones del Gobierno de EEUU para desalojar la página web de servidores nacionales y la congelación de las cuentas. El segundo caso, que es del cual quiero hablar, es el de la reciente polémica que sufrió Amazon por vender (y retirar) el libro “The Pedophile’s Guide to Love and Pleasure: a Child-lover’s Code of Conduct”. (La guía de los pedófilos para el amor y el placer: código de conducta de los amantes de niños)
La historia es la siguiente: El autor Philip R. Greaves II escribió este libro como una especie de código de conducta para que los pedófilos lo sigan. Él dice que en los tiempos actuales, los niños tienen relaciones sexuales, eso es algo innegable, y por esto son presa fácil de adultos a quienes les gusta mantener relaciones sexuales con niños (pedófilos). La idea de este libro, según su autor, es definir unas ciertas normas que conduzcan a una relación sana y saludable entre un adulto y un niño. En sus propias palabras : “This is my attempt to make pedophile situations safer for those juveniles that find themselves involved in them, by establishing certian rules for these adults to follow. I hope to achieve this by appealing to the better nature of pedosexuals, with hope that their doing so will result in less hatred and perhaps liter sentences should they ever be caught.” (Este es mi intento de hacer que las situaciones de pedofilia sean mucho más seguras para los jóvenes que se encuentren involucrados en ellas. La idea es establecer ciertas reglas para que los adultos las sigan. Espero lograr esto apelando a lo mejor de la naturaleza de los pedosexuales. Esto dará como resultado una disminución del odio y, probablemente, sentencias menos fuertes en caso tal que los atrapen)
Amazon empezó a vender este libro normalmente, y cuando el público se enteró, empezó a emitir quejas que deberían retirar este libro porque apoyaba la pedofilia. Amazon se pronunció diciendo que ellos no censuraban a sus autores y que ellos no estaban en contra de la libre expresión: Amazon believes it is censorship not to sell certain books simply because we or others believe their message is objectionable. Amazon does not support or promote hatred or criminal acts, however, we do support the right of every individual to make their own purchasing decisions. (Amazon cree que es censura no vender ciertos libros sólo porque nosotros u otras personas consideran que su mensaje es censurable. Amazon no apoya o promueve el odio o actos criminales. Nosotros apoyamos el derecho de los individuos de tomar sus propias decisiones de compra.)
Sin embargo, la opinión pública se recrudeció y Amazon retiró dicho libro de las ventas, hasta el momento no se han recibido respuestas por parte de Amazon y cuando se intenta acceder al sitio web dónde estaba alojado el libro, aparece el siguiente mensaje: "Lo lamentamos. La dirección web que usted ingresó no es una página en funcionamiento en nuestro sitio"
Aquí hay dos cuestiones que quería abordar. Primera ¿qué es y qué entendemos por libertad de expresión?
Lo que me han enseñado es que vivimos en una comunidad donde la libre expresión es un derecho vitalicio y básico del ser humano. No soy tan ingenua para pensar que de hecho se respeta, viviendo en un país donde la opresión mediática es tan fuerte sé que la libertad de expresión está condicionada a lo que piense la tendencia de turno, el régimen de turno, la moda de turno. Sin embargo, cuándo algo va en contra de lo que creemos, de lo que sabemos o de lo que pensamos, ahí se transforma de libre expresión a atenta contra la moral y las buenas costumbres. Esto me lleva a la segunda cuestión que quería abordar: ¿qué tanto impacto tiene dicho libro y porqué alborotó tanto a la comunidad Estadounidense?
La pedofilia es un patrón de comportamiento sexual en que la excitación o el placer sexual se obtienen, principalmente, a través de actividades o fantasías sexuales con infantes o personas que están entrando en la adolescencia. El Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSMIV) describe que el diagnóstico estándar de un caso de pedofilia incluye fantasías sexuales intensas o recurrentes, impulsos sexuales o necesidad de actividad sexual donde el objeto de atención es uno o varios niños prepubescentes (generalmente, menores de 13 años). El individuo tiene por lo menos 16 años y es, como mínimo, 5 años mayor que el tipo de menor por el que muestra su atracción.
En casos de pedofilia encontramos dos tipos de pedófilo: los adultos que toman su relación con los niños "responsablemente", es decir, no intentan inflingir daño sino buscan placer y que sea consensuado (según entendí) y el segundo tipo son los que fuerzan a los niños a tener relaciones con ellos (abuso sexual).
No me adentro mucho en el tema porque ya está más que documentado y todos conocemos muy bien lo que significa la pedofilia. Quiero exponer el otro lado de la moneda, el de cuando son los niños quienes buscan sexo.
Hace un tiempo leí un artículo del Ministerio de Educación que dice que con el tiempo, la edad para empezar vida sexual está disminuyendo. Es decir, ahora los niños empiezan a tener sexo desde los 10 o 12 años, es decir, un despertar sexual mucho más temprano que antaño. Esto, dicen, se debe a que la información está mucho más disponible ahora que hace unos años, internet, la televisión, los videojuegos contienen una fuerte carga de sexualidad que hace que los niños pierdan las inhibiciones y pasen de la teoría a la práctica. Esto es una realidad innegable.
Entonces tenemos el siguiente panorama: un adulto que obtienen placer de los niños (hablamos del primer tipo, de los "responsables", es decir, los que no hacen daño o fuerzan a un niño, aunque esta palabra cuesta tomarla en serio cuando se habla de pedofilia) y un niño que desde temprano siente curiosidad y placer sexual o que ya ha iniciado una vida sexual. Aquí, tenemos inevitablemente una unión o una atraccción. Vamos a llevar el panorama un poco más allá. Al niño/a le gusta el adulto en cuestión y el adulto también gusta del niño/a. Se inicia una relación con base en estas dos personalidades.
A todos nos escandalizan los casos de abuso infantil, son deplorables y merecen la pena más alta de todas. Sin embargo, ¿qué pasa cuando es el niño el que consiente e incluso busca este tipo de encuentros? No nos podemos escudar en eso de que "es que a esa edad no son conscientes", pónganse la mano en el corazón y piensen cuántos de ustedes eran vivos y despiertos a esa edad, ahora imaginen lo despiertos que son los niños de hoy en día si desde que nacen están expuestos a la ola mediática de "libertad de expresión". Si un niño es lo suficientemente despierto para drogarse, emborracharse o buscar sexo, entonces no estás hablando con cualquier niño indefenso y pobre que fue llevado a caer en esas garras por mala crianza y falta de guía, estás hablando con una personita lo suficientemente consciente de sus actos y de lo que se debe y no se debe hacer.
En este punto me detengo porque hay una aclaración que sí debo hacer, a mi no me criaron con la etiqueta de "niña tonta", por eso a los niños no puedo verlos como "tontos" o "indefensos". Yo sé muy bien que (como todo) hay niños inocentes y hay otros aviones. Entonces, partir de que los niños no tienen el conocimiento suficiente y la apropiación suficiente de su entorno está errado y eso puede llevar a una mala interpretación de las normas y regulaciones sociales. Por eso aquí pongo como ejemplo ese tipo de niños, que por una u otra razón "entran en el mundo adulto antes de tiempo" (¿porque quién dice que uno es adulto a los 18 años?, ¿qué diferencia hay entre 17 y 18 años? ¡yo tengo 24 y todavía no me siento adulta!)
Entonces tenemos una relación consensuada entre un adulto y un niño. Es un hecho que no podemos negar, y es más común de lo que creemos, porque cuando puse este ejemplo no pensaba en un viejo verde de 58 años y una nenita de 10. Pensé en un muchacho de 17 años y una niña de 11 años. Pensé en un muchacho de 25 años y una niña de 16. Pensé en un caso de una mujer de 27 años y un muchacho de 17. Todos estos son casos reales, que conozco, y que mi sociedad acepta (por lo menos no condena de frente).
¿Cuál es la mejor edad para tener sexo? la fiesta de 15 años se celebra como una forma de presentación en sociedad, lo que muchos no saben es que la tal fiestica se hacía antes (en una época donde llegar a 35 años era una hazaña) para decirle a la sociedad: mi hija ya puede quedar embarazada, ¿quién la compra?. 15 años me parece demasiado jóven para que una persona pueda asumir la complejidad de la vida sexual con madurez. Sin embargo pasa, y no nos morimos por ello.
Entonces el punto es, ¿a qué se debió tanto alboroto con este libro? ¿qué es lo sorpresivo? una guía para que los adultos que prefieren tener contacto sexual con niños sepan hacerlo bien, de forma que no haya "repercusiones" psíquicas, emocionales ni psicológicas no me parece tan disparatado como una niña de 12 años teniendo que soportar el trauma de quedar en embarazo y tener un bebe.
¿Hasta qué punto llega el moralismo y la censura de la sociedad frente a temas que nos incomodan? Esa gente que hizo la campaña mediática contra la venta de dicho libro no pensó que quizás puede ser una buena forma de advertir a los niños contra este tipo de personas. No sé si el autor sea pedófilo (muchos dicen que si), sin embargo, como toda información, se puede utilizar para bien o para mal. Yo elijo utilizarla para bien, si yo pudiera leer el libro, aprendería como piensa este tipo de personas para advertir a mis hijos sobre la posibilidad de encontrar a alguien así, sobre cómo deben comportarse y qué deben hacer para evitar un encuentro forzoso. Y si resulta que mis hijos empezaron vida sexual temprana, aconsejarlos sobre como llevarla de forma más sana (si, ya sé que no tengo hijos, pero no está mal pensar que así puedo reaccionar).
Alabamos y hasta repetimos las escenas violentas, pero nos ponemos pudorosos cuando vemos una escena de sexo. Regalamos de juguetes a los niños carros y robots y a las niñas muñecas y cocinas, y luego no queremos que los niños sean violentos y ellas sumisas. Inculcamos a las niñas el comportamiento de mujercitas, pero queremos que sigan conservando la inocencia. Controlamos los accesos a internet de los niños, pero les damos celulares, los dejamos ir a bailes, discotecas, les damos tarjetas de crédito y que se vayan de compras. El problema es de fondo, no de forma. No queremos que nuestros hijos "sufran" lo que nosotros sufrimos, pero les abrimos una compuerta de información y no les damos guía.
Ya ven porqué es tan difícil escribir este post, y eso que ni intento rebatir lo que dice el autor que los pedófilos no deberían ser juzgados por su condición: si es una enfermedad, no podemos juzgar a nadie por padecerla sino ayudarle a convivir con ella de la mejor manera posible. No estoy de acuerdo con que hayan censurado ese libro, porque nosotros mismos somos los que creamos ese espacio de confusión donde crecen los niños. Sin embargo, tampoco estoy de acuerdo con que la pedofilia se propague (además, eso de que "menores condenas en caso que los atrapen" me suena como que el autor sabe que es algo malo ¿no?). Los niños deberían crecer a un ritmo normal, ¿pero qué es un ritmo normal?... es bastante confuso.
Sé que he dado muchas opiniones, es inevitable en este tipo de temas, sin embargo quería exponer no sólo una de las caras de la moneda que expusieron con la fiesta de Amazon, sino ambas, ese otro punto que la sociedad sabe pero no quiere reconocer, o no quiere aceptar. Así, la opinión se puede formar con base en dos puntos de vista. Más "objetivo" diría yo.
¿Están de acuerdo con la censura del libro? ¿Deben tener los pedófilos una norma de comportamiento para tener relaciones sanas con los niños? ¿Deberían los niños tener formas de denfenderse o aceptar una relación con un adulto bajo ciertos parámetros?
Un tema ciertamente muy delicado.
Cuando sale la fiera
Quienes me conocen saben que, en general, mi temperamento es más bien tranquilo. No me gustan las confrontaciones y trato de evitarlas. Me gusta llevar las cosas por las buenas y dentro de los términos más civilizados posible. En caso de peleas, no niego que soy muy vengativa, pero sólo mientras me dure el enojo el cual, afortunadamente, no dura mucho tiempo. De hecho, son muy pocas las personas que me han visto realmente enojada, pero no me he salvado de los comentarios.
Hay ciertos personajes y ciertas circunstancias que activan ese chip neandertal que todos llevamos dentro, y en mi caso lo activan de forma bastante agresiva. Alguna vez escuché que alguien decía: "Téngale miedo a los calladitos porque esos son los que pelan el cobre más feo", y creo que tienen toda la razón. A veces he tenido ataques de ira y/o rabia que me han asustado hasta a mí misma.
Últimamente he notado que esa pequeña faceta de mi personalidad está más sensible que nunca. Me irrito mucho más fácil por cosas que antes no me preocupaban tanto. Yo soy despistada por naturaleza, y eso ha evitado que en más de una ocasión que me estaban agrediendo yo reaccionara como gata enajulada, porque simplemente no les paraba bolas o no entendía que me estaban agrediendo, sin embargo, últimamente como que se me agudizó la atención o se me alborotó la sensiblería. No sé, el asunto es que estoy explotando mucho más a menudo que antes, y a veces por nimiedades.
Hace poco me hicieron el comentario que el hecho de empezar a trabajar y estar económicamente bien me había cambiado. Estuve analizando eso porque conozco muchos casos de personas que eran normalitas y cuando tuvieron la oportunidad de adquirir poder, se enloquecieron y se volvieron tiranos. A veces pienso que posiblemente mi nueva situación me haya puesto en un estado de más poder, pero creo que mi personalidad sigue siendo la misma.
Me llama la atención que estos comentarios se hacen casi siempre cuando no quiero dar algo o cuando reclamo algo que es mío, sea un objeto o un derecho, que me pertenece. Tengo que reconocerlo, antes yo era mucho más tímida, mucho más cobarde para enfrentarme a las personas y estando en la universidad me tocó aprender a defenderme y a dejar de lado tanta timidez. Es posible que en una o dos ocasiones se me haya ido la mano en una confrontación, pero siempre he pedido disculpas si metí las patas o si ofendí a alguien injustamente. Entonces aquí viene el nudo de la cuestión: de mí siempre se espera que pida disculpas y me comporte a la altura de cualquier situación, pero cuando es a mí a quién ofenden o agreden, tengo que entender que los temperamentos son diferentes y no tengo porqué esperar una disculpa.
¿Es o no es esto injusto? esperar que la gente se comporte como uno quiere es injusto, pero ¿no es un gesto mínimo pedir disculpas si cometí un error?. Estos casos me ha tocado vivirlos en mi vida laboral y personal y no me dejan nada contenta. Y lo peor es que no soy capaz de no pedir disculpas si metí las patas ¿porqué la gente es tan fresca y lo omite por completo?
También me da mucha rabia la inconsciencia de algunas personas al momento de tomar una decisión o de realizar una acción. Generalmente cuando yo hago algo, trato de pensar las consecuencias de mis acciones. Dependiendo del tipo de decisión que tenga que tomar, no sólo pienso en lo que eso va a representar para mí, sino para las personas a mi alrededor. No puedo decir que premedito absolutamente todas mis acciones, pero una gran mayoría, en especial las más importantes, las pienso muy bien antes de cometer una locura (sí, incluso cuando quiero hacer daño, lo pienso bien para que no se me vaya a salir de las manos). He tenido muchos descaches, pero de ahí he aprendido. Sin embargo, al resto de personas parece no importarles (está bien, exageré, pero muchos sí son así)y hacen las cosas sin pensar en el daño que eso puede causar.
A pesar que ya se me alborotó la rabiecita, mi premeditación me dice que no puedo copiar esos ejemplos aquí, porque a la larga pueden ser destructivos. Pero no es gracioso que me provoquen la fiera, injustamente y luego sea yo la que tenga que pedir disculpas.
Iba a empezar a contar una cosa y terminé en otra, así que retomo. La fiera últimamente está saliendo mucho más de lo normal, y me pregunto si mi nueva situación tendrá que ver. Yo nunca he considerado que estar en un status "superior" me haga una mejor o peor persona. Yo he vivido momentos duros y momentos de mucha bonanza, y sé que siempre he sido la misma. Para mí el dinero, o la falta de ello (en proporciones, tampoco me las tiro de que sé lo que es la pobreza extrema porque siempre he tenido un techo sobre mi cabeza y comida en mi plato) no es precisamente un problema de marca mayor. Es decir, si hay, bien, se disfruta, si no hay, también está bien: se ajusta el cinturón y se trabaja más duro.
Sin embargo, esa es otra cosa que la gente no ve, que mi "bonanza" la he conseguido con mucho esfuerzo. Justo ahorita hablaba con una compañera sobre el dinero, sobre cómo nos toca trabajar muy duro para conseguir esa plata (en especial en las condiciones de este país), y como algunos vienen y quieren disponer de ella a su conveniencia. El problema es que por ser callada y tranquila, muchos creen que soy boba. Lo mío es mío, fruto de mi esfuerzo y de mi propio sacrificio, y no me parece mal decir que no quiero dar algo que es mío simplemente porque "tu tienes mucho, deberías compartir".
Yo me considero una persona generosa, a mi modo, y no veo que tenga nada de malo enfocarme en mi misma, en darme gusto a mí misma y en disponer de lo que yo gano como yo quiera. Bueno, al parecer mi nueva posición si alborota a la fiera, porque es precisamente ese el tema que hace que ella salga: cuando intentan oprimirme o no me dejan hacer las cosas a mi manera. No lo digo como niña malcriada, sino que yo también necesito aprender a cometer y a superar mis propios errores, y a fin de cuentas, mi vida es mía, y tengo que aprender a responsabilizarme por ella. Esto conlleva el nacimiento de una faceta (fiera) que no es tan agradable para el mundo exterior, pero que es mi forma de protegerme y de pelear por lo que es mío. No será muy elegante, pero es mi forma de expresión, es mi mecanismo de defensa. ¿También por eso debo pedir disculpas?
Sobre el Islam II
Aparte de Sousita también tengo un compañero de trabajo que es musulmán, entonces tengo dos versiones, de un hombre y una mujer musulmanes, para que las opiniones queden un poco más equilibradas.
Si hay algo que he aprendido de ellos dos es que, sin importar de donde vengamos los seres humanos compartimos una característica: a menor nivel educativo, mayor distorsión y trasgresión de los preceptos que guían una comunidad.
El Islam no es sólo una religión: es una forma de vida. En resumidas cuentas son preceptos morales y éticos (y no en el sentido filosófico académico de la palabra) que guían la vida de quienes lo practican. Por ahora sólo conozco a dos musulmanes (cercanos) de quienes he aprendido, ambos son profesionales, estructurados y personas muy inteligentes, cuya espiritualidad (no religiosidad, ni fanaticada) hace que se despierte la admiración y curiosidad por ver cómo integran ambos aspectos en su vida.
La espiritualidad que proporciona una estabilidad emocional se logra de diversas maneras, los musulmanes la logran siguiendo los preceptos que el Corán les proporciona y debo decir que es un libro muy completo. Tiene explicaciones de todo y para todo, e instrucciones de cómo se debe proceder ante las diferentes situaciones de la vida: desde la conducta en casa, el sexo, las relaciones con amigos y familia hasta como se deben preparar y consumir los alimentos.
Este último lo descubrí por mi compañero que no come carne de ningún tipo aquí en Medellín, porque me dice que el corán tiene unas instrucciones muy precisas sobre cómo matar al animal, como despellejarlo y cocinarlo. Esto se conoce como el procedimiento Halal. Parece una locura pero es su percepción del mundo, y me parece admirable que profesen tanta devoción, aún a costa de privarse de algo que les guste.
Me gusta también la forma que tiene de controlar el enojo. Varias veces en la oficina nos hemos visto envueltos en situaciones incómodas o estresantes. Mi compañero musulmán tiene una forma increíble de proceder cuando se encuentra siendo el foco de ataques (injustos en una gran mayoría de veces) y es increíble como logra controlarse y responder de forma ecuánime. Puedo decir que nunca lo he visto gritar u ofender a alguna otra persona, aún teniendo todo el derecho de hacerlo.
Es chistoso la percepción que ellos tienen de nosotros, los occidentales. Dicen que en nuestra iglesia hay casos de abuso a menores, pero no le damos mayor importancia. Algo así sería castigado fuertemente en su religión. Pero ese es un tema muy espinoso en el que prefiero no meterme.
Se dice que allá los hombres son machistas en extremo y que tienen mucho poder sobre las mujeres. Eso depende del punto de vista en que se vea. Aquí son muchos los casos de mujeres que he visto, que pueden tener muchos títulos, son inteligentes, económicamente independientes y poderosas, pero emocionalmente están secas y necesitadas de amor. Y llega un punto en que el desespero es tal, que le abren su corazón a cualquier vago que hace con ellas lo que le da la gana. Y ellas felices, ahí, detrás de un tipo. Eso es opresión emocional. La opresión económica también es común, pero ahí siempre culpo a las mujeres. Todos tenemos las oportunidades de estudiar, capacitarnos y sobrevivir por nosotros mismos. Ya es masoquista la que se quede con un tipo que la trata mal "porque me paga todo". Eso es comodidad y miedo de enfrentar la realidad.
Mi amiga musulmana me dice que ella vive, literalmente, como una reina. Su papá y sus hermanos siempre la cuidaron, le inculcaron que estudiara. Ella fue la que decidió con quién se quería casar y cuándo. En su nuevo hogar, es ella quien maneja toda la logística de la casa. Ella tiene poder de decisión y de voto y su palabra pesa. Eso sí, no necesita trabajar porque su esposo le da absolutamente todo lo que ella quiera (como manda el corán) y a pesar de eso, prefiere tener la mente y el cuerpo ocupado en algo productivo, estudia español, se está presentando a la universidad a estudiar traducción, está haciendo trámites para montar su propio negocio. No lleva una vida de opresión, precisamente.
El tema de la burka, por ejemplo, es algo que ellas llevan por convicción y no por presión. Aunque creo que vivir en un lugar en el que todas las mujeres se tapan, debe crear una cierta presión. Sin embargo ese tema se lo dejo a los expertos. Ya dije que no estoy de acuerdo con que las mujeres se empeloten como locas, pero taparse como uvas pasas tampoco es algo que me suene de a mucho.
Claro que esto, como todo, no es parte de la religión sino de los valores y la visión que tengan las personas. Influye mucho el ambiente donde se críen, las influencias que reciban, la educación que reciban. Pero este tiempo conociéndolos me ha servido mucho para aprender que el mundo va más allá de lo que mi espacio ofrece. Que las formas de pensar, las dinámicas sociales y los valores son tan antiguos como la propia humanidad, y que no hay nada que abra la mente como aprender a conocer y respetar los pensamientos de los otros. Sin juzgar y sin ofender. Es difícil, pero poco a poco se logra.
Dile NO a la pólvora
La pólvora no es buena. Ya eso lo saben todos, es peligrosa (muy peligrosa) y altamente volátil.
Sin embargo todos los días llegan los reportes de niños quemados por jugar con pólvora. De adultos quemados por manipular pólvora. De lugares que estallaron en llamas por contener pólvora de forma ilegal e insegura.
Quien no haya pasado un diciembre (aunque en general, cualquier fiesta) en Medellín, no logra comprender la magnitud del uso de la pólvora aquí. Aquí la pólvora es casi una forma de vida, se necesitan los estrépitos de los totes, de los triqui triqui, de los voladores y de los quién sabe que otros inventos peligrosos que se les ocurre.
Es cierto, muchos de los municipios de Antioquia tienen tradición polvorera, y pretender quitar negocios que pasan de generación en generación es ilógico y puede ser hasta peligroso. Recuerdo que en el anterior barrio donde vivía había una casa que vendía pólvora ilegal, nunca supe dónde quedaba, pero recuerdo que muchos de mis amigos llegaban con voladores y totes para quemar en el parqueadero.
La verdad no sé eso en que va, si es por negocio o por tradición, pero a pesar de que las campañas anti pólvora son masivas, el número de quemados no disminuye, y sencillamente, el ruido de esos benditos artefactos no deja tranquilo a nadie.
No tengo absolutamente nada en contra de los fuegos artificiales manipulados por expertos, de hecho me parecen espectáculos lindos. Exceptuando uno que otro posible daño contra el medio ambiente, prefiero que sólo lo manipulen unos pocos y no que todos tengan acceso a la pólvora.
Espero que de verdad aquí se pueda tomar conciencia que la pólvora es dañina en todo sentido. Espero que le hagan caso a la campaña dile NO a la pólvora. Espero que, así sea por respeto al luto que tiene Medellín, este diciembre la pólvora nos deje en paz.
Día de las velitas con influencia India
En mi casa decidimos hacer un día de velitas incluyendo una parte de la cultura India que nos gustó mucho: los rangolis. Lo que hicimos fue pintar los rangolis (mi hermana los pintó) y compramos flores y velas y simplemente los pusimos en la puerta de entrada.
Quedaron muy bonitos y la gente se acercó muy curiosa a preguntar. Pero casi no pude contar la historia porque después de todo un día en la oficina, no me quedaban muchas ganas de socializar. A eso de las 10 pm yo ya estaba buscando pista para irme a dormir.
Este día de velitas estuvo relativamente tranquilo. La ciudad está de luto por los muertos de un barrio en Bello debido a la avalancha de tierra que destruyó muchas casas y mató casi a 30 personas, y todavía hay muchas desaparecidas bajo los escombros. El invierno ha azotado muy fuertemente a Colombia, y la gente se ha unido para ayudar. Por ese motivo también se canceló la tradicional inauguración de los alumbraditos del río, con el desfile de mitos y leyendas. Se aplazó para este viernes 10 de diciembre.
EL tema de la pólvora también está quieto. Generalmente el 7 es un día donde el exceso de pólvora le crispa los nervios a cualquiera, pero ayer, por lo menos el tiempo que estuve despierta, no escuché mayor ruido. Creo que en la madrugada sí hubo demostración, pero no me di cuenta. Ojalá prohibieran por completo la pólvora y se pudiera disfrutar de una navidad tranquila, sin problemas de quemados o tragedias mayores.
Dicen que el día de la alborada, es decir, la noche del 30 de noviembre al 1 de diciembre siempre hay mucha pólvora y demás celebraciones, pero yo duermo como tronco, no me dí cuenta y apenas este año me vine a enterar que eso se celebraba: la llegada de diciembre...
En fin, aquí dejo unas cuantas fotos de nuestros rangolis navideños. Tengo que comprar urgente una cámara porque mi mp4 no tiene la mejor resolución de todas.
Se me olvidaba contar que Mateo se puso su disfraz de Santa Claus... se veía hermoso. Ya sé porqué dicen que nosotras dañamos a ese perro...
martes, 7 de diciembre de 2010
Bhool Bhulaiya
También retomé la lista de películas que tenía en espera, y me desatrasé. Una de esas películas pertenecía a mi muy amado cine de Bollywood. La película se llama Bhool Bhulaiyaa, algo así como “el laberinto” y, según entiendo, hace referencia a los complicados laberintos de la mente. Debo decir que es la primera película India que, sin ser específicamente de miedo, me logró asustar en unas partes. Claro que son de esos momentos en donde todo está silencioso y pasa una sombra y justo suben el volumen de la música, pero igual, era de noche y yo estaba sola.
Yo no estoy versada en cinematografía, ni técnicas cinematográficas ni mucho menos estoy cualificada (no sabría cómo) para aportar una crítica de una película con argumentos precisos. Mucho menos la crítica de una película de una cultura muy diferente a ésta en la que vivo. Estuve leyendo en Internet críticas sobre esta película y en general no fue muy aceptada dentro de la ilustre comunidad de críticos indios. Sin embargo a mí me gustó mucho la película porque de cierta forma se sale de los estándares de la historia de la niña pobre y el niño rico que se enamoran y deben luchar por su amor contra todas las dificultades de la sociedad. A pesar de que sí hay una historia de amor (de hecho hay dos) el marco general de la película habla sobre la eterna lucha entre ciencia y religión (aunque no de forma directa, igual la cultura india tiene una base fuertemente espiritual) y cómo la gente etiqueta de “sobrenatural” lo que no entiende. A medida que la película se va desarrollando entra en juego un nuevo factor: la alienación mental y la forma de tratarla.
El argumento de esta película es bastante entretenido. El director logra mezclar el thriller psicológico, las creencias en lo sobrenatural y la comedia en un mismo ambiente. El resultado es una historia divertida, de suspenso y con un desenlace inesperado.
A grandes rasgos, la película cuenta la historia de un rey que se enamora de una bailarina bengalí llamada Manjulika, ésta a su vez se enamora del cantante/bailarín de la corte (no recuerdo el nombre). El rey se da cuenta de esto y en uno de los bailes que ellos presentaron en la corte, al finalizar, el rey decapita al bailarín en frente de todo el mundo, Manjulika incluída. Luego la encierra y empieza a hacer los preparativos para su boda con ella. Cuando la van a buscar, la encuentran colgando de una viga del techo con una nota que decía que no iba a dejar vivir a ningún rey en ese palacio. El rey muere al poco tiempo y como se estaban presentando sucesos tan extraños llevaron a dos poderosos sacerdotes para que sellaran la habitación y contuvieran el espíritu de Manjulika.
Mucho tiempo después, vuelve uno de los príncipes descendientes a quien, por derecho de sucesión, le pertenecía ese castillo. El y su esposa se instalan allí y ella pronto se fascina con la historia de Manjulika y el bailarín. Le pide permiso a su esposo para abrir la habitación (a pesar que el tío de ellos le había dicho que no lo hiciera) y pronto empiezan a suceder cosas extrañas en la casa, y muchas de las mujeres de la familia (ella incluida) empiezan a tener extraños accidentes. El señor de la casa llama entonces a un amigo psiquiatra que poco a poco va investigando y se da cuenta que no hay ningún fantasma en la casa, sino que la esposa del muchacho sufre de trastorno de identidad disociativo (personalidad múltiple o dividida) y en las noches ella se convierte en la bailarina Bengalí que atormenta el palacio. Esto se debe a que cuando pequeña, ella misma sufrió una separación forzosa que posteriormente ocasionó la muerte de alguien que ella quería mucho: su abuela. Cuando ella escuchó la historia del palacio, la asoció a su propia historia, así que en las noches su personalidad cambiaba.
La historia, como toda película hindi que me he visto (excepto quizás, una o dos) termina bien. La muchacha se cura y todos quedan felices. Sin embargo, a pesar de ese cliché, considero que es una historia entretenida y que aporta una visión diferente del mismo cine indio.
jueves, 25 de noviembre de 2010
Los supervisapos
El lambón (o adulador para ser más políticamente correcta), el que no hace ni deja hacer, el envidioso, el trepador, el chismoso etc., son sólo algunos de los personajes que a diario nos encontramos en nuestro trabajo (y en la vida diaria… para qué negarlo).
En mi oficina hay un personaje que reúne las características de varios de los personajes anteriormente nombrados y que muy sabiamente una compañera bautizó como: el supervisapo.
En todas las oficinas hay un supervisapo. Es el tipo que debemos tolerar en aras del “buen ambiente” pero que no vemos la hora que meta la pata para que se vaya… si son tan afortunados.
¿Quién es el supervisapo?
Este personaje es generalmente un mando medio con ínfulas de gerente. El background de dicho personaje es casi siempre una persona rechazada por falta de suficiencia social, exceso de amor propio y una marcada tendencia a darse más ínfulas de las que en realidad posee. Es posible que esto se deba a una seria carencia de amor y afecto en su vida (casi siempre estos personajes son físicamente desagradables) pero se necesita más investigación en esta área.
El supervisapo generalmente llega a la hora en punto y sale en punto. No se queda un minuto más nunca. A no ser que se lo paguen. Para ellos todo se reduce a plata. Sin plata, no hay trabajo y saben aplicar muy bien este lema. Como tiene ínfulas de gerente, tratan de buscar los espacios más grandes, los escritorios más grandes, los casilleros más grandes, para así alimentar su fantasía. Casi siempre buscan situarse en un puesto que les de una vista panorámica de todo su entorno, de esta forma pueden estar enterados de todo lo que sucede, y sentir que su poder se incrementa. Otro de sus lemas es: la información es poder, y desafortunadamente, muchos de los supervisapos manejan información que (como siempre utilizan para mal) puede ser dañina para quienes no estén en su lista de favoritos.
Estar en la lista de favoritos de un supervisapo no es garantía que uno no lo tenga como enemigo. El ego de estas personas es tan grande que se creen por encima de la palabra. Sin embargo, es bueno no tener al supervisapo de enemigo, porque son altamente rencorosos y cuando vean la oportunidad, le clavarán el cuchillo en la espalda.
Su apodo surge porque es una persona que debe estar pendiente de ciertos procesos, pero que decide estar pendiente de procesos que no le corresponden. De esta forma necesita estar en medio de todas las conversaciones, cualquier risa y/o comentario se lo toma personal, puesto que en su fantasía, el mundo gira en torno suyo y es el centro de atención de toda la oficina, así en la vida real nadie note su presencia y sólo lo busquen cuándo lo necesiten.
Como la fantasía de dicho personaje se extiende a todos los aspectos, él también se cree el matador del lugar, el chayane de vereda. Es el típico empleado que las mujeres conocen como “viejo verde”, porque siempre está echando los perros, soltando piropos y acosando a las nuevas presas.
Obviamente las características se pueden ver acentuadas o matizadas por diferentes aspectos, grado de escolaridad, procedencia regional, creencias religiosas, estatus social etc. Pero la esencia del supervisapo es la misma. Casi siempre anda con paranoia por algún aspecto empresarial, sea que le competa a él o no. Y como su nombre lo indica, puede ser un sapo que cuando uno menos se imagina, y por el motivo menos pensado, hablará de usted con la persona menos indicada.
En fin, todos conocemos a un supervisapo en nuestras vidas (porque son tan descarados que hasta se camuflan en vecinos, compañeros de estudio y otros ámbitos), por tanto hay que saber cómo comportarse con un supervisapo. Es importante tener en cuenta que el supervisapo tiene mucho amor propio, por esa razón nunca le dará la pelea de frente, sino que irá como una culebra, rastrero, sigiloso, esperando a ver cuándo usted se distrae para mandar el veneno.
Eso sí.. si usted no logra identificar en su empresa un supervisapo… puede que entonces… el supervisapo sea usted!
La comunicación en el ámbito laboral
Como mi acceso al chat queda restringido al chat interno, dónde casi no tengo conocidos ni ganas de hablar con nadie, decidí volverme bien juiciosa y hacer varios cursos virtuales que ofrece la compañía. El que estoy haciendo actualmente se llama “Virtual Team Communication” y trata sobre las habilidades que debe tener una persona que dirija un equipo de trabajo virtual.
Yo he trabajado de forma indirecta con esta modalidad, cuando he dirigido proyectos de traducción o cuando hice parte de un grupo que estaba desarrollando un proyecto de investigación, así que no es un campo particularmente desconocido. Sin embargo, aunque la comunicación virtual aplicada a los negocios es una herramienta que minimiza costos, que permite un trabajo casi constante y continuo, también presenta muchos inconvenientes como posible falta de comprensión entre el equipo de trabajo (el lenguaje escrito y el lenguaje oral tienen marcos completamente diferentes), puede presentarse un cierto desapego o falta de compromiso por el mismo hecho de ser algo virtual y todo esto puede influir en el buen curso del negocio.
Aunque no es propiamente en lo que enfatiza el curso, su contenido me hizo pensar que la comunicación (virtual y personal) en el ámbito profesional es un tema bastante delicado. Este tema ha sido estudiado desde todos los puntos de vista: psicológico, organizacional, jurídico etc, pero la teoría no proporciona los suficientes medios o no muestra el espectro completo de lo que la comunicación profesional es y debería ser.
Con comunicación profesional me refiero a todo el conjunto de actividades comunicativas realizadas en un plano profesional. Esto va desde la comunicación impersonal (a través de correos, memos, publicaciones internas etc) hasta la comunicación personal (reuniones, debates, charlas de pasillo y cocina, charlas a la hora del tinto, conversaciones jefes- subordinados etc).
El mayor problema con este tipo de comunicación es que a pesar de querer dar unos niveles o patrones sociales para seguir, a menudo deja de lado que los actores de la comunicación son seres humanos, y que por muy profesionales que sean, son personas sometidas a diferentes tipos de presiones y emociones que afecta su convivencia con los demás.
No puedo hablar desde la experiencia porque la verdad es que no tengo. Sólo he vivido en esta oficina y es el único mundo que conozco (en materia laboral), pero lo que he podido notar aquí es que llega un punto en que las personas renuncian a ser ellos mismos con tal de seguir las directrices de un puesto.
Pongo un ejemplo, hace unos días, una de las ingenieras me contaba que estaba muy estresada porque tenía mucho trabajo (una carga de trabajo demasiado exagerada) y que ella es obsesiva con el trabajo, sin embargo, ella sabe eso y está tratando de no dejarse consumir por el trabajo, pero eso le está causando problemas. Si no trabaja y cumple, tiene problemas, pero si se afana en cumplir con su trabajo, su hija se resiente y se deprime porque no puede pasar tiempo con ella. Yo le pregunté que porqué no hablaba con la jefe para que le bajara la carga de trabajo, ella me dijo: “es que con ella no se puede hablar, para ella sólo existe la frase: cumpla y no me interesa saber más nada”.
Yo sé que trabajar en una fábrica es algo estresante y demandante, pero ¿hasta qué punto se le debe dar prioridad al trabajo? El trabajo es algo importante en la vida de un ser humano, eso nadie lo niega. Albert Camus decía que “Sin trabajo la vida se pudre, pero cuando el trabajo no tiene alma, la vida se ahoga y se muere”. Pero, ¿se debe sacrificar la personalidad, el bienestar, la salud e incluso la capacidad de entablar relaciones por un aspecto laboral?
A ver, estoy saltando mucho, lo que me impresiona es que en un ámbito laboral uno pueda llegar a cerrarse de forma tan cínica y poco saludable “porque así lo exige mi ambiente”. Yo no soy la persona más sociable del mundo, puedo interactuar de forma educada y hasta animada con la gente, pero me cuesta mucho hacer amigos. Abrirle mi corazón a alguien es un proceso que me toma años (literalmente) y que no le permito a todo el mundo inmiscuirse mucho en mis cosas. Como yo hay muchas personas así, sin embargo, eso no nos impide interactuar gratamente en cualquier plano con los demás. Yo tengo claro que en el ámbito laboral uno no va a hacer amigos, pero, ¿sería tan malo hacer colegas con los que se tenga un buen ambiente laboral?
En la oficina en la que estoy (y creo que en muchas oficinas pasa esto) a pesar que hay gente muy amable con quienes se crea un ambiente de trabajo muy agradable, hay muchos otros que enturbian ese ambiente. Son mentirosos, rastreros, arribistas, dobles, peligrosos y no tienen sentido de la comunidad. No digo que todo el mundo deba ser un santo, pero estamos hablando de personas adultas comportándose como adolescentes. Aquí la comunicación se ve impactada por sentimientos personales, y lo que más me impresiona es que es la primera vez que veo cómo la sed de poder, de alcanzar un mejor status social o simplemente carencias personales que se arrastran, pueden convertir a una persona en un ente difícil que entorpece los procesos y que puede crear un “mal ambiente”.
La comunicación en el ámbito laboral se ve muchas veces entorpecida porque, lo que he notado en mi trabajo, es que todo el mundo quiere hacerse notar pero nadie quiere asumir la responsabilidad de lo que se hace. Esto causa que un gran porcentaje de la comunicación quede en suposiciones y cosas que se deben asumir o están en “entredicho”, con lo cual contradice una de las máximas de la comunicación de negocios: todo debe ser muy claro.
Pongo otro ejemplo, hace unos días un manager de otro proyecto me pidió que le ayudara con un trabajo, para esto yo debía pedir la instalación de unos programas y debía seguir un proceso. Dentro de este proceso, mi jefe debía aprobar la instalación de esos programas y, aunque yo le conté bien para qué necesitaba los programas y quién me los estaba pidiendo (y debo resaltar aquí que es alguien con mucho mayo rango que ella), ella me rechazó el pedido sin dar ninguna justificación. Yo me asombré, pero luego me dije que bien, si ella no quería, yo no podía hacer nada. Luego alguien me comentó que posiblemente se debía a que ella no iba a permitir que yo trabajara para otra persona así como así. Posiblemente sea cuestión de egos, o la verdad no sé, pero esa falta de comunicación me ha parecido bastante extraña. Yo tuve la intención de preguntarle qué había pasado pero algo me dice que no es sabio hacerlo. Y eso es lo que me da rabia, que ese secretismo, esos celos infundados o esos egos inflados se mezclen tanto en mi ambiente que yo termine actuando como ellos. Lo peor es que muchas de las veces que he confrontado los hechos, he salido perdiendo. Entonces es el ambiente el que a uno lo vuelve así, pero ¿cómo luchar contra este tipo de ambientes?
No tengo respuesta a este tipo de preguntas, ni siquiera tengo puntos de comparación. Sólo me resta esperar y ver cómo se desarrollan las cosas y cuál será mi actitud natural hacia ellas.
domingo, 21 de noviembre de 2010
La que no quería ser profe
Después de pasar por el trauma de la ingeniería, luego de probar trabajos intermedios (que fueron desde ama de casa hasta ayudante de abogados), de ganarme la beca para estudiar psicología y rechazarla para irme a estudiar traducción; cuando descubrí que lo que estaba estudiando era lo que de verdad me gustaba, para lo que de verdad estaba hecha, es decir, cuando empecé a amar mi carrera, se me presentó la oportunidad de "enseñar" en un curso de traducción audiovisual que diseñamos con los otros integrantes del anterior grupo de investigación al que pertenecíamos.
Esta experiencia fue muy valiosa porque ahí descubrí que para mí no es complicado enseñar lo que me gusta y en lo que tengo experiencia. De hecho no lo vi como enseñanza sino como una forma de compartir lo que sabía con mis alumnos (que daba la casualidad eran mis compañeros).
El primer trabajo que tuve después de la graduación fue como profesora de inglés en el ITM (un instituto universitario), del cual hablé aquí mismo. Tenía mucho miedo porque una cosa era enseñar sobre traducción y otra muy diferente era enseñar un idioma. Sin embargo, era un reto, y a mí me gustan lo retos. Me senté muy juiciosa y diseñé un curso donde los alumnos pudieran aprender de forma divertida. De la experiencia pasada tomé la parte divertida, esa de compartir y no propiamente enseñar. La enseñanza en idiomas permite el uso de juegos, canciones y muchos otros recursos divertidos para que los alumnos puedan primero, quitarle el miedo a aprender otro idioma y segundo, adquirir por lo menos el conocimiento de unas estructuras básicas. Esas clases fueron todo un éxito porque fueron completamente diferente a lo que los alumnos venían acostumbrados.
Cuando entré a la empresa también al principio tenía susto. No sabía cómo era enseñarle un idioma a las personas adultas. Tenía la idea que los adultos son más quisquillosos y cositeros (aunque es verdad que los hay), sin embargo, la aplicación del método de aprender un idioma a través de juegos, de canciones, con chistes y en general, creando una atmósfera relajada, funcionó a las mil maravillas. Otra vez apliqué la técnica no de enseñar sino de compartir lo que yo sé, y tratar de aprender de ellos. Las clases fueron otro gran éxito y ahora voy en la segunda cohorte.
Este año también me propusieron dictar el módulo de Traducción Audiovisual en el Diploma en Herramientas para la Traducción. Como cosa rara, también tenía sustico antes de empezar. Aunque ya tenía la experiencia enseñando en traducción, en idiomas (jaja, qué creída... en inglés nada más... ahh y en español también) y en TAV, enseñar en el ámbito universitario (en un diplomado) requiere una preparación muy profunda, porque estamos entre profesionales, personas con años de experiencia tanto en la teoría como en la práctica. Sin embargo, la técnica de compartir lo que he aprendido siguió imperando y... a priori... muy a priori... creo que ha sido otro éxito. Los alumnos están muy entretenidos tanto con la teoría como con la práctica de lo que hemos visto en clase. Ya este viernes que viene se acaba el módulo, pero en estas sesiones que he tenido he notado una muy buena disposición de todos para escuchar los temas y aportar sus ideas en clase.
Trato de ver la enseñanza no como la típica relación profesor-alumno, sino como una forma de compartir con la gente mi propia experiencia. Creo que esto ha sido clave para trabajar en un terreno para el que no tengo preparación formal (porque no puedo negar que el ejemplo de mi mamá, que es profesora, me ha servido mucho). A pesar de todo, no habría cambiado mi carrera por una licenciatura y aunque me gustaría especializarme en herramientas y/o tecnologías para la traducción, me gustaría perfilar y mejorar mi técnica de "enseñanza", porque como bien dice el refrán: zapatero a tus zapatos.
En fin, este es un compendio de un año bastante agidato, en materia educativa, de la que no quería ser profe.
Días lluviosos
En Medellín, que es un valle rodeado de montañas y lleno de quebradas o pequeños riachuelos, hay un peligro latente: los derrumbes. La semana pasada, cuando subíamos para Rionegro alcancé a ver varios cierres en la vía debido a los derrumbes. Y estos están causados por la deforestación tan avanzada que sufren nuestras montañas en pro de la construcción de vías más rápidas.
Anoche que estaba en la Universidad llovió de forma espantosa, con rayos y truenos de los miedosos. La noche antrior, cuando salía de la oficina, la lluvia estaba en todo su esplendor. El problema es que empieza a llover a eso de las 6pm, continúa lloviendo fuerte hasta las 8 ó 9, da una tregua de una o dos horas y continúa lloviendo intermitentemente hasta las 5 de la mañana.
A pesar de los riesgos que tenemos aquí, por lo menos hay un buen sistema de alcantarillas, no como en Barranquilla dónde los arroyos incrementan mucho más los riesgos de la población. El problema de estar al mismo nivel del mar, y estar rodeados por un lado por el río y por el otro por el mar, no ayuda precisamente a mejorar la situación.
Muchas personas han muerto, muchas están perdidas y muchos otros damnificados. Los animalitos también sufren, se han perdido cabezas de ganado en las inundaciones y supongo que el resto de la vida natural ha sufrido los estragos de este invierno inclemente.
¿Ciclo natural o consecuencias de la negligencia humana? Lo que sea, espero que pare porque ya estoy hasta la coronilla de llegar como lora mojada a la casa.
Cosas que no cambiaría por nada en el mundo
1. Saber que soy profesional y que soy independiente (o por lo menos empiezo a serlo).
2. Saber que tengo una familia que me ama (y a quienes amo) incondicionalmente.
3. Saber que tengo amigos cercanos a quienes adoro.
4. La carita de mi perro cuando se asusta (se ve divino)o cuando se siente juguetón.
5. Compartir la comida de Creppes con mis amigos de TAV (y el posterior helado).
6. La experiencia laboral y de vida que estoy ganando siendo tan jóven.
7. La cara de güeva del estúpido de mi oficina cuando le demuestro que tengo la razón (y cuando me entero que habla de mí a mis espaldas, porque demuestra que me tiene miedo).
8. Pasar una tarde de domingo con un buen libro.
9. La increíble sensación que siento cuando veo el mar (sí, soy de la costa, pero el mar me sigue maravillando cada vez que lo veo)
10. La cara de mis alumnos cuando les explico algo nuevo de forma divertida.
11. La sensación de ser capaz de transmitirle conocimiento o formar a otro ser humano.
12. Cuando los extranjeros me agradecen por la ayuda que les doy durante su estadía aquí (¡en especial cuando los envidiosos se enteran y les da rabia!)
13. Cuando aplico una venganza elegante a los que me han hecho (o intentado hacer) daño.
14. La decisión de haber iniciado este blog.
15. Saber que, aunque yo sea acelerada y las cosas no me salgan como yo quiero y ya mismo, tengo amigos (físicos y virtuales) que me apoyan y me animan a continuar.
domingo, 7 de noviembre de 2010
Happy Diwali
Este día es festivo en India y lo celebran con todas las ganas. Se levantan temprano, se bañan con aceites aromáticos, limpian bien la casa, preparan dulces típicos para compartir con familia y amigos y dibujan rangolis, los cuales son unas figuras hermosas, coloridas, que se hacen con tiza, flores y se adornan con velas y faroles.
En la oficina hicimos rangolis colombianos (es decir, sin tiza). Utilizamos cartulinas para recrear los diseños que más nos gustaron y los pintamos con vinilos. Decoramos con flores frescas, velas, y farolitos. La idea de los rangolis es que sean un obsequio de bienvenida para la diosa Lakshmi, para que ella traiga prosperidad, armonía, paz y buena suerte a los hogares.
Las imágenes no son muy buenas porque mi mp4 casi no tiene resolución. Si logro conseguir fotos más bonitas las subo.
También comimos un postre típico del sur de la India. Se llama Payasam y es básicamente una especie de arroz con leche, pero en vez de arroz lleva fideos. Se acompaña de uvas pasas, nueces, almendras y otras especias. El postre quedó muy rico, aunque nos pasamos dos horas preparándolo y peleando con los indios porque era la primera vez que ellos lo preparaban por sus propias manos (generalmente son las mamás o las mujeres de la casa quienes cocinan, y mis queridos compañeros no tienen habilidades más allá de hervir la pasta). Sin embargo quedó muy rico.
En Diwali, la gente come muchos dulces hechos a base de leche y azucar. Nosotros queríamos llevar panelitas de coco, pero era mucha gente y estas son bastante caras.
La primera foto, que dice Happy Diwali y lleva un signo que parece un 3 nos gustó tanto que decidimos hacer una copia de ella, en grande, con flores de papel. Este signo es sánscrito y significa "om" (sí, el del mantra ooohmm)y este sonido se hace cuando uno quiere entrar en un estado de calma para hacer la comunión completa con la vida. Representa uno de los estados de acercamiento al poder supremo, para vigorizarse y renovar energías.
Esta foto no me salió muy bien, pero se alcanza a ver la cartelera.
En India, este día se celebra también con fuegos artificiales (cohetes, chispitas etc). Esta es una fiesta familiar, donde los vecinos comparten dulces y los niños juegan todo el día.
Fue una bonita reunión y una buena forma de terminar la semana: Conociéndo las celebraciones de una cultura con la que compartimos a diario.
lunes, 1 de noviembre de 2010
¿Relaciones abiertas?
Los libros son: Los hombres que no amaban a las mujeres, La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina y La reina en el palacio de las corrientes de aire. Nombres bastante extraños para una saga tan interesante como enrevesada.
Apenas voy en el primer libro y me tiene atrapada con la historia. El estilo es sencillo, ameno y bastante cautivador. Y no digo más porque no he terminado de leer. Ya en su momento hablaré de ellos.
Sin embargo, leí una parte de este primer libro (Los hombres que no amaban a las mujeres) que me dio más material para hablar sobre algo que hace rato me viene rondando por la cabeza.
No voy a contar la historia porque es muy larga y no deseo dañarle esa emoción a nadie, pero en esta parte del libro sucede algo que me dejó pensando. El protagonista Mikael tiene una amiga que se llama Erika, ambos son amantes desde que estaban en la universidad. Ella está casada y él estuvo casado también con otra mujer. El marido de Erika sabe de la relación que ella tiene con Mikael y la aprueba (por lo menos la acepta) y él, aunque le contó a su esposa sobre la relación que tenía con Erika, ella no aguantó este tipo de relación y se separó de él. Mikael tiene que irse a vivir a una isla y allí conoce a Cecilia, le cuenta de la relación que tiene con Erika y le dice que se ven de vez en cuando (lo cual es verdad, en el libro describen que no son amantes constantes, que tienen periodos de fogosidad y periodos de alejamiento). La química entre él y ella se incrementa y terminan acostándose. Una noche cualquiera, en que estaban juntos Cecilia y Mikael, Erika se aparece de sorpresa en la casa de Mikael y lo encuentra con Cecilia. Se disculpa por haber llegado de improviso, y les dice que ella viene más tarde. Él le dice que no importa, que se quede, Cecilia (que ya sabía la existencia de Erika) la saluda, aunque un poco incómoda, y Erika se queda, prepara el desayuno y los tres desayunan con mucha tranquilidad. Luego Cecilia los invita a ambos a cenar (junto con otra persona) y todo se desarrolla de la forma más natural y civilizada. Aunque al final Cecilia decide no seguir con él porque ese estilo de vida no encaja con el suyo (es decir, ser la oficial mientras el otro sigue viéndose de a ratos con su amiga).
Esto me pareció bastante… extraño. En el mundo en el que yo vivo, la historia se habría desarrollado más o menos así: Mikael y Erika son amantes desde la Universidad. Ella se casa pero no le dice nada al esposo. Deja de ver un tiempo a Mikael, pero un día cualquiera se lo encuentra y las viejas pasiones resurgen y vuelven a ser amantes (a espaldas del marido, porque donde se entere, los mata a ambos). Un día cualquiera, efectivamente el marido se entera y después de una pelea monumental en la calle, Mikael tiene que salir huyendo porque el marido de Erika lo amenaza de muerte donde lo vuelva a ver. Mikael se recluye en una isla y conoce a Cecilia, a quien hace su amante inmediatamente (sin decirle nada sobre Erika). Un día, Erika decide irse a buscar a su antiguo amante porque no aguanta la relación con su esposo (pero no se separa de él porque el hombre es muy poderoso y ella ya no sabe valerse por sí misma, entonces se condena a un matrimonio donde el marido desconfía de ella, pero no la deja irse). Erika llega y encuentra a Mikael con Cecilia, y sale corriendo indignada y llorando (¿cómo pudo cambiarme tan rápido?) y él sale corriendo detrás de ella para explicarle. No la alcanza y cuando vuelve a la casa, Cecilia está con cara de matarife diciéndole que quién cree que es ella, que ella no es plato de segunda mesa. Y lo bota de la casa.
Me reí imaginando la historia porque la escribí muy light, cosas peores se han visto (agarrones entre dos mujeres por un hombre… esos son los más chistosos). La duda que me queda es si existen relaciones como la que se describen en el libro (yo no tengo casi conocimiento de las culturas nórdicas, excepto por las historias que cuentan algunas chicas en sus blogs, donde dicen que la vida sí es muy liberada). De ser así, me parce que tienen una mente muy liberal. A mí no me parece que uno sólo pueda amar a una persona, en eso estoy de acuerdo con los protagonistas. Pero no sé si sería capaz de mantener una relación con alguien que tiene otro alguien especial. Creo que los celos terminarían por ganarme y dañar la amistad o el romance.
Es difícil conciliar esos puntos de vista. ¿Cultura?, ¿educación?, ¿conductas aprendidas? ¿pérdida de los valores? No sé. Por muy “mente abierta” que me considere, sé que mi cultura y mi educación (mi ambiente) me ganan, se terminan imponiendo y creándome… ¿prejuicios?... la verdad no sé. Es complicado, ¿serían ustedes capaces de mantener una relación como la del libro?
Halloween's Day
Octubre… Happy Halloween’s Month… y yo no puedo dejar pasar el momento para escribir mi apreciación personal sobre la fecha (y como mi nueva política es escribir de forma positiva… trataré de permanecer neutra).
No me detengo en hablar de los orígenes de esta fiesta porque está muy bien documentada. Wikipedia tiene información suficiente. Yo voy a hablar sobre la evolución que he visto de esta fiesta aquí en mi ciudad, en el círculo de personas que frecuento y lo que he visto a lo largo de mi existencia.
Cuando era pequeña mi mamá nos mandaba a hacer unos disfraces que siempre eran la sensación. Hadas, reinas, disfraces de fantasía y muchos otros estilos fueron nuestras personificaciones los 31 de octubre de los años de infancia. Las fiestas a las que asistíamos mis hermanas y yo eran fiestas para los niños, todos iban disfrazados, había recreacionistas, juegos y muchos (muchos) dulces. Sin embargo, era una fiesta de niños. Eran muy pocas las veces que uno veía a un adulto disfrazado, y casi siempre era con algún accesorio de los niños y sólo para molestar.
Con los años, las cosas fueron cambiando. Mientras iba creciendo, perdí el interés por disfrazarme (a mi precoz edad de 10 años ya me consideraba muy grande para seguir con disfraces de niños) y salir a pedir dulces. Sin embargo, más o menos cuando cumplí 16 años me invitaron a una fiesta de disfraces. Me pareció extraño el contexto porque yo ya me había dejado de disfrazar hacía muchos años. Pero me dejé contagiar de la emoción de mis amigos y pensé que iba a ser algo como “desempolvando los viejitos”. Oh error.
Cada año que pasa, son más los adultos que se han acogido a esta fiesta, se disfrazan y hacen fiestas de halloween exclusivamente para adultos. Esto muestra el poder que el marketing ha tenido en nuestro medio. Hemos logrado adaptar de forma asombrosa una fiesta que no es nuestra. Esta semana que estuve acompañando a una compañera a comprar los adornos para decorar la oficina me di cuenta que es toda una industria la que se mueve alrededor de esta fecha. Pelucas, calabazas, decoración y dulces son todo el imperio económico que se vive por estas épocas.
Sin embargo, ese no es el punto que quiero analizar. Que la gente se quiera disfrazar y quiera seguir tradiciones que no son nuestras no me presenta mayor problema (ajá…) además, la evolución dicta que las cosas cambian, nos guste o no. Lo que me impresiona son los disfraces que eligen las mujeres de hoy en día.
Un amigo mío decía que “halloween es la época en la que las mujeres sacan la puta que llevan dentro” (jejeje, aunque tengo mente “abierta” creo que soy demasiado conservadora… me sonrojé copiando esa frase) y aunque al principio me disgustaba, no me quedó de otra que concederle la razón. Playboy ha influenciado de forma muy efectiva nuestra sociedad: gatitas enfermeras porno, policías sexys y otra cantidad de disfraces de tono alto (y escote bajo) inundan las fiestas de disfraces para adultos.
La revolución y consecuente liberación femenina como ideología es muy buena, pero creo que en algunas partes se ha malinterpretado y se ha traducido como un libertinaje ramplón. Aquí habla la conservadora que hay en mí, pero la verdad no creo que esos disfraces representen para nada el espíritu de la fiesta (digamos que más fácil se pasan a las diablas casi empelotas, las brujas y vampiresas y otros demonios con sus encantos al aire... ¡y eso..!)
Creo que ya he contado en otra ocasión que aquí en Medellín la cultura del narcotráfico nos ha dejado con el estigma de que todas las mujeres son rubias (teñidas off course), hermosas, despampanantes de pechos y trasero grande (made in quirófano). La típica novia de traqueto, siliconuda y parrandera. Y es que ir al Lleras este fin de semana es encontrarse con que lo que dice mi amigo es la pura verdad. Este es el día en el que aprovechan todas para mostrar todo lo que han hecho en el gimnasio, ir a una tienda triple xxx (y ni eso, porque ya hasta en el Éxito se encuentra ese tipo de disfraces) y comprarse un disfraz provocativo con la excusa de “es que es para la fiesta de Halloween de Palmahía”.
Digamos que entiendo (tolero) este comportamiento entre las más jóvenes (igual, cuando tienes 18 años quieres ir mostrando tus encantos a la vista de todos), pero este comportamiento se ha extendido hasta las señoras… maduritas. Dichas damas salen con los mismos disfraces que las hijas adolescentes, como la cosa más natural del mundo.
La ola de embarazos adolescentes que hay en la ciudad (desde los años 80) ha causado que muchas mujeres no hayan tenido oportunidad de vivir su juventud plenamente, precisamente por estar criando muchachitos antes de tiempo. Y aunque es un comportamiento psicológico entendible, me sigue causando impresión ver a señoras mayores usar atuendos de jovencitas, totalmente reveladores de colores brillantes. No me malinterpreten, cada cual tiene derecho de hacer con su vida lo que quiere, pero vamos, que hay que estar acorde con la edad y con el entorno.
No profundizo en estas elucubraciones porque seguro me meto en un problema, y quién sabe si cuando yo sea mayor me dé por hacer lo que ahora critico (ojalá no me toque morderme la lengua… o los dedos) pero sigo pensando que ese tipo de disfraces son más apropiados para cosas como la intimidad, para la vida en pareja, que sé yo y no para “desinhibirte” por una noche porque “es halloween”.
La odisea de la beca de la Confederación Suiza
No es noticia ni secreto que a mí me encantaría viajar al exterior a continuar estudiando mi maestría. En agosto o septiembre un ex compañero recibió la nueva buena que se iba a estudiar a Suiza (a una Universidad con la cual mi Universidad tiene un convenio) y se ofreció a llevar los papeles de los que estuviéramos interesados.
Al principio no presté atención porque la maestría que él mencionó a mí no me hace mucha gracia que digamos, y porque, la verdad es que nunca tuve entre mis planes presentarme a estudiar a ningún lugar donde se hable francés. A pesar que en la universidad me fue muy bien en este idioma, el francés y yo no somos muy amigos que digamos, y algunos sucesos acontecidos en esa época hicieron que el estudio de este idioma se volviera para mí una carga más que un placer. A pesar que yo nunca había visto el idioma y en poco tiempo ya estaba al nivel de los más “avanzados” de la clase (mi método de aprendizaje musical me ayudó muchísimo), algunas afrentas con profesores minaron fuertemente mi ego (porque no veo otra forma de describirlo) y me dejaron con una cierta inseguridad de mi capacidad profesional en este idioma.
Sin embargo, algún día estaba mirando en internet posibles maestrías y vi una que me gustó (me encantó) en la universidad donde está estudiando mi compañero. Cómo sé que es una ciudad muy costosa, y la manutención es cara, estaba buscando posibles formas de financiación cuando encontré una beca que ofrecía la confederación Suiza para pagar gastos de manutención en alguna Universidad de allá. Ustedes se reirán y me dirán loca (ahora que todo ha pasado, yo misma me rio y me digo loca) pero en ese momento yo sentí como una punzada en el corazón, como un presentimiento que las cosas se podían dar esta vez. Miré el perfil y encajaba perfectamente, así que con mucha emoción e ilusión, preparé los papeles y los envié. Reenvié la convocatoria a mis amigos y conocidos para ver si se animaban (lo cual mucha gente me criticó y me dijo que dejara de ser tan boba, pero ese es tema para otro post) y efectivamente una de ellas se animó. Enviamos los papeles y empezó el proceso de espera.
Creo que un mes después (en septiembre) me dijeron que debía presentarme a la embajada para un examen de suficiencia de lenguaje (o algo así) a mediados de octubre. Ya se imaginarán la emoción que tenía y toda la ilusión con la que preparé el viaje (era en Bogotá). Sin embargo, yo también tenía mis recelos: ya conté que en terreno de francés no me siento muy bien preparada, y desde que me gradué he trabajado sólo en ámbitos donde se requiere el manejo de inglés. A pesar de todo estaba el presentimiento que posiblemente las cosas se estaban alineado (ohh seres humanos, como nos gusta librarnos de las responsabilidades) y que esta vez el destino me tenía una buena sorpresa. Estudié bastante esas semanas previas, me preparé en la parte escrita porque no tenía con quien practicar la entrevista (excepto a mí misma hablando frente al espejo) y traté de buscar información sobre el examen.
Para mi sorpresa, no encontré casi nada de información (en realidad nada) sobre lo que podía ser un examen de conocimiento de lengua en una embajada para una beca. Nada del tipo de examen que sería (aunque en mi correo decía que sería una parte oral y una escrita). Y antes que los dedos me traicionen, aquí va el aporte positivo. Como no encontré nada, me prometí a mí misma que, a no ser que me hicieran firmar un acuerdo confidencial, iba a escribir un post contando un poco esa experiencia. De pronto le puede servir a alguien más.
En fin, llegó el día del examen y como soy totalmente psicorrígida, medio paranoica, casi no conozco Bogotá y para colmo me había dado gripa, llegué casi con hora y media de anticipación. Esperé en un café frente a la embajada y cuando llegó la hora me anuncié y me hicieron pasar. La embajada es linda, calientica y acogedora, y con más seguridad que un puente blindado. Exagero, pero están bien protegidos.
Llegué y me salen con la sorpresa que la primera parte es la entrevista. Las dos señoras estaban sentadas frente a una gran mesa ovalada y me contaron que me iban a hacer una entrevista de 30 minutos. Empezaron pidiendo que les contara un poco sobre mi vida, qué hacía y esas cosas. Conté como me llamaba, de dónde venía y un poco sobre mi familia, mi trabajo etc. Luego me hicieron preguntas sobre mi trabajo, porqué estudié traducción, qué maestría me interesaba cursar, porqué en Suiza, qué sabía de ellos, cómo me visualizaba en unos 10 años y que si estaba al tanto que las condiciones climáticas allá eran muy diferentes a las de Colombia (esta pregunta me pareció chistosa, pero la verdad es que, viviendo en el trópico toda mi vida, me queda como teso decir si estoy en condiciones de adaptarme… eso sólo se puede vivir en carne propia!). En la entrevista me sentí bien y segura, me sorprendí de lo fácil que puedo hablar una vez que me relajo (bueno, no me sorprende, pero es que era francés… pensé que me iba a bloquear o algo así). En esa parte me fue bien (decía yo!!) porque yo misma hago entrevistas en la empresa y sé cuándo las cosas están saliendo bien o cuándo está saliendo mal (lo que me acaba de acordar que es tema para otro post) y sé que en esa parte la conversación fue fluida. No voy a decir que hablé perfecto porque más de un tarzanazo cometí, pero sé que les entendí y me hice entender. La entrevista acabó mucho antes del tiempo y continué con el examen escrito.
Aquí debo decir que mantuve esta parte de mi historia bloqueada por un buen tiempo, apenas ahora me estoy permitiendo revivirla (yo sé que considerarán esto una exageración, pero es la primera vez que me presento a una embajada y para mí era EL suceso). La parte para la que más me preparé, para la que más estudié, y terminé con cara de ???
Me preguntaron sobre tiempos verbales (esta parte estaba fácil), luego me hicieron preguntas con locuciones verbales, del tipo ¿qué significa mettre le doigt dans les oreilles?, antónimos y sinónimos (esta parte tampoco estaba difícil), cambie el sentido de la frase (reformulaciones) con algunas preposiciones (y de verdad que hubo varias que no reconocí) y termine la frase (dan una frase y ponen una conjunción, uno debe terminarla acorde). No sé si fueron los nervios los que me traicionaron, pero me quedé por completo helada y bloqueada. No entendía lo que me decían y contesté más por inercia que por convicción. Al final había que escribir cómo me hacía sentir una imagen (para ver fluidez, accord du temps y otras cositas lingüísticas) pero con el ánimo que tenía, creo que no copié nada agradable ni legible.
Terminé temprano y revisé, pero entre más revisaba más me daba cuenta que no sabía ni J de lo que estaba escribiendo. Y me dio rabia no ser capaz de controlarme ni de relajarme. Esta fue una de las pocas veces que los nervios me ganaron de mano y no pude dominarlos. El caso es que entregué el examen, me dieron (oh ironía) un recuerdo y me dijeron que esperara los resultados.
El viernes pasado llegó lo que me esperaba: No fue elegida porque no tiene el nivel de idioma suficiente… No puedo decir que fue sorpresa porque me lo presentía (lo cual, dicho sea de paso, pone de manifiesto que mi clarividenciometro y mi presentimensiómetro están dañados) pero si me dio tristeza porque pensé que esta vez sí iba a ser. Tenía la leve esperanza que ellos se dieran cuenta que tengo la capacidad de aprender un idioma muy rápido una vez estoy inmersa en el ambiente adecuado (y es que con francés llevo una pausa de más de un año… y hasta más porque los últimos años de carrera casi no trabajé con este idioma) pero bueno, ellos tampoco son clarividentes ni tampoco tienen la obligación de elegirme porque yo quiero… o porque crea que tengo un buen perfil (jajaja.. ¿qué tal?).
Esta fue la triste historia de este octubre. Aunque a pesar de todo tengo buenos recuerdos y muchas enseñanzas. Compartí con una parte de la familia que no había compartido en mucho tiempo, ya sé lo que es una entrevista en una embajada (empezando porque conocí una embajada jeje), me di cuenta que aún me falta mucho para aprender a controlarme cuando estoy nerviosa (aunque pensé que tenía dominada esa parte de mi personalidad) y… la más importante de todas: ¡no vuelvo a intentar hablaren francés en mi vida!
Mentiras… ¿qué tal?… yo no me doy por vencida tan fácil… la enseñanza es que me debo seguir preparando en este idioma y vencer esos miedos del pasado que me siguen atormentando.
Bueno… creo que al final sí quedó un post positivo.
domingo, 31 de octubre de 2010
Volví
Yo molesto con que me está dando Alzheimer juvenil, ¡pero espero que eso no sea verdad porque sería algo verdaderamente catastrófico! En fin, hoy por lo visto tengo los dedos un poquito más flojos y aprovecho que tengo varios sucesos en la memoria y los copio antes que se me olviden.
Octubre generalmente es un mes difícil para mí. Es como un mes pesado. No porque sea halloween, pero me pregunto hasta donde influirá. El caso es que octubre no es de mis meses preferidos, pero menos mal ya se acabó y sin consecuencias demasiado desastrosas.
El taller literario va bien, a pesar que somos sólo tres las que seguimos firmes. Sin embargo no puedo decir que sienta que mi escritura ha mejorado, de hecho creo que voy hacia atrás. Sencillamente las cosas no me fluyen, tengo buenas ideas pero no soy capaz de darles formas. Estoy en un vacío, en una especie de limbo (y eso se extiende a muchas facetas de mi vida, pero no me extiendo para no deprimirme más) y no me gusta que no se me concreten las cosas. No me gusta que las cosas no salgan como quiero o como las planeo. Parece que nada últimamente sigue un orden lógico. ¿Ven? Octubre no me ayuda en nada.
Creo que este post lo dejo hasta aquí porque no quiero abrir esa compuerta de sentimientos negativos alrededor de muchas cosas, y para hacer un ejercicio medio terapéutico me concentraré en contar los sucesos malucos de este mes bajo una perspectiva positiva. Vamos a ver si funciona :)
sábado, 16 de octubre de 2010
El traductor que habla 32 lenguas
Nos sorprendemos con personas que hablan dos o tres o cuatro idiomas, nos preguntamos cómo puede el cerebro procesar toda esa información (aunque una vez uno entiende la estructura de un idioma, las lenguas que comparten esa estructura no se hacen difíciles de aprender).
Hoy leyendo un blog de un traductor español encontré esta noticia que me dejó… impactada (en estado de shock, para ser más precisa). El reportaje habla sobre un traductor de la ONU que habla 32 idiomas!!! Es un griego que tiene un nivel de aprendizaje increíble y puede llegar a un nivel avanzado en sólo tres días. Claro está, es un amante de los idiomas, de las palabras y de conocer las culturas.
Como todavía sigo medio impactada por la noticia, y no me quedan palabras para describirlo, a continuación copio y pego el texto.
Ioannis Ikonomou: El traductor griego que habla 32 lenguas
'¿Mi mayor locura? ¡Intenté aprender euskera en Pekín!' Ioannis Ikonomou (Iraklio, Grecia, 1964) es uno de los 1.750 traductores que emplea la Comisión Europea, pero el único capaz de hablar 32 idiomas diferentes.
Vive por y para las lenguas: acaba de descubrir la comida etíope y le encanta, pero no le basta con ir al restaurante, se ha puesto a estudiar amhárico y en tres días ya está en el nivel avanzado. A quien quiera aprender polaco le recomienda cocinar pierogis.
Inglés, francés, alemán, español, holandés, portugués, sueco, italiano, danés, polaco, húngaro, turco, checo y eslovaco son sus 14 lenguas de trabajo y el griego su idioma materno.
'Los idiomas son mi hobby, me apasiona estudiar sus conexiones, la historia de las palabras, necesito conocer todo su pasado'
Pero también se siente "cómodo" hablando en ruso, búlgaro, turco, árabe, hebreo, chino, kurdo, armenio, persa, serbocroata, hindi/urdu, rumano, noruego, lituano o finlandés.
Y además domina algunos idiomas antiguos muertos, "son mi hobby, me apasiona estudiar sus conexiones, la historia de las palabras, para mí no es suficiente comunicarme en una lengua, necesito conocer todo su pasado".
Ikonomou creció en la isla de Creta, "espiando a los turistas e imitando su rarísimo hablar, que me intrigaba y me seducía", recuerda. Ya chapurreaba inglés, alemán e italiano cuando se retó a aprender "la lengua enemiga", el turco. "Me fastidiaba la enemistad entre griegos y turcos, soy pacifista y me propuse conocer mejor a mis vecinos".
No fue fácil: ninguna escuela en Atenas daba clases de turco, no había libros en griego ni existía Internet, así que Ikonomou se fue a una manifestación antiamericana para contactar con refugiados y logró dar con una ingeniera chipriota que aceptó ser su pareja lingüística.
El ruso lo aprendió "porque era de izquierdas, con el entusiasmo de la juventud"; y el chino, "como un juego". Se fue a Pekín a estudiar chino y se enclaustró con sus libros a "estudiar como un loco, sin salir para nada a la calle". "Me dijeron que había un lingüista vasco que enseñaba el euskara y a su clase sólo fuimos una chica yugoslava y yo, imagínate, una clase de euskara en Pekín, con un griego y una yugoslava".
El resultado fue desastroso, e Ikonomou sólo recuerda dos o tres palabras. "El catalán me encanta, pero mis esfuerzos por aprenderlo no fueron demasiado gratificantes: intenté hablarlo en Barcelona pero los catalanes sistemáticamente me respondían en castellano, para ayudarme", lamenta el eurofuncionario griego, de 44 años.
"Si quieres aprender una lengua lo mejor es enamorarte de toda su cultura, desde su historia hasta su gastronomía, cine o música pop, por cursi u hortera que sea", aconseja.
Ikonomou ha estudiado "en las favelas de Río y en Harvard y Columbia" y entre sus mejores profesores destacan "una prostituta negra brasileña o un drogadicto". "Me sentí como drogado leyendo literatura mística del Irán medieval, a Hafez, Sa'adi o Rumi". Abrazó el islam e incluso se hizo vegetariano muy estricto: "Ni siquiera dejaba que alguien que hubiera tocado carne tocara después mi comida".
La Comisión Europea tiene algunos problemas para encontrar intérpretes ingleses nativos. Los traductores profesionales como Ikonomou sólo traducen hacia su lengua materna y la Comisión Europea tiene algunos problemas para encontrar a intérpretes ingleses nativos. "Los ingleses son los peores aprendiendo idiomas de toda la UE, lo dicen las encuestas", apunta Ikonomou, aunque los políticos españoles tampoco destacan por ser políglotas.
"En una cumbre, Felipe González quería decir en francés "Estoy ante ustedes" pero dijo 'Soy de bambú' (pronunció 'Je suis de bambou' en vez de 'Je suis devant vous'), aunque los intérpretes lo entendimos e hicimos bien la traducción: somos profesionales".
Y José Luis Rodríguez Zapatero, según recuerda, le soltó al ex premier británico, Tony Blair, un 'the time is good' para referirse al buen tiempo atmosférico (weather).
Pero Ikonomou, que está casado con un polaco, se niega a criticar al presidente español que aprobó la ley que permite el matrimonio homosexual, 'impensable en Grecia y en Polonia'.
Tomado de: El mundo