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viernes, 26 de febrero de 2010

Mi primer alumno difícil

Me está llendo súper bien en el trabajo. Contra todo pronóstico me está gustando (y mucho) esto de la docencia y al parecer los alumnos están muy animados en mis clases, les gusta mucho las actividades que les propongo y los estímulos que les brindo. En general todos están muy receptivos... menos uno.

Ya había hablado del perfil de mis alumnos, y aunque son muchachos con "carencias" son personas muy maleables y dispuestas a aprender. Aunque tienen mas o menos mi edad (biológica, porque emocionalmente son niños de 13 a 15 años) me han tratado con respeto y se han mostrado muy interesados en las actividades. Claro que me siento dando clases en un colegio, no faltan los ponequejas: "- profe, es que él me estaba gritando - ahh profe, pero ella no dejaba escuchar"...

Hoy llegué al salón de clases con las actividades preparadas. Una de ellas se enfoca a perderle el miedo a hablar con otras personas (en inglés, por supuesto) y por lo tanto ellos se paran frente a todos, nos saludan y se presentan, entre todos corregimos pronunciación y comentamos el significado de cada saludo. Estaba sacando alumnos al azar y llamé al caballero en cuestión. El sujeto se negó de plano con un firme movimiento de cabeza diciendo "No", le insistí: "por favor pasa aquí al frente, no tengas miedo ni te de pena, que entre todos nos colaboramos" (y juro que estaba calmada!!) pero el hombre respondió en tono grosero y pedante "No, yo no voy a salir allá porque a mi eso no me gusta". Yo seguí insistiendo, hasta que, a fuerza de lidia (más que todo porque los compañeros que lo rodeaban ya estaban apenados y le dijeron que saliera o se iba a meter en un problema) salió y se paró al frente. Le dije "Hello, how are you?" y el hombre se enranchó diciendo lo siguiente "Yo no voy a responder, porque no sé, a mi eso no me gusta y no sé y no voy a responder" mientras avanzaba de forma amenazante e imponente.... y luego se devolvió y se fue a sentar (GRRR)

Yo me considero una persona paciente (de hecho, a veces, puedo hasta pasar por boba) pero me he dado cuenta que cuando me provocan de forma física, los apellidos se me revuelven con la velocidad del rayo. Claro, en este punto ya estaba que le saltaba a la yugu (por la amenaza corporal) luego mientras el sujeto caminaba hacia su silla, yo ya tenía montado un discurso hiriente y perfecto para hacerlo llorar, luego recordé que ya soy una profesional y me calmé, aunque no me quedé con la espinita, frente a todos los compañeros dije: "Chicos, si a ustedes en el trabajo se les acerca un extranjero y ustedes salen con la actitud que acaba de tener el compañero, ¿qué imagen estarían dando?".... todos lo miraban con desaprobación (o eso me pareció, también podían estárselo gozando!!)

En toda mi vida profesional y docente (bah, que creída, un par de años si mucho) nunca había tenido un encuentro de este tipo. Quiero decir, en la universidad tuve agarrones con algunos compañeros (cuando creo tener la razón soy bastante terca), pero siempre eran agarrones en un plano intelectual, en el que priman los argumentos válidos y precisos. Hasta el momento no había tenido un caso de rebeldía infantil, sin razon o motivo aparente y con intimidación física.

Al ratico, cuando puse a trabajar a los alumnos, llamé al sujeto y le pregunté qué había pasado, por qué ese comportamiento tan infantil. Por lo que logré entender en la perorata de "Parce, no sé... a mi eso no me gusta... yo no se nada" (póngale acento nea) el hombre es mas bien el macho alfa de la pandilla: músculo y cero cerebro; y claro, frente a un grupo tan receptivo y donde están aprendiendo rápido, él se está quedando atrás y ¿a quién le gusta pasar de ser cabeza de león a cola de ratón? Traté de preguntarle por sus intereses (música, películas etc) y me dijo que le gustaba el reguetton (!!!).. como soy mujer precavida, le dije que yo tenía reguetones en inglés, que podíamos trabajar con base en ellos y tratar de encontrarle el gusto... luego me salió con esta joyita: "Ahh no, a mi eso no me gusta (¿pensar?), es que a mi el inglés no me gusta (sí, no le gustaba pensar...), y si me habla un extranjero en la calle yo me apoyo en mis compañeros, que para eso están y eso es lo que nos enseñan (ya decía yo que no había cerebro ahí...)".

Lo dejé quieto pero me quedé pensando en eso de "me apoyo en mis compañeros". Esa es la típica frase de los lastres y de los que les gusta ir como el aceite: "ahh para eso están mis compañeros". Por el camino me fui pensando en qué tipo de futuro le espera a Colombia con este tipo de gente cuando llegué a la casa y le conté a mi papá. En este punto mi papá me dio una razón muy válida del porqué este pensamiento: a ellos los están capacitando para trabajar en una de las zonas más peligrosas de Medellín: el centro de la ciudad, en esta zona ellos deben ir acompañados, porque uno solo es presa fácil, en grupo se cuidan. Los instruyen como a una manada: dependen los unos de los otros y se cuidan los unos a los otros. Ahí comprendí eso de "compañerismo" que tienen tan marcado en sus cabecitas y en su vocabulario. Sin embargo, lo que omiten decirles cuando les dan estas instrucciones es que dependen los unos de los otros en el plano físico, no en el plano intelectual!! es decir, no hacen la salvedad que cada uno es un ser pensante y mentalmente independiente. Por eso ellos (en especial aquellas honorables personas que se distinguen por su pereza) tienden a ser dependientes en todo sentido.

Para no alargar la historia (que ya va bien larga) el muchacho se quedó quieto el resto de la clase, y tengo que reconocerle que cesó la intimidación, no molestó ni se distrajo. Hablando con mi jefe, y luego con mi mamá en cuya experiencia docente confío mucho más, me dijeron que lo más probable es que él tuviera miedo de algo, debido a un trauma creado por alguna experiencia que involucró la clase de inglés y la idea era que, desde la parte pedagógica, yo tratara de interesar al muchacho, para que por lo menos logre superar ese trauma o se logre vincular a las actividades.

Me da tristeza porque sólo me quedan tres días con ellos y la verdad no quiero que él siga con miedo o grosería frente a un campo que es muy divertido (aprender una lengua es un proceso natural y no tiene porqué ser aburrido ni traumático), así que voy a tratar de vincularlo lo más sutilmente posible, que no sienta miedo o amenaza, a ver si logro captar algún interés o una chispita que me guíe para ayudarlo. Claro que también cabe otra posibilidad (un poco más macabra), como me dijeron mi jefe y mi mamá: que sea tapado, cerrado y le botaron la llave del candado....

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